domingo, 28 de abril de 2013

Jean Paul Sartre



Jean Paul Sartre
(1905 - 1980)

Filósofo y escritor francés, nacido en París el 21 de junio de 1905, y muerto en la misma ciudad en 1980. Es uno de los máximos representantes de la corriente de pensamiento conocida como existencialismo.

Sartre y Beauvoir

Vida y obra

Jean Paul Sartre nació en París y quedó huérfano de padre cuando contaba con dos años de edad. Estudió en los liceos de Henri IV y de la Rochelle y, posteriormente, en 1924, ingresó en la Escuela Normal para cursar sus estudios superiores. Tras doctorarse en Filosofía, ejerció como profesor en distintos liceos. Entre 1933 y 1935 realizó cursos de especialización en Berlín y en Friburgo, en donde tomó contacto con los sistemas filosóficos alemanes, de los cuales se sintió particularmente atraído por la fenomenología de Husserl y la analítica existencial de Heidegger. A su vuelta empezó a dar clase en el Liceo Condorcet de París, pero, tras estallar la II Guerra Mundial, se incorporó al ejército francés y fue hecho prisionero por los alemanes en 1940. Liberado en 1941, volvió a enseñar filosofía al tiempo que participaba activamente en la Resistencia francesa. Durante los primeros años de la postguerra se convirtió en intérprete de la profunda disgregación de los valores tradicionales; es aquí cuando desarrolla todo su pensamiento y una extensa producción literaria en términos de constante polémica antiburguesa. En 1945 fundó la revista Les temps modernes, en la que vieron la luz varios de sus escritos, y desde entonces se consagró por completo a la actividad literaria. En 1964 le fue concedido el Premio Nobel de literatura, premio que rechazó aduciendo proteger así su integridad literaria.

Sus primeras obras datan de los años anteriores a la guerra. Así, en 1936 publicó un par de ensayos, y en 1938 su famosa novela La náusea. En 1939 publicó en prensa una obra sobre las emociones (Esquisse d'une théorie des émotions), y varios relatos recogidos bajo el título de Le mur. Después, durante la guerra, publicó un libro sobre la imaginación, L'imaginaire: psychologie phénoménoligique de l'imagination (Lo imaginario: psicología fenomenológica de la imaginación), y el que tal vez sea su más famoso escrito filosófico, L'être el le néant: essai d'une ontologie phénoménologique (El ser y la nada: ensayo de una ontología fenomenológica), que data de 1943. En ese mismo año se representó su obra de teatro Les mouches(Las moscas), y dos años más tarde aparecieron los dos primeros volúmenes de su novela Les chemins de la liberté (Los caminos de la libertad), así como la pieza teatral Huis clos (A puerta cerrada). En 1946 aparecieron otras dos obras escénicas, Morts sans sépulture y La putain respectuese, y se publicaron susRéflexions sur la question juive. En los años subsiguientes publicó un número considerable de obras de teatro, y en 1947, 1948, 1949 y 1964 aparecieron unas series de ensayos reunidos bajo el título de Situations. Debe destacarse, asimismo, la publicación de Critique de la raison dialectique (Crítica de la razón dialéctica), en donde tras una larga y atenta reconsideración del marxismo, desarrolla la idea de que los problemas centrales no son ya los del individuo y los de su conciencia en relación con el mundo exterior, sino el del condicionamiento histórico y social al que está sometido el individuo y del que no puede escapar, mezclando de esta forma el punto de vista marxista con el existencialista.

Además de los citados, también deben mencionarse los siguientes escritos filosóficos: El existencialismo es un humanismo (1946), Baudelaire (1947), San Genet, comediante y mártir (1952), Huracán sobre el azúcar (1960), Las palabras(1963), El idiota de la familia, 3 vols. (1971-1972), y su colaboración en Marxismo y existencialismo, junto con Roger Garaudy, Jean Hyppolite y Jean Pierre Vigier, entre otros. En cuanto a su producción teatral, destacan también Les mains sales(1948), Le diable et le bon Dieu (1951), Nebrassov (1956), Les séquiestrés d'Altona (1960) y Un théâtre de situations (1973).



Doctrina filosófica

La doctrina filosófica de Sartre nace de la conjunción de varios focos de influencia ejercidos en el autor por distintas corrientes por las que se sintió especialmente atraído: en primer lugar, la corriente fenomenológica instaurada por Edmun Husserl (véase fenomenología); en segundo lugar, el pensamiento de Martin Heidegger; y, finalmente, la tendencia marxista que siempre marcó su actividad y su pensamiento político.


El ser y la nada

El ser y la nada es la obra filosófica fundamental de lo que podríamos llamar una primera etapa del pensamiento sartriano. En ella defiende la idea de una ontología fenomenológica basada en una distinción básica entre ser en sí y ser para sí. Partiendo de la concepción fenomenológica husserliana de la naturaleza intencional del yo, Sartre se centra en el análisis de la conciencia como conciencia intencional (es decir, conciencia que siempre tiende hacia algo, conciencia que es siempre conciencia de algo), para lo cual es fundamental analizar la relación entre sujeto y objeto. Sujeto y objeto son los dos polos de la ontología fenomenológica. El objeto se caracteriza como aquello que aparece a la conciencia, y en este sentido el objeto es fenómeno. Pero no es fenómeno en el sentido en que tradicionalmente había defendido la filosofía tradicional; en efecto, la tradición filosófica occidental hacía ver que las cosas constan, por así decirlo, de dos caras: el fenómeno y el nóumeno. El fenómeno es lo que aparece, mientras que el nóumeno es aquello que queda oculto, algo incognoscible que constituye la esencia genuina de la cosa y que se sitúa más allá de nuestros mecanismos de conocimiento. Sartre, contra este punto de vista, defiende que la cosa es puro fenómeno, es decir, que no hay nada que se oculte; simplemente, lo que aparece es, y el ser o lo que es, es lo que aparece. El objeto así entendido es lo que Sartre denomina ser en sí. Frente a él, la conciencia se caracteriza como ser para sí; el ser para sí es nada, en el sentido de que la conciencia es siempre conciencia de algo, es decir, se dirige siempre a un ser que no es ella misma; el propio "yo", a veces identificado con la conciencia, viene a ser aquí algo que no se diferencia esencialmente de los propios objetos, y se sitúa ontológicamente al mismo nivel que los fenómenos del mundo externo. La conciencia no se entiende como una entidad "espiritual" o de cualquier otro tipo, sino como una intencionalidad que no es nada en sí misma, pero que tiene que relacionarse con el mundo en el que se halla.

