La venganza de Peggy Salinger
El guardián entre el centeno sigue cautivando después de cincuenta años
La biografía de Salinger escrita por su hija retrata a un iluminado entregado a sí mismo
Rodrigo Fresán / Para Jerome, con amor y sordidez
Benjamín Prado / Adoptados
La revista malagueña Zut publica dos relatos inéditos de Salinger
Salinger / Thomas Pynchon / Cormac McCarthy / El talento de la evasión
El atronador silencio de Salinger
Salinger demanda al continuador de su novela
El juez da la razón a Salinger en su denuncia por plagio
Salinger / La intimidad como arte
Salinger / El aire del New Yorker
Salinger / El miedo a hacerse adulto
Salinger / Adiós al gran enigma de las letras estadounidenses
Charlie Chaplin le quitó la chica a Salinger
El cine cuenta la vida de Salinger
David Trueba / Sin salinger
Salinger / La ternura entre el centeno
Dulce y desconocido señor Salinger
El paulatino viraje al negro de Salinger
Enrique Vila-Matas / Salinger y los nuevos tiempos
Así comienza / El guardián entre el centeno
Kenneth Slawenski / Salinger podía ser intratable
Salinger / Nueve cartas
Salinger / Las zonas oscuras
Salinger / Escribir para sí mismo
Cinco volúmenes inéditos de Salinger verán la luz a partir de 2015
Elsa Fernández-Santos / Lo nunca visto en Salinger
Eduardo Lago / Asedio a la fortaleza de Salinger
Salinger / Bioficción
Tres cuentos inéditos de Salinger, filtrados en internet
A los cuatro años de la muerte de Salinger / Este muerto está muy harto
Salinger / Todos los agujeros negros
Salinger / Si quieres que te busquen, escóndete
Ni Guerra y paz ni Cincuenta sobras de Gray / Los libros más influyentes según Facebook
One-hit wonder / Embrión de un catálogo de casos literarios
Secretos de los libros únicos de un autor / Treinta eclipses memorables
Salinger / ¿Cuándo demonios vas a crecer de una vez?
Autor de culto / Un secreto de dioses
Salinger / Cómo se engendra un monstruo
Salinger por Salinger
Salinger y otros nueve desconocidos
Oona y Salinger / Dos atractivos personajes
Frédérick Beigdeber / El escritor que odia a los viejos
Salinger / Un joven enamorado
J. D. Salinger
J. D. SALINGER
Una familia bastante notable
6 JUN 1979
Seymour Glass, el Mayor de los hermanos, se suicidó mientras estaba de vacaciones con su esposa en Florida. Muerto y todo, su presencia es constante a lo largo de la particular saga que un escritor norteamericano, no menos particular, escribió desde 1953 a 1963 en nueve cuentos y tres novelas cortas. Si el espectro de Seymour pesa más que ningún otro, la verdad es que todos los hermanos «entran con frecuencia considerable en el argumento, como otros tantos fantasmas de Banquo». Seymour creyó tener una enfermedad de la piel consistente en una erupción que le producía el contacto con los demás. Poco antes de tomarse la muerte por su mano dice a una niña en la playa que, si está atenta, podrá ver al «pez plátano» (algunos críticos han considerado en numerosos folios que ese pez plátano es el propio Salinger. Lamentamos no poder explicarlo mejor ... ). Tampoco podemos extendernos más sobre el mayor y más conflictivo de los hermanos: lean Un día perfecto para el pez plátano, publicado en 1953, dentro de los nueve cuentos, y recientemente editado por Bruguera. Lean también Seymour: una introducción, intento de comprensión y teoría de la vida desde un obsesionante cariño a cargo del hermano menor. Esta novela, con Levantad la viga, carpinteros, han sido también editadas recientemente por Bruguera. Hasta ahora sólo podía leerse a Salinger en versiones latinoamericanas que, si no conseguían eliminar el encanto insolente del original, clamaban a gritos por la necesidad de nuevas traducciones. Casi todos los relatos de Salinger se refieren a la extraordinaria familia Glass, y para leer cualquiera de ellos -como el que ahora nos ocupa- conviene tener presente una lista de los miembros que la componen: papá y mamá; Seymour; Buddy, el escritor; Boo Boo, madre de familia; Walt y Waker, gemelos (el primero, muerto en la guerra; el segundo, sacerdote católico), y los pequeños Franny y Zooey, chica y chico, protagonistas de este libro dividido en dos partes y escrito en 1961, que Bruguera nos ofrece ahora en edición de bolsillo (en 1978 ya lo había incluido en la colección Narradores de Hoy). Franny es mística e inteligente. Zooey quiere ser actor, sueña con sus hermanos y sufre de quererlos; discute interminablemente con su madre, intenta comprender a su padre, y fue (después de Seymour; siempre todo «después de Seymour») el segundo en celebridad dentro del concurso radiofónico Es un niño sabio, en el que brillaron como estrellas inolvidables todos los hermanos Glass.
