Ken Loach
(1936)
(Kenneth Loach; Nuneaton, Warwickshire, 1936) Director de cine británico, autor de títulos como Agenda oculta, Tierra y libertad o Mi nombre es Joe, en los que plasmó sus inquietudes político-sociales con un fuerte componente de denuncia. Realizador heredero del Free Cinema, su obra incidió particularmente en la situación de las clases más desfavorecidas del Reino Unido, sobre todo a partir del ascenso al poder de Margaret Thatcher.
Hijo de un ingeniero eléctrico, fue un estudiante brillante que decidió matricularse en derecho en la exigente Universidad de Oxford tras haber realizado dos años de servicio militar en la aviación del ejército británico. A los veinticinco años entró por primera vez en contacto con las artes escénicas a través del grupo de teatro de la universidad. Fascinado por el descubrimiento, decidió dejar temporalmente de lado su potencial carrera de abogado.
Ken Loach
Una vez finalizados sus estudios, debutó como asistente de dirección en el Northampton Repertory Theatre, tras unos titubeantes inicios en el mundo de la comedia. El cine ganó rápidamente su atención y, en 1963, tras obtener una beca concedida por la cadena de radio y televisión British Broadcasting Corporation (BBC), comenzó a estudiar realización.
Sus primeras producciones, ideadas para la televisión, eran dramas ficticios narrados en forma de documental. En ellos daba cuenta de las vicisitudes padecidas por individuos pertenecientes a la clase obrera de un país que siempre manifestó una acusada sensibilidad social. Carol White, la protagonista de los mismos, trabajaría con el director en Poor Cow (1967), su primera producción para el cine.
De la mano de su amigo Alan Thornett, a finales de la década de 1960 Loach se hizo asiduo de las reuniones organizadas por la Liga Obrera Socialista (aunque no era miembro de la asociación), uno de los movimientos activos de la izquierda británica en la época. Si bien fue una de las plataformas cuya ideología marcó más profundamente el devenir político del realizador, la creciente personalización del partido en la figura del ultraortodoxo Gerry Healey le llevó a desvincularse poco a poco de la misma. Loach reconocía el sectarismo de las diversas organizaciones que articulaban el trotskismo en el país, aunque siempre ha insistido en que eran “el único lugar en donde uno podía adquirir una educación política”.
Entre 1968 y 1990 la práctica totalidad de la producción de Loach fue para la televisión, con excepción de algunos largometrajes aislados (como Kes, éxito de crítica en Cannes en 1970). Pero el ascenso al poder de Margaret Thatcher y el creciente desgarro social favorecido por el ultraliberalismo de sus sucesivos gobiernos llevaron al realizador a cambiar de medio.
Un cine comprometido
En 1990 Loach estrenó Riff Raff, filme con el que de algún modo se reinventaba a pesar de mantener el discurso de sus casi veinte producciones precedentes. Cine y conciencia de clase, Riff Raff reivindicaba el estilo directo, de gran fuerza narrativa, que había hecho suyo el neorrealismo italiano a través de maestros como Luchino Visconti o Roberto Rossellini. Aunque Loach siempre criticó el llamado realismo socialista (ha recordado en multitud de ocasiones que Trotski postulaba que el partido debía mantenerse al margen de la imposición de cualquier tendencia artística), lo cierto es que su cine se presenta al público desnudo de todo artificio.
Habitualmente los equipos de rodaje de Loach mezclan actores profesionales y no profesionales, hermanados por una visión política común acerca del conflicto y los hechos explicados en el guión. Riff Raff, que narra las experiencias de un grupo de trabajadores de la construcción, respondía por completo a este esquema.
La fórmula se repitió en 1993 con Lloviendo piedras, para muchos su mejor filme. La conmovedora historia del irlandés en paro que se mete en líos con un prestamista ilegal para poder comprarle a su hija el vestido para la comunión golpeó la conciencia del público europeo, incluido el del Festival Internacional de Cine de Cannes, que concedió a la película el premio del Jurado. Contundente y no exento de humor, el cine de Loach se reivindicaba al mismo tiempo como una punzante herramienta de denuncia social y un acongojante modo de sufrir en la oscuridad de una sala de cine.