De esta forma, en El ser y la nada se anuncia un dualismo ontológico entre la nada de la conciencia que tiende perpetuamente a la superación de la facticidad y el ser como presencia bruta de lo que es. Por otra parte, Sartre desarrolla sobre la base de lo expuesto una analítica de marcado carácter ético en la que cobra especial relevancia la noción de libertad. Efectivamente, la conciencia ha quedado caracterizada como una estructura abierta, como mero proyecto, lo que desemboca en la constatación de la absoluta libertad de elección de que está dotado el ser humano. Esta libertad absoluta genera angustia frente a lo posible y el sentimiento de una responsabilidad igualmente absoluta; esto es así porque, según una conocida máxima sartriana, "la existencia precede a la esencia". La existencia es ahí la conciencia, el ser para sí, mientras que la esencia son los objetos, el ser en sí. Así se intenta expresar la originariedad e irreductibilidad de la subjetividad, frente a la facticidad y el carácter compacto del ser en sí: "el hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente". Y en cuanto que pura subjetividad, el hombre se distancia de todo lo demás y no es nada, sino una estructura en constante inadecuación consigo misma. Eso es la libertad: la estructura misma de la existencia, de la conciencia o del ser para sí.

En medio de esta libertad, lo que persigue la existencia es el poder determinar o conquistar su esencia; en este sentido, el proyecto de la existencia humana es el empeño constante por salvar la distancia o inadecuación entre el ser para sí y el ser en sí. El sujeto tiende a un ideal que es la perfecta coincidencia del en-sí y el para-sí, pero tal ideal está abocado al fracaso, porque el en-sí y el para-sí son contradictorios. Por eso la tragedia del hombre en cuanto que es ese proyecto es que su pasión es inútil.

Aun así, Sartre insiste apasionadamente en defender que "el existencialismo es un humanismo" (como reza el título de uno de sus más famosos y polémicos ensayos). ¿Cómo justifica y explica tal afirmación? En primer lugar, el hombre es la única trascendencia, puesto que el universo de la subjetividad humana (en último extremo, el único universo que existe) es el de una realidad que está fuera de sí, y que proyecta y existe justamente en la medida de su proyección. En segundo lugar, el orden del resto de las cosas se establece en relación a esa trascendencia que ella misma es, y que carece de otra ley que la que se da a sí misma. Es esta suerte de centralidad del hombre la que identifica al existencialismo con el humanismo.


La crítica de la razón dialéctica

Con esta obra, publicada en 1960, el pensamiento de Sartre inicia un viraje con respecto a los planteamientos anteriores que se plasmaban en El ser y la nada. El existencialismo, tal y como había sido expuesto hasta aquel momento, adolecía de una carencia fundamental que el propio Sartre supo ver: una dimensión social, histórico-práctica, que el propio talante comprometido del filósofo enseguida echó en falta. En un intento de superación del existencialismo y de suprimir esta carencia, Sartre inició un complejo trabajo de aproximación al marxismo, entendido como filosofía concreta de la clase obrera y "horizonte insuperable de nuestro tiempo". En la Crítica de la razón dialéctica, se propone un examen de la razón con el deseo de que ésta reoriente críticamente su marcha, y ello desde dos coordenadas fundamentales: en primer lugar, el supuesto de que el marxismo es la filosofía del tiempo presente, la filosofía viviente; en segundo lugar, la constatación de que el marxismo debe ser reconducido a su condición de posibilidad, despojándolo de ciertos caracteres que, en particular desde su utilización por parte de la Unión Soviética, habían traído consigo la aniquilación del individuo y el desprecio por lo particular. De esta forma, la tarea que Sartre se propone es una especie de complementariedad recíproca entre existencialismo y marxismo; si bien queda admitido que el marxismo es la única filosofía viviente de nuestro tiempo, y que el existencialismo como tal queda relegado a ser una ideología al margen del marxismo (aunque no contra él) y, por tanto, una ideología "parasitaria", también es cierto que la aportación existencialista está en condiciones de proporcionar una antropología y una teoría del sujeto de las que el propio marxismo carece. Así, el marxismo sólo llegará a ser doctrina "eurística" si utiliza los instrumentos ofrecidos no sólo por el existencialismo, sino también por el psicoanálisis, la microsociología y el resto de ciencias humanas.


http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=sartre-jean-paul



BIBLIOGRAFÍA
NOVELAS Y RELATOS
  • La náusea (La nausée, 1938)
  • El muro (Le mur, 1939), incluye:
    • El muro (Le mur)
    • La cámara (La chambre)
    • Eróstrato (Érostrate)
    • Intimidad (Intimité)
    • La infancia de un jefe (L'enfance d'un chef)
  • Los caminos de la libertad (Les chemins de la liberté, 1945–1949):
    • I: La edad de la razón (L'âge de raison, 1945)
    • II: El aplazamiento (Le sursis)
    • III: La muerte en el alma (La mort dans l'âme, 1949)
  • La suerte está echada (Les jeux sont faits) (1947)

TEATRO
  • Barioná, el hijo del trueno (Bariona, ou le fils du tonnerre , 1940) [2]
  • Las moscas (Les mouches, 1943)
  • A puerta cerrada (Huis clos, 1944)
  • Muertos sin sepultura (Morts sans sépulture, 1946)
  • La puta respetuosa (La putain respectueuse, 1946)
  • Las manos sucias (Les mains sales, 1948)
  • El diablo y Dios (Le diable et le bon Dieu, 1951)
  • Kean (1954)
  • Nekrasov (1955)
  • Los secueastrados de Altona (Le Sequestres d'Altona, 1959)
  • Les Troyennes (1965)

ENSAYOS
  • Situaciones (Situations, 1947–1976):
    • Situaciones I: El hombre y las cosas (1947)
    • Situaciones II: ¿Qué es la literatura? (Qu'est-ce que la littérature?, 1948)
    • Situaciones III: La República del silencio: estudios políticos y literarios (1949)
    • Situaciones IV: Literatura y arte (1964)
    • Situaciones V: Colonialismo y neocolonialismo (Colonialisme et néo-colonialisme, 1964)
    • Situaciones VI: Problemas del marxismo 1 (Problèmes du marxisme I, 1964)
    • Situaciones VII: Problemas del marxismo 2 (Problèmes du marxisme II, 1965)
    • Situaciones VIII: Alrededor del 68 (Autour de 68, 1972)
    • Situaciones IX: El escritor y su lenguaje y otros textos (1972)
    • Situaciones X: Autorretrato a los setenta años (1976)

OBRAS FILOSÓFICAS
  • La imaginación (1936)
  • La trascendencia del ego (1938)
  • Bosquejo de una teoría de las emociones (1939)
  • Lo imaginario. Psicología fenomenológica de la imaginación (L'imaginaire. Psychologie phénoménologique de l'imagination, 1940)
  • El ser y la nada (L´être et le néant, 1943)
  • El existencialismo es un humanismo (1945 y 1949)
  • Crítica de la razón dialéctica (Tomo I) (Critique de la raison dialectique, 1960)
CRÍTICA LITERARIA
  • Baudelaire (1947)
  • San Genet: comediante y mártir (Saint Genet comédien et martyr, un estudio sobre Jean Gener) (1952)
  • El idiota de la familia (L'idiot de la famille, un estudio sobre Flaubert) (1972)