Pero hay otros personajes -no menos inolvidables- que no pertenecen, aparentemente, a esta singular familiar: Holden Caulfield sobre todos, el héroe del Cazador oculto, la primera novela de su autor, libro irrepetible, imposible, indefinible..., y, sin embargo, cierto (pueden leerlo en Alianza Editorial, llamado El guardián entre el centeno,título quizá más literal, pero algo desorientador para quienes teniamos el hábito de la otra traducción). Por supuesto, digo que «aparentemente» no es un Glass porque -en definitiva- esta frágil especie de ser humano a la que su autor dio nombre de cristal constituye un misterio que abarca a cualquier criatura nacida de Salinger. Abarca, pues, al propio Salinger, cuyo misterio es el mayor de todos: más de diez años sin escribir, habiendo producido los relatos más personales de la literatura contemporánea americana. Hombre generalmente Sin rostro, hasta las ediciones que suelen adornar contraportadas con retratos y biografías aparecen huérfanas de datos cuando de Salinger se trata.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de junio de 1979
Jerome David Salinger, autor de El guardián entre el centeno, y célebre por su reserva, ha conseguido una victoria en su batalla jurídica para impedir la publicación de una biografía no autorizada. Un tribunal de Nueva York consintió en bloquear provisionalmente la publicación por la casa editorial Random House del libro J. D. Salinger: a writing life, del que es autor lan Hamilton, crítico del Sunday Times.El autor de El guardián entre el centeno, obra que marcó a toda una generación, intentó una acción judicial en otoño, y quiere impedir la aparición del libro porque cita o parafrasea sin permiso cartas escritas por él a lo largo de 25 años.
En noviembre, un juez de primera instancia había dado la razón al editor, pero los abogados de Salinger recurrieron. "Estamos encantados", declaró el abo gado de J. D. Salinger, Andrew Boose. "Le hemos informado del fallo jurídico [a Salinger], y está igualmente encantado", añadió.
Un portavoz de Random House anunció que la casa editorial no haría ningún comentario antes de examinar el fallo jurídico. La casa editorial no ha agotado todas las posibilidades y un nuevo proceso es posible.
En sus considerandos, de 20 páginas, el tribunal subraya que J. D. Salinger se había negado a colaborar con Hamilton cuando el proyecto de biografía le fue expuesto, en julio de 1983.
Las cartas en litigio se encontraban. en varias universidades norteamericanas. Según los abogados de Salinger, el editor y lan Hamilton, crítico literario del Sunday Times, "obtienen un beneficie abusivo de la obra creativa y los escritos de Salinger, al utilizar su correspondencia.
Salinger dejó de publicar en los años sesenta y vive en Nueva Inglaterra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de febrero de 1987
El puño y el gato
Un gato mirando a la cámara ante un caserón cerrado, un anciano tomado en escorzo con una cara larga y el brazo dirigido al objetivo, más para atacar que en defensa propia. Fotos vistas la semana pasada en el periódico, las dos impresionantes documentos de la indiferencia animal y el odio humano. La primera, firmada por Jesús Uriarte, ilustraba la noticia del futuro procesamiento en París del etarra Urrusolo, y la casa y el gato eran suyos, la casa vacía tras la detención familiar, el gato -lo leí en otra información- buscándose la vida con los demás animales domésticos también abandonados. Mansedumbre y hasta una cierta coquetería -tan propia de esa raza que pasa por esquiva y sabe ser melosa cuando quiere- en el gato, seguro de su neutralidad en todo lo malo que se hubiese podido perpetrar dentro de aquella casa.La ira y la violencia era lo que llamaba la atención en el retrato del escritor J. D. Salinger captado "en los últimos años" por Paul Adad, de la agencia Outline. El novelista tiene ahora 78 años, de los cuales ha pasado los 34 últimos en un silencio literario y un completo retiro personal, si bien sus reclusiones y maniobras de distracción tienen distinto motivo que las de Urrusolo y los que como él se disfrazan y esconden para matar mejor. Nos dicen los expertos que el autor de El guardián entre el centeno es tímido y celoso de su intimidad, no gusta de biógrafos y fotógrafos y ha ordenado que se destruyan todas las cartas que recibe de sus admiradores. Hay por tanto que presumir que Paul Adad es un audaz reportero que burló de alguna forma las barreras de protección de Salinger y se acercó al recluso tanto como para tomarle de medio cuerpo. ¿Llegó el puño erguido del anciano escritor a dar en la cara de Adad? En la cámara intrusa parece ser que no.