En 1995, tras Ladybird, Ladybird, Loach acometió la que probablemente sea su película más ambiciosa: Tierra y libertad. Filme coral ambientado en la Guerra Civil española, Tierra y libertad se centra en las vivencias de un joven combatiente inglés de las Brigadas Internacionales. Basada en parte en la obra de George Orwell Homenaje a Cataluña, pero también en el recopilatorio Barcelona Roja: Dietario de la revolución (julio 1936 - enero 1939), era probablemente la más conmovedora película jamás dedicada al conflicto, y también la más alejada de los tópicos habituales en la mayor parte de las numerosas producciones españolas en él centradas.
Tierra y libertad (1995)
El ascenso al poder del Partido Laborista de Tony Blair en 1997 no modificó la actitud de Loach, que criticó abiertamente el plan "Welfare to Work" (conjunto de proyectos de capacitación laboral para personas desocupadas). El hecho de que el Banco de Inglaterra sugiriese que la tasa de desocupación estaba “por debajo de su nivel natural” llevó a Loach a preguntarse si el clima de fluido diálogo entre esta institución y Gordon Brown (ministro de Hacienda del Gobierno Blair) no ocultaba las verdaderas intenciones de un primer ministro más popular entre los partidos conservadores europeos que entre los socialdemócratas.
Desde entonces, el cine de Loach ha ido reiterando su fórmula: historias sencillas de los perdedores del capitalismo, personajes marginales asfixiados por problemas de clase que tratan de sobrevivir en un entorno hostil. La canción de Carla (1996), Mi nombre es Joe (1998), La cuadrilla (2001) o Felices dieciséis (2002) son ejemplos de los derroteros por los que transcurrió la cinematografía de un autor que corría serio riesgo de convertirse en objeto de atención exclusiva de militantes izquierdistas.
El viento que agita la cebada (2006)
Las cosas, afortunadamente, cambiaron gracias al éxito obtenido por la brillante El viento que agita la cebada en su presentación en la 59ª edición del Festival Internacional de Cine de Cannes. El filme, que analiza el origen de la guerra civil irlandesa y el nacimiento del IRA (Ejército Republicano Irlandés), obtuvo la Palma de Oro del certamen y devolvió a su autor al primer plano de la actualidad. Loach, que aseguró que el proyecto le llevó diez años, se mostró sinceramente sorprendido por el recibimiento que crítica y público dispensaron a su trabajo, al que seguiría el filme These Times.
“
En Cannes se concentra la industria. No imagino un premio más prestigioso que la Palma de Oro. No la cambiaría por un Oscar.
“Desafiar a la ortodoxia es cada vez más difícil.
“En Gran Bretaña decimos que no necesitamos al KGB porque tenemos a la BBC. Manipula tu punto de vista con tanta sutileza que no te das cuenta.
“No valoramos a los inmigrantes como es debido.
“Siempre que hay un ejército de ocupación, la gente quiere echarlo de su país, y las tropas invasoras reaccionan contra el pueblo con racismo y desprecio.
“El amor no lo puede todo. El problema es el entorno social y económico que envuelve la gente. No se trata de «all you need is love» (todo lo que necesitas es amor); Yo soy leninista, no «lennonista».”
Lo mejor de Ken Loach en VOD
18/03/2015
Acaba de estrenarse online la nueva (¿y última?) película de uno de los más importantes directores europeos de su generación.
Estamos hablando de Jimmy's Hall, la nueva propuesta del gran Ken Loach, que también es uno de los autores más prolíficos del cine actual (y antes responsable de algunas de las mejores series británicas), aunque a diferencia de otros (y no hablamos del genio Woody Allen y sí de algunos mucho más cercanos y que incomprensiblemente siguen recibiendo ayudas para hacer películas) el cine de Loach garantiza una calidad y personalidad indiscutible e intransferible
.
13 premios en varios festivales de Cannes (alguien tendría que rodar una comedia romántica con el affair entre Loach y Cannes), un BAFTA y el BAFTA de honor, 8 premios en el Festival de Berlín, dos César, el Europen Film Award de Honor, premio del público en San Sebastián, 9 en Venecia... estamos ante uno de los directores más premiados del cine europeo (solo le falta el Oscar), ante el director más social que el género puede reconocer.
Grandes películas como La canción de Carla, Tierra y libertad, Lloviendo piedras, Agenda oculta, Pan y rosas, La cuadrilla, Kes, Riff Raff... el bueno de Loach nos ha visitado casi cada año. Y quizá lo haya hecho ya por última vez. Le debemos mucho, como cinéfilos y como interesados en las cosas que no funcionan en el mundo.