OTRAS OBRAS
  • Reflexiones sobre la cuestión judía (1946)
  • El engranaje (L'Engrenage, 1948)
  • Las palabras (Les mots, 1964, autobiografía de su infancia)

PUBLICACIONES PÓSTUMAS
  •  Cuadernos por una moral (Cahiers pour une morale, 1983)
  • Carnets de la drôle de guerre (1983)
  • Verdad y existencia (Vérité et existence, 1989), Paidós I.C.E. / U.A.B., Barcelona, 1996. Trad. de Alicia Puleo. Revisión de la traducción,notaAmoros.
  • Crítica de la Razón Dialéctica (Tomo II)

Fuente: Wikipedia




jueves, 18 de abril de 2013

Albert Camus


El exilio y el reino

RIMBAUD

L'Exil et le Royaume

Albert Camus
(1913 - 1060)

Escritor francés, nacido en Mondovi (Argelia) el 7 de noviembre de 1913 y fallecido en Villeblerin (Yonne, Francia) el 4 de enero de 1960. Fue uno de los principales representantes del existencialismo. Es una de las voces más importantes de la literatura francesa de mediados del siglo XX. Con sus novelas, sus ensayos y sus obras de teatro alcanzó fama universal, sobre todo después de haber sido galardonado con el Nobel de Literatura en 1957.



Vida

Mondovi (actualmente llamada Drean) era una ciudad de Argelia en la que vivía su familia, que era francesa (en aquel tiempo, Argelia pertenecía a Francia). En su casa no había mucho dinero, por lo que sus padres tuvieron que hacer grandes sacrificios para que pudiera estudiar en la Universidad de Argel. Pero pronto abandonó los estudios universitarios debido a una grave enfermedad (tuberculosis).

Fue, desde niño, un gran aficionado a la literatura y al teatro. Fundó una compañía teatral con la que fue recorriendo los barrios pobres y los lugares donde había trabajadores, ofreciendo representaciones para la clase obrera.

Luego encontró trabajo como periodista y, por motivos de trabajo, empezó a viajar con frecuencia por Europa. Durante estos viajes se fue poniendo al día de las modas y los gustos literarios más avanzados.

Se dio a conocer como escritor poco antes de la Segunda Guerra Mundial, con la publicación de un libro titulado Bodas (1939). En él recogía sus principales artículos sobre literatura y viajes. Ganó fama como articulista y reportero (especialidades del periodismo) y, en 1940, se marchó a Francia, en donde fue contratado como redactor del periódico Paris-Soir.

Poco después, durante la invasión de Francia por parte del ejército alemán, defendió a su país como miembro de la Resistencia. Entre otras actividades, Camus dirigió la revista Combat, que se distribuía entre los miembros de la Resistencia.

File:20041113-002 Lourmarin Tombstone Albert Camus.jpgDurante la Segunda Guerra Mundial, Camus había publicado una novela que habría de darle fama en todo el mundo: El extranjero (1942). Nada más acabar la lucha armada, tuvo gran éxito también como autor teatral, al tiempo que publicaba otras novelas que le ponían a la cabeza de los escritores existencialistas.


Todas estas obras le hicieron merecedor del Premio Nobel en 1957. Tres años después, cuando circulaba en coche por el término municipal de Villeblerin, tuvo un accidente en el que perdió la vida.




Camus
Por Juan García Ponce

Juan García Ponce glosa la vida de una de las figuras centrales de la literatura del siglo XX, Albert Camus, bajo la minuciosa y documentada investigación de Olivier Todd.

Letras Libres, julio de 2000

Aunque su padre lo registró como su segundo hijo, nacido el 7 de noviembre de 1913, Albert Camus no tuvo tiempo de conocerlo. Su padre murió al principio de la Primera Guerra Mundial como soldado en la batalla de Verdum. La familia vivía en Argelia cuando era parte de Francia; no una colonia, sino parte de Francia. Los argelinos no árabes se consideraban franceses, aunque en Francia misma los llamaban pied noirs. Secreto a voces, pero secreto. Después de todo, las posibilidades de transporte eran muy malas. Argelia estaba separada de Francia por el mar Mediterráneo, no era Europa sino África. Se pude morir combatiendo por Francia, pero de eso a ser considerado un francés de "primera"... Cuando la Argelia árabe quiso ser independiente, para Albert Camus fue un conflicto de lealtades divididas, sin embargo faltaba mucho tiempo para llegar a ese tiempo. 

Hay que volver a los años felices de Albert Camus en Argelia. Su madre era analfabeta; Lucien, el hermano mayor, estudió muy poco; Albert siguió siempre en la escuela. Iba a ser el "intelectual" de la familia. Lo fue en efecto. Durante sus años argelinos, gozaba mucho en la playa y era muy buen futbolista, pero también fundó un grupo de teatro y siempre tuvo tendencias artísticas. La vida en Argel debía ser muy agradable entonces. El mar, las muchachas muy bellas, el clima cálido y para Albert Camus, además, su poder de seducción. Entre sus maestros ya es definitivo Jean Grenier. 

A los veinte años Albert Camus se casa con Simone Hié, una belleza singular, pero con un defecto muy difícil de erradicar: era morfinómana. Se hizo adicta porque un médico la recetó para calmar dolores. Albert Camus se da cuenta finalmente de la inutilidad de cualquier esfuerzo por liberarla de ese vicio. Se divorcia de ella y vuelve a casarse con Francine Faure. Antes han pasado varias cosas de importancia. Camus al casarse por primera vez ya había escupido sangre; las pruebas demostraron su tuberculosis y se sometió al tratamiento adecuado por aquel entonces, pero nunca se curó. Su vocación de escritor le hace escribir, en Argelia todavía, El extranjero, Calígula y El mito de Sísifo, además de desarrollar una intensa actividad como periodista y animador cultural. Como tantos otros intelectuales de su tiempo se une al Partido Comunista, visita el continente y en Lyon se casa con Francine Faure. El espíritu mediterráneo, las mujeres y la literatura; tres cosas a las que Camus será fiel siempre. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el espíritu mediterráneo y la literatura son una unidad, en cambio no se puede ser fiel a las mujeres sin ser infiel a la mujer. Entonces habría que hablar más bien de la infidelidad permanente de Camus: él mismo reconoce que siempre será fiel a esa infidelidad. 

Regresa a Argelia con Francine y cuando parte de nuevo a Europa ella se queda. Camus ha vuelto a escupir sangre y, como era la creencia entonces, va a las montañas para curarse, porque se suponía que en la montaña el oxígeno era más puro. Todos los tuberculosos de esa época son víctimas de esa falsedad demostrada como tal cuando ya para Camus era demasiado tarde. Hubiese muerto de tuberculosis; no obstante, no podía prever —como nadie puede prever su muerte— que se anticiparía a ese momento. El autor de la teoría del absurdo tendría una muerte absurda. Su madre diría al saber de su muerte: "demasiado pronto". No obstante, Camus aprovechó muy bien los años que le quedaban en dirección de todas sus pasiones. Pascal Pia, un muy buen periodista y amigo de Camus desde muy pronto, le da a leer sus obras a Malraux, una de las admiraciones profundas del propio Camus. Malraux se entusiasma y no vacila en recomendarlo a Gallimard. A esas obras Camus les llama del absurdo.