No sabemos qué estará haciendo hoy el gato de Urrusolo: cazar pájaros en las tierras boscosas de Las Landas o soportar las normas de alguna asociación de recogida de animales. Sabemos, al contrario, que Salinger publica un relato en una editorial pequeña de Virginia, aunque su autor seguirá menospreciando a los exégetas y rehusando el calor humano de los lectores. Dicen que Urrusolo quería desmarcarse de la vida y maneras del terrorista y era muy cariñoso con los niños del pueblecito francés donde vivía; seguro que su gato le agradecía la leche matinal en el platillo. En cuanto a Salinger, está visto que lo que quiere es que la gente no piense que por el mero hecho de que uno escriba libros emocionantes todos los compradores le hagamos blanco de nuestras emociones y desvelos.
Mientras tanto, en el País Vasco el PNV (por vía triple: lehendakari, partido y papa negro Arzalluz) responde sin asomo de cariño a una carta de preocupación por la impunidad de la violencia callejera escrita por 22 intelectuales, de quienes no sólo se dice desconocer su firma sino hasta dudar -en el más puro estilo franquista- de su integridad y su marca de origen para opinar de Euskadi. La carta le ha parecido al PNV cosa de madrileños. Sin duda, es lo que vienen a decir, es más vasco Urrusolo -del gato se ignora el RH- aunque viviese temporalmente en Burdeos, que Savater o Fusi, Arteta, Uribe, Salaburu o Juaristi. Una vez más, el PNV da pruebas de lo que muchos, cada día más, sabemos, vivamos en ,Madrid, Vitoria o Huelva: frente a lo que una buena parte de los firmantes de esa carta ha hecho y sigue haciendo, denunciar las dos violencias con un arrojo mucho más expuesto que el de los dirigentes políticos envueltos en un cordón de guardaespaldas, los nacionalistas vascos democráticos, por mucho que condenen en el día de autos los crímenes de ETA, condonan con su proceder cotidiano la actuación de los que comprenden y jalean esos crímenes.
De ahí la moraleja de las dos fotos: hay un odio legítimo al otro cuando éste invade por morbo o dinero el espacio privado que queremos que sea en exclusiva nuestro, pero sólo algunos animales circulan por el mundo posando ante las cámaras como irresponsables del mal que otros -dueños o conocidos o paisanos- cometen a su lado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de enero de 1997
J. D. Salinger publica un nuevo libro después de 34 años de silencio
Una pequeña editorial lanzará en febrero 'Hapsworth 16, 1924'
Hapworth 16, 1924 no es una obra inédita. Apareció publicada en un número especial de la revista New Yorker, el 19 de junio de 1965. "Hapworth es como los Rollos del mar Muerto para el culto de Salinger", dijo el crítico Ron Rosenbaum. "La fascinación que tiene este texto es que en algún lugar yace el secreto del silencio de Salinger desde entonces".
Un personaje conocido
El protagonista es un conocido personaje de otras de sus obras, Seymour Glass, cuyo suicidio en el relato A perfect day for Bananafish es uno de los momentos más analizados de la obra de Salinger. Escrito en la forma de una carta que escribe Seymour, a los siete años, a sus padres, Hapworth ocupó casi todo el número de la revista en su inicial publicación.Entre 1951 y 1963, Salinger publicó cuatro libros: El guardián entre el centeno, Nueve cuentos, Franny y Zooey y Levantad, carpinteros, la viga del tejado. Desde el principio sus obras fueron diseccionadas hasta un extremo difícil de concebir en relación a un simple texto. La reacción de Salinger, de naturaleza extremadamente tímida, fue el repliegue. No quiso leer las críticas de sus libros, hizo eliminar su fotografía de las ediciones de sus obras, no permitió las reediciones de sus otros textos ni siquiera para antologías o libros de texto y, por último, dejó de publicar ficción. Hapworth 16, 1924 fue la última de ellas.
Su aversión a la publicidad le ha llevado a ordenar a su representante quemar, sin abrirlas, todas las cartas de admiradores y llevar a los tribunales al autor de una biografía en la que aparecían algunas de sus cartas. Desde su refugio en New Hampshire, Salinger también ha ido en contra de una página de Internet dedicada a su obra, y ha logrado que la quiten.
Copyright The Washington Post.
La escritora y periodista Joyce Maynard ha roto, tras 25 años, el silencio sobre los nueve meses que vivió (entre 1972 y 1973) junto al escritor J. D. Salinger.En el libro de memorias A home in the world (cuyos primeros extractos publicará el próximo mes de septiembre la revista Vanity Fair) la escritora hace un detallado retrato -uno de los pocos que hasta ahora se conocen- del autor de El guardián en el centeno. Salinger, que ha perseguido hasta los juzgados cualquier intento de escribir sobre su vida y que es conocido como "el hombre más reservado de América", aparece retratado como un hombre ciclotímico, de mal carácter, desconfiado y muy duro a la hora de juzgar a los demás. Salinger, obsesionado por la pureza del organismo y la filosofía zen, llegó a enseñar a su amante cómo provocarse vómitos para limpiar su cuerpo despúes de una comida insana.