Es su último estreno en cines y gran novedad de la semana en VOD, y mucho se teme que podría ser la última película del veterano director.
Es su nueva colaboración con el guionista Paul Laverty, que adapta la obra de Donal O'Kelly, en la que desde una postura más entretenida y lúdica hablan de política y de activismo social a través de una historia real con ciertos ecos a nuestro presente.
En 1921 El pecado de Jimmy Gralton fue construir un salón de baile en un cruce de caminos rurales en una Irlanda al borde de la guerra civil. El Pearse-Connolly Hall era un lugar donde los jóvenes podían venir a aprender, a discutir, a soñar... pero sobre todo para bailar y divertirse. Mientras la popularidad de la sala crecía, su reputación socialista y de espíritu libre atrajo la atención de la iglesia y los políticos, que obligaron a Jimmy a cerrar la sala y huir. Pero...
En 1921 El pecado de Jimmy Gralton fue construir un salón de baile en un cruce de caminos rurales en una Irlanda al borde de la guerra civil. El Pearse-Connolly Hall era un lugar donde los jóvenes podían venir a aprender, a discutir, a soñar... pero sobre todo para bailar y divertirse. Mientras la popularidad de la sala crecía, su reputación socialista y de espíritu libre atrajo la atención de la iglesia y los políticos, que obligaron a Jimmy a cerrar la sala y huir. Pero...
Barry Ward, Simone Kirby, Andrew Scott y Jim Norton protagonizan Jimmy's Hall. Hay que verla, sobretodo si es el adiós de la brillante carrera del director.
Gran Premio del Jurado en Cannes, nominada a la enésima Palma de Oro de Loach, Bafta a Actor y Guionista (de nuevo, Paul Laverty) y premio a la Mejor Película Europea en San Sebastián, esta película llena de corazón, de sentimientos y... de buen whiskey. La mejor película del director de esta década.
Quizá una de las películas menos conocidas del director, aunque también -como manda la tradición- se vio en Cannes y es un estudio de las secuelas de la guerra en la piel de dos soldados británicos.
Una de sus cintas más divertidas. Repleta de imaginación, pero con un toque muy realista. En ella vemos a un tipo que se imagina a Eric Cantona, sí, al ex grandioso futbolista francés. Y Eric Cantona es protagonista de la película. Así de grande es la habilidad de Loach con la dirección de actores. Un experimento que quedó muy bien. De nuevo con el toque Laverty en el guión. Cómo no, se llevó un premio de Cannes, el del Jurado Ecuménico.
EN UN MUNDO LIBRE (2008).
Tres premios en Venecia, nominada a Mejor Actriz (Kierston Wareing) a los BAFTA y fue la Mejor Película en el Festival de Sevilla. Una historia ambientada en la realidad anglosajona actual, presidida por el "milagro" de la flexibilidad laboral, la globalización, los dobles turnos de trabajo, los salarios bajos y muchos consumidores felices y despreocupados: nosotros.
Una de las películas más celebradas en la carrera del director. Se llevó la Palma de Oro en Cannes y, algo poco habitual, en ella vemos a una estrella de protagonista: Cillian Murphy, que ya había aparecido en clásicos modernos como Batman Begins, Cold Mountain, 28 días despuésy La joven de la perla. En ella también vemos, como actor, a Laverty.
FELICES DIECIÉIS (SWEET SIXTEEN) (2002).
Esta vez, de Cannes se llevó Mejor Guión (para Laverty) y el Premio FIPRESCI del Cine Europeo.
Una de las mejores obras del último Loach. Melodrama familiar como punto de partida para retratar a la sociedad y sus miserias. Realismo puro pero no exento de cierto corte poético con un guion magnífico y unos actores que emanan naturalidad. El final es espectacular.
Su película española, quizá la mejor aproximación a la Guerra Civil, a las milicias internacionales, a la aberración que suponen tantas cosas. Una película a revisar y a mostrar a las nuevas generaciones, para que las cosas no se olviden.
Dos premios en Cannes, un César y solo una nominación al Goya, premio que se llevó Rosana Pastor.
Para muchos, su mejor film. Con Ray Winstone, Vladimir Vega y Crissy Rock, que se llevó el Oso de Plata de Berlín por su gran papel.