Las acciones de Calígula son absurdas, irracionales; mostradas en una obra de teatro, no en la vida, son el tema de esa obra de teatro y adquieren la racionalidad de la obra. Eso siempre pasa en el arte. El asesinato de Mersault es irracional, pero también resulta irracional su condena a muerte, más que por el asesinato, por su indiferencia ante la muerte de su madre. Los jueces son hombres justos; Mersault ante su propia muerte sólo vuelve a celebrar la indiferente belleza del mundo. Yo soy un admirador de El extranjero no porque sea una novela del absurdo sino porque es una bella novela. Sin haberla leído desde hace años, recuerdo las palabras con las que empieza: "Anoche murió mamá". Para Mersault es un hecho y no le va a impedir seguir gozando del mundo. Ese es el verdadero motivo de su condena, no el gratuito asesinato de un árabe en la playa; por eso es el extranjero. Sin embargo, también estoy de acuerdo con Nabokov cuando les contestó a los periodistas franceses que Camus era un novelista de tercera categoría. Sus obras dignas de tomarse en cuenta como novelas son las breves narraciones L'Étranger y La Chute. Las cualidades de Albert Camus no se encuentran principalmente en la literatura sino en la fidelidad a sus amores: Argelia y el Mediterráneo; la literatura, que no le correspondía; y las mujeres, que sí le correspondían. Después de muchos avatares intermedios, cuando finalmente llega a establecerse en París dejando a Francine en Argelia, se está en plena ocupación. El ejército francés le ha hecho una muy breve oposición al ejército alemán, lo cual es muy grave porque significa que los nazis están en el poder. Camus conoce finalmente a Gaston Gallimard. Su revista, NRF, es dirigida por un colaboracionista, Pierre Drieu La Rochelle, quien se suicida apenas termina la ocupación y ahora es considerado un muy original novelista. La editorial dirigida por Gaston Gallimard es sospechosa, pero también uno de los principales líderes de la oposición trabaja ahí con un puesto muy importante: Jean Paulhan. Muy pronto Camus asiste a las reuniones de la dirección y es íntimo de Michel Gallimard y su esposa Janine. Su amor público era la actriz María Casares y la pareja es muy popular. Él le dice a María Casares La Única.




¿Quién ahora recuerda el teatro de Camus? ¿Quién piensa en el existencialismo, y en especial en Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, más que como un recuerdo singularmente triste? Pero Camus se une a Sartre como uno de los líderes del existencialismo. Terminará en una feroz polémica porque Camus se aparta del comunismo. Sartre, tanto como Camus, había rechazado la Legión de Honor en su desprecio por todo reconocimiento burgués. Sartre rechaza el Premio Nobel cuando con regular injusticia se le otorgó. Camus también es Premio Nobel unos años después, el más joven Premio Nobel con excepción de Rudyard Kipling, y lo acepta. Hay que admitir que el comentario de Sartre es por lo menos ingenioso: "Lo merece". Pero eso ocurriría muchos años después. Aunque, ocupación o no, los libros siguen publicándose regularmente en Francia, a pesar de la estricta censura nazi durante los años "negros", gracias a Inglaterra y Estados Unidos la liberación llega finalmente. Cuando la reina de Inglaterra fue a Francia a celebrar los cincuenta años de la liberación de Europa por los aliados y Mitterrand mencionó a la "resistencia francesa", la reina no pudo evitar una sonrisa irónica. Sartre, Camus y todo residente francés decente eran miembros de esa "resistencia"; pero la verdad es que difícilmente Francia hubiese sido liberada algún día sin el heroico desembarco de ingleses y norteamericanos y sin la heroica conducta de los rusos por el otro lado. Punto y aparte. La cuestión es que liberaron París. 



Francine va desde Argelia a reunirse con su marido. Camus le explica a La Única que su relación con Francine ya sólo es de hermanos. Este hermano incestuoso no tarda en tener gemelos con Francine. Tan es su mujer legítima que muchos años después será la que acompaña con sus gemelos a Camus a recibir el Premio Nobel. Pero a pesar de ello Camus ha seguido su exitosa carrera de infiel. Arthur Koestler visita París con su mujer Mamaine y se hace muy amigo de Sartre y de Camus. Al asegurarle Mamaine a Camus que a Koestler no le molestan las infidelidades con tal de que no se haga escándalo, ella y Camus pasan juntos una semana en Avignon y mucho después Camus se entera de que Mamaine, bella, inteligente y distinguida, ha muerto en Londres de tuberculosis. Cuando visita Nueva York, además de las bellezas de la ciudad admira la belleza de las americanas. Las alumnas de un colegio femenino al que va a dar una conferencia son para él una hermosa colección de starlets con bellísimas piernas y por supuesto una americana especialista en literatura francesa y muy bella también, Patricia Blake, es su amante. Fiel a sus amantes sí es; con María Casares vuelve varias veces y hasta se permite tener celos de Gerard Phillipe; está comiendo con Patricia Blake en París cuando recibe la noticia del Premio Nobel y hay que mencionar su afirmación de que Malraux lo merecía más. 



Escribe poco, pero en cambio, como Beckett, se dedica a dirigir. Catherine Sellers, joven y guapa, es la actriz elegida por él cuando dirige Requiem for a Nun de William Faulkner, y por supuesto es su amante. Tiene también una amante danesa, más joven aún y extremadamente guapa: Mi. Ella va a París a estudiar arte y Camus la conoce en un café en Saint-Germain. Los resultados son previsibles. Con Mi visita viñedos y luego se retira momentáneamente a las montañas para hacer una vida de solitario e intentar concluir la novela que a su muerte seguía inconclusa: Le premier homme. Le escribe largas cartas amorosas a Mi en las que habla también de las dificultades para hacer literatura. También le escribe a Catherine Sellers. Se hace muy amigo del poeta René Char. Admira el paisaje y siempre tiene el proyecto de recluirse en un monasterio para estar a solas escribiendo. Como sus amigos Michel Gallimard, su esposa Janine y su hija Anne van a irse a París en el automóvil del primero, él, que ya tenía el boleto de tren para irse a París comprado, decide unírseles. René Char también es invitado cuando igualmente tenía el boleto de tren. Rechaza la invitación para que no vaya demasiada gente en el automóvil. ¿Prueba de que el destino es absurdo? La cuestión es que poco antes de llegar a París el automóvil se sale de la carretera. Camus muere inmediatamente; Michel Gallimard, cinco días después en un hospital; las dos mujeres resultan ilesas; el perro que va con ellos desaparece. Camus tenía entonces 47 años.