Maynard y Salinger se conocieron hace 25 años, cuando ella tenía 18 años y él 53. El escritor, que entonces estaba separado de su segunda mujer, se puso en contacto con ella tras leer en una publicación universitaria un cuento suyo. El relato se titulaba Una dieciochoañera rememora su viday Salinger le escribió una larga carta que ella contestó con una visita a su casa de Cornish.
"Fue el primer hombre que amé y mi intención no es contar su historia, sino la mía", ha explicado la escritora
Un día en la casa de Salinger incluía, según ella, una sesión de medicina homeopática para él y sus hijos y escribir durante horas. El escritor tenía terminadas dos novelas nuevas que guardaba junto a centeneres de manuscritos en una especie de habitación-caja fuerte. El escritor también tenía cientos de cuadernos de notas sobre sus personajes de la familia Glass, en los que describía al detalle a cada uno de ellos. Para Maynard, el escritor estaba más cerca de los ficticios Glass que de su familia.
A Salinger le gustaba Jane Austen y el vodevil, películas como Los 39 escalones, De aquí a la eternidad y La pantera rosa, la música de Blossom Dearie, Glenn Miller y Benny Goodman y la televisión. "Le encantaban los programas basura, decía que cuanto más basura era la televisión más le gustaba".
La relación entre el escritor y la joven terminó cuando en verano él le pidió que se fuera de la casa. "Me dijo que me fuera cuando nadie estuviera allí, no quería que sus hijos me vieran irme. Le escribí, pero nunca me contestó".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de agosto de 1998
Compradas por 25 millones cartas de Salinger para dárselas al escritor
EL PAÍSMadrid 24 JUN 1999
Peter Norton, un filántropo californiano, ha pagado más de 150.000 dólares (más de 25 millones de pesetas) por un lote de cartas escritas por J.D.Salinger (Nueva York, 1919) hace casi treinta años. Norton pagó la elevada cifra con el único propósito de devolver al escritor norteamericano sus manuscritos, subastados por la casa Sothebys de Nueva York y que pertenecían a Joyce Maynard, una antigua novia del autor de El guardián entre el centeno. "Pienso devolver estas cartas a Salinger o hacer con ellas lo que él diga que desea que se haga", ha señalado, según informó ayer el servicio de prensa de Sothebys, Norton, un diseñador de programas informáticos jubilado que creó un célebre programa antivirus y que ahora pretende (como tantos admiradores del autor de Nueve cuentos) que Salinger pueda mantener viva su enigmática reclusión como hombre y escritor desde que dejó de publicar hace 36 años. Peter Norton, que no tiene derecho de reproducción sobre las cartas que ha comprado, presentó de antemano su puja al subastador.
El lote de 14 cartas, escritas por Salinger entre el 25 de abril de 1972 y el 17 de agosto de 1973, alcanzó -frente a la previsión máxima de que no superaría los 80.000 dólares- la cifra exacta de 156.500 dólares (25,215 millones de pesetas). El lote incluía también los primeros capítulos de la novela escrita por Joyce Maryland durante su relación con Salinger y que están anotadas por el escritor.
Especulaciones
Maryland y Salinger mantuvieron una relación de nueve meses cuando ella tenía 18 años y él era un consagrado autor de 50 años. Salinger, que no publica nada desde 1965 y que vive rodeado de las especulaciones que sus devotos han fabricado sobre su vida y su obra (dicen que en su refugio de New Hampshire guarda un baúl con al menos dos novelas terminadas sobre la familia Glass), ha sufrido la constante utilización de Marylan (quien ha publicado un libro con todo tipo de detalles sobre ella y el autor) de aquella corta relación, zanjada bruscamente por el escritor de Franny y Zooey. La ex novia ha aducido razones económicas para la venta de los documentos. "Prefiero pagar los estudios de mis hijos que poseer una caja llena de cartas de Salinger", ha declarado al New York Times Maryland, quien ha añadido: "Esas cartas formaban parte de un pasado que quedó atrás, prefiero utilizarlas para sufragar los gastos de mi familia. No vendo las cartas por venganza, aunque tampoco me siento obligada a mantenerlas por lealtad. Estoy convencida de que estas cartas están mejor en la casa de un enamorado de la prosa de Salinger que en la casa de alguien que cometió el error de intentar vivir una ficción que habría debido seguir siendo un proyecto literario", añadió Maryland.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de junio de 1999
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Miserias
Maravilloso y maldito
- El guardián entre el centeno (1951)
- Nueve cuentos (1953)
- Franny y Zooey (1961)
- Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: una introducción (1963)