Con ella conocemos a Maggie, que es madre de cuatro hijos, todos de distintos padres y que, debido al violento ambiente familiar, están a cargo de los servicios sociales británicos. Cuando Maggie conoce a Jorge, un refugiado hispanoamericano, vislumbra la posibilidad de rehacer por fin su hogar. Sin embargo, su pasado sigue atormentándola. Una vez involucrada en la burocracia de la asistencia social, le resultará muy difícil conseguir la custodia de sus hijos.
Con ella conocemos a Maggie, que es madre de cuatro hijos, todos de distintos padres y que, debido al violento ambiente familiar, están a cargo de los servicios sociales británicos. Cuando Maggie conoce a Jorge, un refugiado hispanoamericano, vislumbra la posibilidad de rehacer por fin su hogar. Sin embargo, su pasado sigue atormentándola. Una vez involucrada en la burocracia de la asistencia social, le resultará muy difícil conseguir la custodia de sus hijos.
Quizá su película más “Hollywood”, y es que en su reparto brillaban Frances McDormand, Brian Cox y Brad Dourif, en una película que, cómo no, se llevó dos premios del Festival de Cannes y una nominación al Goya a la Mejor Película Europea.
Ken Loach: Su obra Online, Gratis y Legal.
El director británico a decidido a través de la productora de sus películas, poner toda su filmografía online a través de su canal de youtbe y poner así su obra a disposición de todo el mundo de manera libre y gratuita. A su vez a puesto a la venta para quien quiera comprar y coleccionar un par de cajas con todas las películas, pero sin que esto vaya en perjuicio de su distribución online, que hará a razón de una película cada semana hasta completar el mismo contenido que en su versión de física y de pago.
Me parece que una vez mas Ken Loach da una lección de cómo otra forma de ver las cosas es posible. Frente a la cerrazón de los políticos, tanto españoles como Ingleses, que no se quedan cortos tampoco a la hora de atropellar los derechos de los usuarios, ni de criminalizar a los consumidores. Frente a los medios tradicionales de distribución y venta de contenidos, Ken Loach sale con esta iniciativa a demostrar que una Internet libre y culturalmente atractiva no esta reñida con la búsqueda de nuevas formulas comerciales.
Y ahora un poco de desbarre personal explicando mi relación con el tipo en cuestión. Mi primer encuentro con el cine de Ken Loach se produjo en 1990 contando 15 añitos. Ese año yo fui a estudiar a Irlanda en verano, pero también vi con mis padres en el cine, “Agenda Oculta”, que trataba precisamente sobre Irlanda del norte y los trapicheos y desmanes de los británicos bajo el amparo de las siempre tan convenientes leyes antiterroristas. Primera película de Ken Loach y primer encuentro con la política de Tacher y sus conspiraciones electorales amparándose en la violencia y bueno… todas esas cosas que nos son tan conocidas y que luego han sido aplicadas en mas sitios (un dos tres responda otra vez..). Una película dura, en la que la policía asesina a unos activistas pro derechos humanos americanos que investigaban las violaciones de derechos humanos por parte de las autoridades británicas y que destapaba un hilo de conspiraciones y de practicas que de chaval te van dejando un poco descolocado. Ahí quedó mi primer encuentro, en ver una visión no británica del conflicto norirlandés, en el mismo momento en el que yo visitaba aquel país tan verde y tan lluvioso como el mío y que tanto se aprecia en cuanto uno lo pisa por primera vez.
Años mas tarde, tras mis fallidos intentos de convertirme en una persona respetable y de ir a la universidad, por motivos x que un día explicare en el tema de las citas y desengaños, acabé estudiando una formación profesional superior en “Comercio Exterior y Transportes” y dentro de nuestras clases de economía, nuestro joven pero entusiasta profesor instauró que un viernes al mes, la clase fuera directamente una película de Ken Loach. Que mejor ejemplo para explicar las políticas económicas liberales (en el sentido europeo, de derechas y no en el sentido americano de libres), que ver a modo de película las repercusiones sociales que tenían los gobiernos conservadores de Tacher, Reagan y demás gentuza de la época. Fue un buen profesor, demasiado keynesiano, pero me temo que es la puerta de entrada para que a uno le interese ese campo tan filosófico que es la economía. Es imposible ser objetivo, y trató de hacernos pensar por nosotros mismos lo cual nunca fue excesivamente bueno para el capitalismo salvaje que nos ha traído a este día de hoy tan nefasto. Pero eso ya es harina de otro costal.