Al final de su vida, Camus experimentó la suprema angustia de que Argelia se quería separar de Francia. Para él era un problema sin solución. Se sentía tan argelino como francés y era incapaz de concebirlas como algo separado. Optó por guardar silencio, solución con la que nadie estuvo de acuerdo. Sus libros sobre Argel, Noces y L'Été, son muy bellos. L'Étranger también se desarrolla en Argel y La Chute en Amsterdam. Olivier Todd, su biógrafo, dice que los jóvenes leen mucho a Camus. Amén. 






Obra

Albert Camus representa la culminación del existencialismo en la narrativa de ficción. En su obra narrativa se reflejan a la perfección todas las angustias y temores del hombre de mediados del siglo XX, aterrorizado tras una tragedia de las proporciones de la Segunda Guerra Mundial.

Su rasgo más original, dentro de este pensamiento común, es el elogio de algunas cualidades del ser humano. Camus ve algo positivo en el hombre: su capacidad de superar los desastres con dignidad, y su necesidad de compartir sus alegrías y temores con otros hombres. Así, las novelas de Camus, escritas en un estilo directo, seco y vigoroso, presentan la esperanza y la solidaridad humana como solución a lo absurdo.

En El extranjero (1942), ambientada en Argelia, como otras muchas obras que escribió después Camus, aparecen sus primeras reflexiones sobre el existencialismo. Pero su obra maestra es La peste (1947), en la que se aprecia con mayor intensidad su idea acerca de lo absurda que puede llegar a ser la vida humana. Camus se inventa una situación trágica, los efectos terribles de una epidemia de peste en Orán (Argelia), para presentar las diversas reacciones del ser humano ante el desastre, la desgracia y la muerte.

Además, escribió otras narraciones como La caída (1956); una colección de cuentos titulada El exilio y el reino (1957); la novela de juventud Una muerte feliz, que no se publicó hasta 1971; y El primer hombre, que no pudo terminar.

Sus obras dramáticas más famosas son las que tratan temas existencialistas (al igual que sus novelas), como El malentendido (1944), El estado de sitio (1948) o Los justos (1950). Calígula, escrita en 1938 pero no representada hasta 1945, es su obra maestra dentro del género teatral, y una de las piezas más representativas del teatro existencialista.

Muchas de las ideas existencialistas que Camus presenta en sus novelas y piezas teatrales quedaron también reflejadas en sus textos de pensamiento y reflexión (o ensayos). Por ejemplo, El mito de Sísifo (1942) es un ensayo sobre el suicidio, y El hombre rebelde (1951) sirvió de punto de partida para su novela La caída.

Camus recopiló muchos de sus artículos periodísticos en libros como Actuales (publicado en tres volúmenes: 1950, 1953 y 1958) o El verano (1954).




BIBLIOGRAFÍA

NOVELAS Y RELATOS
  • La muerte feliz (La mort heureuse) (1937), publicada por primera vez en 1971 ya que Camus la abandonó para escribir El extranjero.
  • El extranjero (L'étranger) (1942)
  • La peste (La peste) (1947)
  • La caída (La chute) (1956)
  • El exilio y el reino (L'exil et le royaume) (1957)

TEATRO
  • Calígula (Caligula) (1944)
  •  El malentendido (Le malentendu) (1944)
  • Estado de sitio (L'état de siège) (1948)
  • Los justos (Les justes) (1950)
  • Los posesos (1959)

ENSAYOS
  • Bodas (Noces) (1939)
  • El mito de Sísifo (Le mythe de Sisyphe) (1942)
  • Cartas a un amigo alemán (Lettres à un ami allemand) (1948)
  • El hombre rebelde (L'homme révolté) (1951)
  • El verano (L'Été) (1954)
  • Reflexiones sobre la guillotina (Réflexions sur la guillotine) (1957)

Fuente: Wikipedia


viernes, 12 de abril de 2013

Bartolomé Esteban Murillo


Autorretrato, 1670 - 1673
The National Gallery, Londres
Murillo


Bartolomé Esteban Murillo
(Sevilla, 1617-Cádiz, 1682) 

Pintor español. Nació en 1617 en el seno de una familia de catorce hermanos, de los que él fue el benjamín. Quedó huérfano de padre a los nueve años y perdió a su madre apenas seis meses después. Una de sus hermanas mayores, Ana, se hizo cargo de él y le permitió frecuentar el taller de un pariente pintor, Juan del Castillo.
En 1630 trabajaba ya como pintor independiente en Sevilla y en 1645 recibió su primer encargo importante, una serie de lienzos destinados al claustro de San Francisco el Grande; la serie se compone de trece cuadros, que incluyen La cocina de los ángeles, la obra más celebrada del conjunto por la minuciosidad y el realismo con que están tratados los objetos cotidianos.


La Sagrada Familia del pajarito (c.1650), de Murillo


El éxito de esta realización le aseguró trabajo y prestigio, de modo que vivió desahogadamente y pudo mantener sin dificultades a los nueve hijos que le dio Beatriz Cabrera, con quien contrajo matrimonio en 1645. Después de pintar dos grandes lienzos para la catedral de Sevilla, empezó a especializarse en los dos temas iconográficos que mejor caracterizan su personalidad artística: la Virgen con el Niño y la Inmaculada Concepción, de los que realizó multitud de versiones; sus vírgenes son siempre mujeres jóvenes y dulces, inspiradas seguramente en sevillanas conocidas del artista.

Tras una estancia en Madrid entre 1658 y 1660, en este último año intervino en la fundación de la Academia de Pintura, cuya dirección compartió con Herrera el Mozo. En esa época de máxima actividad recibió los importantísimos encargos del retablo del monasterio de San Agustín y, sobre todo, los cuadros para Santa María la Blanca, concluidos en 1665. Posteriormente trabajó para los capuchinos de Sevilla (Santo Tomás de Villanueva repartiendo limosna) y para el Hospital de la Caridad (cuadros sobre las obras de misericordia).

Murillo destacó también como creador de tipos femeninos e infantiles: del candor de La muchacha con flores al realismo vivo y directo de sus niños de la calle, pilluelos y mendigos, que constituyen un prodigioso estudio de la vida popular. Después de una serie dedicada a la Parábola del hijo pródigo, se le encomendó la decoración de la iglesia del convento de los capuchinos de Cádiz, de la que sólo concluyó los Desposorios de santa Catalina, ya que falleció, mientras trabajaba en ella, a consecuencia de una caída desde un andamio.




Niños comiendo melón y uvas (c. 1650)






sábado, 6 de abril de 2013

Federico Andahazi


Federico Andahazi
Federico Andahazi
(1963)

Escritor argentino, nacido en Buenos Aires el 6 de junio 1963.

Antes de iniciar sus estudios universitarios, Carlos Federico Andahazi trabajó como grabador de vidrio, en un vídeo-club y en una agencia de viajes. Se licenció en Psicología por la Universidad de Buenos Aires. Después de dos años ejerciendo como psicoanalista abandonó su profesión para dedicarse por completo a la literatura. Seguidor de autores como Kafka o Jack London, la calidad literaria de sus primeros cuentos fue reconocida en diversos certámenes y concursos.

Con su primera novela publicada, El anatomista, ganó el Primer Premio de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat, pero la presidenta de la fundación protestó en el último momento por el contenido erótico de la obra y Andahazi pudo recibir el dinero pero no fue reconocido como el ganador del premio; "La obra premiada no contribuye a exaltar los valores más elevados del espíritu humano", declaró la Fundación. El anatomista, que finalmente fue publicada en 1997 y obtuvo un enorme éxito, está inspirada en la vida de Mateo Colón, un médico del siglo XVI al que se le atribuye el descubrimiento del clítoris ("amor veneris").

En 1998 publicó Las piadosas, de nuevo inspirada en personajes reales. En esta ocasión Andahazi fijó su atención en las hermanas Legrand, actrices del siglo XVIII que fueron censuradas en su época por lo atrevido de sus actuaciones. En 2000 llegó a las librerías El príncipe, una inteligente alegoría política protagonizada por gobernantes manipuladores, llenos de ambición y ansias de poder, que no fue tan bien aceptada por la crítica como las anteriores novelas de Andahazi, pero acabó convirtiéndose casi en una profecía de lo que pronto ocurriría en Argentina. Su siguiente novela, El secreto de los flamencos (2002), ambientada en los Países Bajos durante el siglo XV, describe la lucha entre dos bandos de pintores: los seguidores de la escuela florentina y los seguidores de la escuela flamenca; el argumento permite a Andahazi, nieto de pintor, reflexionar sobre la luz, las sombras y el color.

Uno de los libros más originales de Andahazi es sin duda la "novela musical" titulada Errante en la sombra (2004). En ella describe los orígenes del tango desde la figura trágica de uno de sus creadores, Juan Molina. Como si se tratara de un musical, en algunas páginas la acción se detiene y los personajes se expresan a través de las letras de tangos; además, la original figura del narrador se asemeja a un "maestro de ceremonias" que se esconde tras las bambalinas.

La acción de su siguiente novela, La ciudad de los herejes (2005), transcurre en Francia en el año 1347, cuando el malvado duque Geoffroy de Charny planea construir una iglesia para honrar los poderes de un supuesto Santo Sudario, que él mismo ha confeccionado; mientras la pareja formada por su hija y un monje huyen a España para poder vivir su amor libremente. De nuevo Andahazi volvió a ser motivo de polémica, cuando la novela escandalizó a algunos lectores y recibió las críticas de algunos sectores de la Iglesia católica; el propósito del autor fue en este caso, según sus propias palabras, hacer reflexionar al lector "sobre el placer y la culpa, el poder y el fanatismo, y sobre la misoginia de la Iglesia a lo largo de los tiempos".






POR QUÉ SOY ESCRITOR
Por Federico Andahazi

Puedo fechar con precisión el momento en que decidí ser escritor. Fue el 24 de marzo del ’76, durante la madrugada posterior al golpe militar. Yo tenía trece años. Recuerdo aquella noche como un largo y aciago funeral. La familia se había reunido en casa de mis abuelos. Cenamos en silencio. Pasada la medianoche, mi abuelo se levantó de la mesa y, sin decir palabra, fue hasta la biblioteca. Todos vimos cómo empezaba a bajar los libros de los anaqueles agrupándolos en atados hechos con hilo sisal. Nadie se atrevía a preguntarle nada. Fue una tarea ardua; trabajaba con un gesto concentrado y no permitía que nadie le ayudara. Aquella biblioteca era su vida.
Mi abuelo, Samuel Merlín, el padre de mi madre, había llegado a la Argentina en 1912 desde la devastada Rusia. Tenía cinco años. Trabajó desde el mismo día en que llegó al país vendiendo diarios en la calle. Así, voceando los titulares, aprendió a hablar el castellano. Años más tarde, de vender diarios pasó a vender libros y ya, en la adultez, a editarlos. Su desdén por el mercado hizo que fundiera tantas editoriales como las que fundara. Su última editorial llevaba su nombre: Merlín. Sin posibilidades de recuperarse de la ruina económica, trabajó para diversos sellos; el último fue EUDEBA.
El hecho es que, en su vejez, tenía una sola posesión: la colosal biblioteca que, como he dicho, era la historia de su vida. Mi abuelo no ignoraba que la enorme cantidad de bibliografía política la convertía en un peligro para su familia. De modo que aquella madrugada, cuando hizo el último atado, antes de que despuntara el alba, llevó todos los libros a un terreno baldío frente a su casa, al otro lado de la calle ayacucho, y fue quemándolos uno a uno. Pude presenciar aquella escena desde el balcón. Era un hombre duro, un inmigrante curtido en el rigor de la guerra y el exilio. Iluminado por el fuego, fue la única vez que lo vi quebrado. Era como verlo inmolarse. De hecho, sobrevivió pocos años a la quema de su propia biblioteca.
Desde entonces, cada vez que pongo punto final a un libro de mi modesta autoría, no puedo evitar la ilusoria convicción de estar restituyendo un volumen a la biblioteca perdida de mi abuelo. 




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Federico Andahazi



Federico Andahazi. "El sexo despierta neurosis y pudor"

Por Soledad Vallejos
DIARIO LA NACIÓN, 3 de noviembre de 2012

El autor de El anatomista, una obra tan exitosa como
escandalosa, admite que su hija no puede leer
ninguno de sus libros


A Federico Andahazi lo desvela la posibilidad de descubrir. Donde hay certidumbre, él da el batacazo con una revelación oculta. Ni provocador ni irreverente (aunque esté acostumbrado a serlo también), él prefiere definirse como un "descubridor de personajes". Lo hizo con El a natomista, su primer éxito literario, que causó revuelo y vendió más de 100.000 ejemplares, donde narraba la historia de Mateo Colón, un hombre que en el siglo XVI no descubrió América, sino el clítoris.
Ahora, Andahazi (49) tiene entre sus manos otro hallazgo: acaba de publicar El libro de los placeres prohibidos (Planeta), una novela que "descubre" a Johannes Gutenberg, que en el siglo XV creó la imprenta, como un gran falsificador de libros, un perfecto y perspicaz estafador. Pero en esta nueva historia tampoco falta el erotismo y el sexo, y todo comienza en el Monasterio de las Adoratrices de la Sagrada Canasta, un lujurioso burdel a las orillas del Rin, donde habitan las prostitutas más codiciadas.

-El libro habla sobre la propiedad intelectual, pero el sexo está muy presente. ¿Por qué te atrae tanto la temática?
Creo que la sexualidad es algo que a nadie le resulta indiferente. Desde la aparición del psicoanálisis, la sexualidad es el componente de la literatura, lo que Freud llamaba "mecanismo de sublimación", convertir esas pulsiones sexuales en algo superior. Y creo que los autores tenemos que ver de qué forma la transitamos sin que sea burda, obscena, y no me refiero a lo pornográfico, sino a lo obsceno, como lo que está mal hecho. El mal erotismo es mucho peor que la buena pornografía.