Y ya he desbarrado suficiente… solo comentar mi aplauso por Ken Loach y su iniciativa y que a pesar de la parrafada hace tiempo que no veo una película suya y tengo la “Looking for Eric” en casa lista para ver hace tiempo, y ni siquiera he visto “El viento que agita la cebada” con la que ganó en Cannes. Dicho sea de paso que in extremis ha decidido aceptar el concursar también en la presente edición del festival con “Route Irish” una película sobre la intervención Inglesa en Irak que cuenta en su reparto con la cantante y actriz Vasco-Jordana Najwa Nimri… Un aplauso para Ken Loach por mi parte, y un mea culpa para mi mismo, que me tiro la parrafada y no veo sus películas desde hace mucho tiempo…
Os dejo la fimografía completa de Ken Loach
- Poor Cow (1967)
- Kes (1969) (as Kenneth Loach)
- The Save the Children Fund Film (1971)
- Family Life (1971)
- Black Jack (1979)
- The Gamekeeper (1980)
- Looks and Smiles (1981) (as Kenneth Loach)
- Which Side Are You On? (1984)
- Fatherland (1986)
- Hidden Agenda (1990). Cannes Special Jury Prize.
- Riff-Raff (1990).
- Raining Stones (1993). Cannes Special Jury Prize.
- Ladybird, Ladybird (1994)
- Land and Freedom (1995). FIPRESCI International Critics Prize and the Prize of the Ecumenical Jury at the Cannes Film Festival
- A Contemporary Case for Common Ownership (1995)
- Carla’s Song (1996)
- The Flickering Flame (1997)
- My Name Is Joe (1998)
- Bread and Roses (2000)
- The Navigators (2001)
- Sweet Sixteen (2002)
- 11’09″01 September 11 (segment “United Kingdom”) (2002)
- Ae Fond Kiss… (2004)
- Tickets (2005), along with Ermanno Olmi and Abbas Kiarostami
- The Wind That Shakes the Barley (2006) Palme d’Or, Cannes
- It’s a Free World… (2007) Screenplay Osella at 64th Venice Film Festival
- Looking for Eric (2009)
- Route Irish (TBA)
Ken Loach
"MIS PERSONAJES HACEN LO QUE PUEDEN"
|
Por Luciano Monteagudo
"La idea de My Name is Joe nació en Nicaragua, durante los últimos días del rodaje de La canción de Carla, cuando el guionista Paul Laverty y yo pensamos que sería bueno hacer toda una película en Glasgow, filmar en un clima al que estuviéramos más acostumbrados. Y donde no hubiera tantos mosquitos". Sentado en uno de los jardines del Hotel Resideal, en medio del bullicio y la agitación de Cannes, el director británico Ken Loach parece sin embargo, ajeno a la feria de vanidades que tiene lugar a su alrededor. De trato sencillo, tan modesto y transparente como su propio cine, Loach (61 años) es todo un veterano del festival, de donde Agenda secreta y Como caídos del cielo salieron premiadas, y sabe que "Cannes representa cosas muy distintas, todas a la vez, pero para mí es la oportunidad de presentar la película en sociedad, de mostrársela al mismo tiempo a gente de los más diversos países y también, por qué no, de tomar un buen trago a la tarde y eventualmente tener una conversación inteligente".
My Name is Joe fue una de las películas más aplaudidas de la muestra que culminó la semana pasada y le valió a su protagonista, el actor escocés Peter Mullan, el premio al mejor actor, por su magnífica composición de un desocupado de la flamante era Blair, un ex alcohólico que trata de rehacer su vida junto a una asistente social, pero al que las circunstancias sociales lo ponen ante opciones cada vez más difíciles, en una encrucijada donde no existe la posibilidad de un esquemático final feliz, aunque no falten momentos de humor, un poco a la manera de la recordada Riff-Raff. Para Loach, se trata de un regreso a las fuentes y de eso y de política y de televisión habló con Página/12 en una soleada tarde de Cannes.
--Con "Tierra y libertad" y "La canción de Carla" su cine parecía apartarse de la realidad británica. ¿De qué manera "My Name is Joe" se conecta con su obra previa?