-¿Sos un ávido lector de literatura erótica?
-Es que desde la Biblia hasta acá, lo erótico está presente en casi toda la literatura. El cantar de los cantares [uno de los libros de la Biblia] es eminentemente erótico. De hecho, nadie se ha ocupado tanto de la sexualidad como la Iglesia. También me gusta la literatura gótica; tengo el recuerdo de los libros del autor polaco Chaim Potok, cargados de un erotismo que me costó encontrar luego en la literatura o el cine. Ni hablar de la buena literatura pornográfica, como el marqués de Sade.

¿Algún parentesco con Sade?
-No. Sade es un autor porno y hoy sería impensable que alguien pudiera escribir como él. En realidad, sería impublicable, y en ese sentido creo que hay un gran retroceso. En Sade hay una filosofía, un punto de vista frente a la existencia. Él dice que el goce sexual tiene que prevalecer ante cualquier otro valor humano. Eso es una filosofía, una moral, una ética.

- ¡Pero eso es lo que le sucede a uno de los protagonistas de tu libro!
[Se ríe] Absolutamente. Creo que, finalmente, de una u otra forma, eso nos sucede a todos. Pero la novela está estructurada en dos ejes. El policial, un thriller clásico que se inicia con una serie de homicidios, y el otro eje que surge inmediatamente y que reflexiona en torno a este objeto tan misterioso que es el libro. Y algo muy curioso, en el 1400, el libro impreso surge de la misma manera que lo hizo el libro digital hoy.

¿Cómo?
-Surge como un delito. Porque vamos a decirlo con todas las letras: tenemos una idea escolar de Gutenberg como el creador de la imprenta.

-¿Es cierto todo lo que contás sobre Gutenberg? ¿Creó su invención con el principal motivo de falsificar, estafar y ganar dinero?
Absolutamente. Viajé a Alemania para investigar y lo comprobé. Consta en diferentes archivos. En aquella época, un libro tenía el valor de una casa. Supongamos, hoy, un millón de euros. Era, entre otras cosas, un objeto de inversión sólo destinado a la Iglesia, los nobles y los príncipes. Gutenberg era un personaje extraño, oscuro, y en todas las biografías que se escribieron sobre él, y muy elogiosas, esa idea está latente casi de manera burda.

-Hablás de censura, de plagio, de política, de ética y de religión. ¿Te gusta elegir siempre escenarios del pasado para discutir el presente?
Sí. Los mismos debates y reflexiones se pueden hacer con más elegancia. Aunque una novela transcurra en la Edad Media, siempre estoy hablando del presente. Además, creo que los argentinos estamos enfermos de coyuntura?

-¿Querés decir que la actualidad contamina e impide reflexionar?
-Sí, la noticia diaria te produce miopía. Creo que situar los debates en el pasado, mientras más remoto mejor, te permite ver esas discusiones en perspectiva.

¿Leés los diarios?
Ahora no. Como hace diez años dejé de fumar, cuando nació mi primera hija, desde hace un año decidí dejar de leer los diarios de la manera patológica en que lo hacía.

-En otros tiempos, tu obra hubiera sido censurada. ¿Qué opinás sobre los avances contra la libertad de expresión de hoy?
Me parece que es un momento en que, fundamentalmente, los autores tenemos que estar muy atentos y defender, sobre todo, la libertad de expresión.

-Luego de tus tres libros sobre la historia sexual de los argentinos, ¿podés decir en qué somos distintos y si tenemos una relación especial con el sexo?
-Te cuento una anécdota. Asistí en Finlandia, durante el verano europeo, a un encuentro de escritores. Allí se toma mucho alcohol y desde temprano. A las 11 de la mañana, habiendo desayunado cerveza, los escritores llegábamos a las ponencias casi borrachos. Me acuerdo de una tarde en que luego de las charlas terminé en un baño finlandés discutiendo con una escritora francesa. La discusión era fuerte, pero lo más extraño es que todos allí estábamos desnudos, y la desnudez se vivía con una naturalidad infrecuente. El cuerpo estaba despojado de cualquier erotismo, porque la sensualidad también tiene que ver con las circunstancias. Mientras discutía descubrí que ese acto no tenía nada que ver con la sexualidad, que despierta la misma neurosis y pudor en todos lados, en todo el mundo.

- ¿Andahazi es un hombre pudoroso?
-Sí, mucho más de lo que quisiera.

¿Qué cosas te dan pudor?
-Soy pudoroso con mis hijos, mi mujer, ni hablar con mi madre, que además es una gran lectora y es una de las primeras personas a las que les doy mis libros. Tiene una gramática excelente. Pero se lo doy con censura, así que ahí donde hay una errata gramatical es la parte censurada [ se ríe ]. Mi hija mayor, que tiene diez años, me pregunta cada vez más seguido: "Papá, ¿cuál de tus libros puedo leer?"

- Ninguno.
- Sí, claro. Pero ya encontré la solución.

- Empezaste a escribir cuentos infantiles.
-Exactamente. Con mi mujer, que es una gran ilustradora, estamos terminando de escribir una colección de cuentos infantiles. A fin de cuentas, quien no tiene un espíritu infantil no podrá ser lector nunca. Recuerdo una de las narraciones populares japonesas que me contaba mi mamá de chico: Mamotaro, el niño que nacía de un durazno y luego se convertía en samurái, y encuentro la resonancia de aquel cuento en todo lo que escribo. En definitiva, uno siempre escribe Mamotaro.

Domar las letras, y un vino
A Federico Andahazi le gusta frecuentar un pequeño reducto gastronómico muy cerca de su casa, Wolff, un restó con pocas mesas y un ambiente muy familiar, en Belgrano R. Allí es recibido como alguien más "de la casa". La entrevista con la nacion transcurrió en una de las mesas sobre la vereda, a pleno sol. Al llegar, el escritor saluda a la moza y le pide la carta de vinos, aunque siempre que come en Wolff, revela, descorcha un Domados Malbec, de Mendoza. "La verdad, con el malbec argentino es difícil equivocarse. Por suerte, tenemos muy buenos vinos, y también muy buenos escritores." 