--Sí, Tierra y libertad y La canción de Carla son para mí films muy personales, pero tenían cierta dimensión épica que My Name is Joe no tiene, porque es una película más intimista, que busca sobre todo las relaciones entre los personajes, aquello que los atrae y que los separa. Pero estas relaciones, a su vez, también hablan del mundo en que viven. Y aquí, a diferencia de mis dos películas anteriores, volví a jugar de local, por lo que todo fue también más simple. Como Ladybird, Ladybird o Riff-Raff, My Name is Joe es una película a pequeña escala, más sencilla en términos de logística, pero no por ello menos intensa. Lo que me importaba en My Name is Joe era que lo que le sucediera a los personajes fuera indicativo de lo que estamos viviendo en estos días en mi país. Pero siempre teniendo en cuenta que no se puede utilizar un personaje para decir lo que el director tiene para decir.
--De otro modo faltaría esa autenticidad que es esencial en su cine...
--Lo que diga Joe, lo que diga su compañera Sarah siempre debe responder a lo que ellos sienten como personajes. Lo importante siempre es la lógica de las situaciones. Se trata de establecer los personajes y echarlos a andar y averiguar quiénes son y por qué actúan como actúan. Hay que ser consecuente con los personajes y seguir la lógica de su forma de pensar. Hay que respaldarlos en sus sentimientos. El tema de la solidaridad, por ejemplo, que aparece en la película... No se puede ser simplista en esto. Mis personajes hacen lo que pueden los unos por los otros, lo mejor que pueden, considerando el medio en el que viven, porque las circunstancias objetivas son muy destructivas para ellos. No es cuestión de forzar un final feliz ni nada que se le parezca. Se trata simplemente de decir: aquí está esta gente, así son y así viven. Lo que me interesa como cineasta son las vidas y las emociones de la gente común que, enfrentada a una situación difícil, es capaz de mostrar un talento insospechado, una energía espiritual y una fuerza sobrehumanas.
--¿Cómo eligió a Peter Mullan, que está tan natural en su papel?
--Ya habíamos trabajado juntos en Riff-Raff y siempre pensé en él para Joe, por su franqueza y por su sentido del humor, que es algo que siempre aprecio mucho. Es un actor con mucha verdad, muy auténtico. Igualmente hicimos largas sesiones de casting y entrevistamos un montón de gente, pero todo este proceso no hizo sino confirmar nuestra certeza de que habíamos dado con el actor indicado.
--¿De qué manera trabaja con los actores?
--No me gusta ensayar mucho, porque se pierde espontaneidad en la toma. Prefiero conversar con ellos, compartir las experiencias que yo he tenido con gente parecida a sus personajes, pero de carne y hueso. Hablamos mucho del pasado de los personajes: quiénes son, de dónde vienen, cosas muy concretas, que después no aparecen en la película pero que quedan fijadas de manera muy fuerte en los actores en el momento de hacer ciertas escenas. Nunca creí en la necesidad de decirle al público todo, pero hay cosas que tienen que estar muy claras para los actores, para que puedan transmitir toda la verdad y la complejidad de sus personajes. Por eso, cuando uno ve la escena terminada puede parecer espontánea, pero la clave está en la preparación, en el trabajo previo, que no es necesariamente un ensayo, en términos convencionales.
--Su cine siempre ha tenido un fuerte contenido social. ¿Piensa que una película suya puede influir en la realidad?
--Probablemente una película mía pueda causar una gran impresión en un grupo muy pequeño de gente y una impresión superficial en un público más amplio. Si hay un cine que realmente tiene una influencia profunda en el gran público ese es el peor cine posible, el más peligroso, el cine de los grandes estudios de Hollywood, ese cine que dice que todo en el mundo lo puede resolver una persona por sí sola, si tiene un arma en la mano.
--Usted empezó haciendo películas producidas y destinadas a la televisión, como "Cathy Come Home", que fue su primer éxito. ¿Cuánto ha cambiado la relación entre el cine y la televisión desde aquellos comienzos?
--Muchísimo. Se han producido cambios enormes, sobre todo en lo que tiene que ver con la multiplicidad de ofertas que ofrece ahora la televisión. Cuando yo empecé haciendo cine para la televisión, a fines de los años 60, en Gran Bretaña había solamente tres canales y cuando uno hacía una película que valía la pena, todo el país la veía por TV, era un acontecimiento nacional. Ahora la televisión sigue aportando capitales para la producción de cine, pero prácticamente se fagocita a las películas, porque con la infinidad de canales de aire y de cable y satelitales que hay hoy la dispersión es enorme y todo da lo mismo. Nada adquiere valor. Además, cada vez más la televisión exige el formato de "serie", en capítulos, que también contribuye a la fragmentación del material. Ahora todo está mucho más mecanizado, todo son fórmulas. No era así cuando yo me inicié.
|
Ken Loach
JUSTO NAVARRO
6 JUL 2003
Tengo un problema veraniego: duermo poco. Y no es por el calor, o no es directamente por el calor: es el ruido. Duermo sobre una plaza silenciosa, vacía, popular (magnolios, una fuente, cajas de ahorros, una ermita, dos despachos de apuestas y loterías del Estado, es decir, los pilares del mundo: dinero, fe y providencia), pero a las cinco de la mañana cierran las discotecas y en la plaza estallan interminables peleas plurilingües (estas peleas son uno de los encantos del veraneo). Tres noches llevan viniendo dos enamorados ingleses. El enamorado ha aprendido una palabra española, "Bruja", que en sus labios suena casi igual que "Graja", rugido escalofriante. Parece una película de Ken Loach.
Ayer lo vi, a Ken Loach, que rodaba en la Plaza Cavana, en Nerja. Los rodajes cinematográficos suelen ser espectaculares, parte del aura publicitaria de la película, pero el director de Tierra y libertad y Sweet Sixteen había decidido fundirse en Nerja con lo real: casi no se veía la gran cámara, y el equipo, una docena de personas más un operario con un micrófono de jirafa de tres metros, se mimetizaba con los clientes de un café. Los actores, una chica rubia y un chico moreno, eran dos clientes más en la terraza de la cafetería Cavana, todos tan invisibles o normales como el propio Loach, vestido de un solo color, del color de su pelo, con gafas, sin levantar la voz, con unos auriculares para oír lo que los actores dicen. El camarero va y viene cuando lo llaman los clientes, es decir, los dos actores. La cámara sigue rodando. En la claqueta leo el título de la película: Ae Fond Kiss, palabras en inglés-escocés que yo traduciría por Un beso de cariño.
Me entero de que se trata de una película de amor: una versión moderna de Romeo y Julieta. El título pertenece a un poema del escocés Robert Burns, que murió hace más de doscientos años. Burns tuvo enormes líos con las mujeres y fue demasiado a la taberna, "la única institución igualitaria de su tiempo, mucho más que la Iglesia", según un historiador, y, a pesar de que se rió de la Iglesia (la Iglesia de Burns era protestante, pero era la Iglesia), la gente bien lo quiso convertir en el modelo de hombre de pueblo, ignorante, ocurrente, simple y de corazón ancho: lo mismo que aquí han hecho siempre las clases superiores para engatusar, adulando, a los que juzgan inferiores. Hoy podría ser un personaje de Ken Loach, canturreando sentimentalmente: "Un beso de cariño y luego nos separaremos para toda la vida".
Veo rodar una escena de verano, insulsa: una conversación de chico y chica, un camarero que va y viene, dos brindis, un beso en los labios, de cariño, suave, de hermanos. Aunque no se note, están rodando la historia de Romeo y Julieta en nuestros días: no hay rivalidades de familia, sino choque racial. Julieta es católica y rubia, Romeo es moreno y musulmán. En esta escena banal, de refrescos en la terraza de un café, está contenida una tragedia de Shakespeare, según Loach, que hace cine sobre la vida en las ciudades: cómo se encuentra, se roza, se separa la gente o acaba chocando o chillando en la calle a las cinco de la mañana.
* Este articulo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de julio de 2003
2016 I, Daniel Blake
2014 Jimmy's Hall
2013 The Spirit of '45
2012 The Angels' Share
2010 Route Irish
2009 Looking for Eric
2007 It's a free world
2006 The Wind That Shakes the Barley
2005 Tickets
2004 æ Fond Kiss
2002 September 11
2002 Sweet Sixteen
2002 11'09"01 - September 11
2001 The Navigators
2000 Bread and Roses
1998 My Name Is Joe
1996 Carla's Song
1995 Land and Freedom
1994 Ladybird, Ladybird
1993 Raining Stones
1991 Riff-Raff
1990 Hidden Agenda
1986 Singing the Blues in Red
1986 Fatherland
1981 Looks and Smiles
1980 The Gamekeeper
1970 Kes Adaptation
1968 Poor Cow
1964 Diary of a Young Man
No hay comentarios:
Publicar un comentario