Federico Andahazi
"Las musas me susurran cosas incomprensibles.
Deben ser finlandesas"

Por Claudio Andrade
DIARIO RÍO NEGRO, domingo 7 de agosto de 2005

- ¿Por qué se envidia a un escritor como Federico Andahazi?
- No considero tener ningún mérito que pudiera despertar envidia. Me molesta la gente que cree ser objeto de la envidia de los demás.
- ¿Escribirá algún día un libro electrónico?     
- No se puede escribir un libro electrónico; no hay que confundir el formato con el contenido. Toda la literatura clásica está digitalizada. Libros que han sido escritos con pluma hoy son electrónicos. Yo escribo novelas, el formato es una cuestión que atañe a los editores.
- ¿Ha leído algún capítulo de la saga de Harry Potter?
- Si no me equivoco, se trata de libros infantiles. Debo confesar que ya estoy un poco viejo para la literatura juvenil.
- De no ser escritor hubiera sido...
- Bueno, antes de que la literatura fuese mi oficio, yo ya tenía una profesión: psicoanalista.
- ¿Es la mujer el mayor enigma literario?
- Sí, por supuesto.
- ¿Me dice el autor de "Las piadosas" cómo se escribe el odio?
- Con la misma sustancia con la que se escribe el amor. Que exista un género llamado "novela de amor" es una convención; podría llamarse "novela de odio".
- ¿Me dice el autor de "El anatomista" cómo se escribe el amor?
- ...(queda respondida con la anterior)
- ¿Existió el enorme William Shakespeare o fueron varios representando a uno, como dicen?
- Existió y fue, además, un gran actor.
- ¿Podría encontrar una definición para la palabra "clásico"?
- Clásico es el que vence al tiempo, el que se mueve permanentemente por delante de la historia.
- ¿Es cierto, como aseguran por la televisión, que todo va mejor con Coca Cola?
- Sí, sobre todo si hace falta aflojar un bulón oxidado.
- Ya que estamos en la era de los jingles y los avisos de estética conmovedora, ¿tiene arte un eslogan publicitario?
- No, en absoluto.
- Una modelo, ¿qué le sugiere?
- No tengo el privilegio de que alguna modelo me sugiriera algo. Hasta el momento ninguna me ha propuesto nada.
- ¿Se emborrachó por despecho?
- No.
- ¿Tiene corazón tanguero o borgeano?
- No son categorías excluyentes, al contrario. Pero diría que tengo un corazón celedoniofloriano.
- ¿Qué le comentan sus fans en Finlandia?
- Cosas incomprensibles.
- ¿Y en Rusia?
- Cosas un poco menos incomprensibles, ya que tengo algún antepasado ruso.
- ¿Sabe usted por qué el sexo aún genera controversia?
- Ese es el carácter fundamental de la sexualidad humana. Imagínese si la sexualidad fuese tan previsible como la de las tortugas.
- ¿Toma apuntes en los aviones?
- He escrito la mayor parte de mis libros posteriores a "El anatomista" en distintos aviones.
- Y a fin de cuentas, ¿le gusta viajar o prefiere la soledad y el refugio de su casa?
- Creo que uno viaja para volver.
- Dígame una geografía en la que pasaría una parte del año.
- Soy de la pampa y me gusta la
geografía plana, expandida y sin sobresaltos de Buenos Aires. La montaña nos devuelve el eco de nuestros propios pensamientos; en cambio, el horizonte nos permite escapar de esos fantasmas.
- ¿Ve alguna de las telenovelas de tantas que pululan por ahí?
- No.
- ¿Qué es una charla de café?
- La mitad de mi vida.
- ¿Qué aprendió entre las mesas de los bares?
- La mitad de lo que sé.
- ¿Se entrena un escritor?
- No.
- ¿Qué libros lee Federico Andahazi por estos días?
- "Las Confesiones de San Agustín", en función de la novela que estoy intentando terminar por estos días.
- ¿Se lee a sí mismo Federico Andahazi?
- Jamás.
- ¿Le hablan en sueños sus personajes?
- No. A veces sueño argumentos y me despierto con la certidumbre de haber concebido una genialidad; después del primer mate comprendo que se trataba de una tontería.
- ¿Qué hay de mago en un buen escritor?
- Mucho. El oficio del escritor es el de mentir sin engañar. Eso mismo es la magia.
- ¿Cómo define usted, escritor, a un mal escritor?
- Aquel que no reconoce padres literarios. El pretencioso, el que se cree dueño de una revelación, el que se cree superior al resto de los mortales.
- ¿Qué es o cómo explica un best seller?
- Un libro que, por circunstancias difíciles de establecer, se vende más de lo tolerable para un crítico literario.
- ¿Escribirá la historia de una estrella de rock?
- Ya se han escrito varias.
- ¿Federico Andahazi está más cerca de los legendarios "Rolling Stones" o del, imagino yo, sobrio Cuarteto de Cuerdas de Viena?
- Bueno, creo que hasta para los integrantes de un cuarteto de cuerdas de Viena serían preferibles los Stones a ellos mismos.
- Si no le molesta, recomiéndeme un buen vino tinto.
- Un tempranillo es un vino noble.
- Y una buena película, también, por favor.
- Apocalipsis now.
- Como no podía ser de otra manera, un buen libro...
- "No soy Stiller", de Max Frisch.
- ¿Existe la amistad entre hombres y mujeres?
- Por supuesto.
- ¿Existen los fantasmas al estilo en que los retrató Alejandro Amenábar en "Los Otros"?
- Sí, desde luego.
- ¿Ha tomado ya la costumbre de leer diarios por internet?
- Sí, paso toda la mañana leyendo diarios online.
- ¿Qué le susurran las musas cuando le hablan al oído?
- Cosas incomprensibles. Deben ser finlandesas.
- Una mujer le deja su teléfono; ¿qué quiere decir eso?
- Que está muy confundida.
- ¿Es lo mismo el caos que la suerte de vivir?
- No existen el caos ni el cosmos: son categorías que establecemos quienes tenemos la suerte de vivir, suponiendo que vivir fuera una suerte.
- Cuénteme, si quiere, por supuesto, al menos tres ideas para sus tres futuros libros.
- Un libro no está hecho de ideas; la idea es una suerte de síntesis a posteriori. Imagínese esta idea: un tipo que se vuelve loco y sale de su pueblo a pelear contra esos fantasmas creados por su propia locura. Sonaría estúpido; sin embargo, es la idea del Quijote.

Fuente: DIARIO RÍO NEGRO ONLINE



"He descubierto el oficio de poeta de tango al componer las letras de las canciones que deambulan por el libro. Ha sido una experiencia fantástica". Federico Andahazi (Buenos Aires, 1963), psicoanalista y escritor, ha creado la historia de Juan Molina, un hombre que amó el tango, y que por devoción a su música, por lealtad al destino fatal que ésta le imponía, eligió vivir a la sombra y callar la pasión que lo consumía.


BIBLIOGRAFÍA


  • 1997El anatomista (novela)
  • 1997Las piadosas (novela)
  • 1998El libro de las tentaciones (compilación de cuentos premiados)
  • 2000El príncipe (novela)
  • 2002El secreto de los flamencos (novela)
  • 2004Errante en la sombra (novela musical)
  • 2005La ciudad de los herejes (novela)
  • 2006El conquistador (novela)
  • 2008Pecar como Dios manda. Historia sexual de los argentinos (obra no ficción)
  • 2009El oficio de los santos (libro de cuentos)
  • 2009Argentina con Pecado Concebida. Historia sexual de los argentinos 2 (obra no ficción)
  • 2010Pecados y Pecadores. Historia sexual de los argentinos 3 (obra no ficción)
  • 2012El libro de los placeres prohibidos (novela)