viernes, 18 de agosto de 2017

George R.R. Martin



DRAGON

George R. R. Martin 

George Raymond Richard Martin 

GRRM 

(1948)



Nació el 20 de septiembre de 1948 en Bayonne, Nueva Jersey.



Hijo del estibador Raymond Collins Martin y Margaret Brady Martin. Tiene dos hermanas más jóvenes, Darleen y Janet. Su padre era de ascendencia italiana y su madre con ascendencia irlandesa. Además tiene raíces francesas, inglesas, galesas y alemanas.



Desde muy joven se inició en la lectura y no tardó en empezar a escribir sus propios relatos, historias de monstruos que vendía a niños del vecindario. George tomó el nombre adicional de Richard cuando fue confirmado a la edad de 13 años, convirtiendo su nombre en en George R. R. Martin.










Estudió periodismo en la Northwestern University de Evanston, Illinois, donde se graduó en 1971. Realizó la prestación social sustitutoria al ser objetor de conciencia, después dio clases de periodismo en el instituto Clarke de Dubuque, Iowa entre 1976 y 1978. También trabajó cuatro veranos como escritor de deportes, cubriendo el béisbol.

En los años 70, escribió muchas obras cortas de ficción y With Morning Comes Mistfall, fue la primera que recibiría el premio Hugo Award and Nebula Awards. Posteriormente aparecen sus sus primeras novelas siendo la primera una de las más populares Dying of the Light (1977). Se dedicó exclusivamente a la literatura mezclando terror, ciencia ficción y fantasía. Empezó a trabajar como guionista tras las bajas ventas de su cuarta novela The Armageddon Rag (1983). Después de esto nadie quería publicar su quinta obra.

Escribió para series de televisión como The Twilight Zone (1986) y The Beauty and the Beast (1987) y fue editor de la serie sobre la Segunda Guerra Mundial, Wild Cards. En 1987, apareció Tuf Voyaging, colección de relatos dedicados a la ciencia ficción y considerada una de sus obras más destacadas.

En 1996, Se retiró a Santa Fe (Nuevo México), donde inició la novela Juego de tronos (A Game of Thrones, 1996), primera de la serie A Song of Ice y Fire, por la que tuvo buena crítica y buenas ventas. Estuvo en la lista de los más vendidos del New York Times con A Clash of Kings y vendieron más de 60 millones volúmenes de la saga en 45 idiomas. HBO compró los derechos de televisión de toda la serie en 2007 y comenzó a transmitir la serie en Estados Unidos desde el 17 de abril de 2011 con el título de Game of Thrones. La primera temporada fue nominada para 13 Emmy Awards.

En 2013, compró el cine Jean Cocteau de Santa Fe, que en 2014 se convirtió en uno de los más importantes cines independientes de Estados Unidos. También adquirió el Coffee House, donde se han realizando exposiciones itinerantes de arte y otros proyectos.

George R. R. Martin es un experto jugador de ajedrez que dirigió torneos para la asociación continental de 1973 a 1976.

Estuvo casado con Gale Burnick de 1975 a 1979. En 2011 contrajo matrimonio con Parris McBride.




El creador y productor ejecutivo de 'Juego de Tronos' George R. R. Martin.
El creador y productor ejecutivo de 'Juego de Tronos' George R. R. Martin.  REUTERS

George R.R. Martin

“Siempre me atrajeron las cosas raras, desde que era pequeño”

Antonio Jiménez Barca
Lisboa, 22 de abril de 2012

A los doce años, George R. R. Martin vendía a los amigos de su manzana historias de monstruos que inventaba en su casa y redactaba a golpe de bolígrafo. A los 21 comenzó su carrera de escritor de novelas fantásticas y de ciencia ficción. Durante una década, se reconvirtió en guionista y productor en Hollywood. Pero en 1991 concibió el conjunto de novelones englobados bajo el epígrafe Canción de hielo y fuego, compuesto de siete volúmenes de unas 1.000 páginas cada uno de los que ya ha acabado cinco. La serie de televisión de la cadena HBO Juego de tronos (cuya segunda temporada se estrena hoy en Canal +) recrea minuciosamente el mundo inventado en esa saga en el que hay muros de hielo erigidos para contener a figuras fantasmales que vagan por la nieve, muchos reyes y pocos tronos, batallas medievales, crías de dragón y una descarnada lucha por el poder.
Una mezcla de Los Soprano y El Rey Lear, de Shakespeare. Su creador, nacido en New Jersey en 1948, tocado con su eterna gorra de capitán de barco, se encuentra promocionando sus libros y la serie en un hotel de Lisboa. El revuelo de cámaras y su agenda de ministro indican que ha alcanzado el rango de escritor-estrella, de ventas millonarias. Pero él se comporta como lo que es: un tipo amable, inteligente, bonachón y simpático que hace lo que más le gusta desde los doce años.
Pregunta. ¿Algún día imaginó un éxito así?
Respuesta. No, claro que no. Uno sueña con eso: tener muchos lectores, vender muchos libros. En mi caso, no siempre fue así: yo tuve éxitos pero también fracasos. Así que sé apreciar y agradecer lo que me ocurre ahora. Muchos me comparan con Tolkien, lo que es un gran honor.
P. ¿Y está de acuerdo?
R. No somos lo mismo, venimos de universos diferentes. Tolkien fue un hombre del siglo XIX, un estudioso, un famoso profesor universitario experto en inglés antiguo, enamorado de Inglaterra. Y eso se refleja en sus libros: las pequeñas ciudades, los arroyos, los árboles, el paisaje. A mí me parece maravilloso, pero yo provengo de otro sitio: pertenezco a la primera generación del baby boom, crecí en un entorno de clase trabajadora, mi padre era estibador y en los paisajes de mi infancia no hay nada rural.
P. ¿Y qué tienen sus libros para que se vendan tanto?
R. No lo sé. Si tuviera un secreto, lo habría puesto en práctica antes, créame. Supongo que encierran una buena historia, con un mundo propio poblado por personajes interesantes de los que la gente quiere saber más y más. Pero he hecho lo mismo en otros libros que han fracasado. Uno nunca sabe.
P. ¿Cómo tuvo la idea de esta saga?
R. Corría 1991, yo estaba en Hollywood, trabajando de guionista. Pero la serie se canceló, volví a Nuevo México, que es donde vivo, y decidí concentrarme en la escritura de una novela de ciencia ficción en la que había pensado mucho. En eso estaba, llevaba cuarenta páginas cuando se me apareció la idea del primer capítulo de Juego de tronos. Era algo muy atrayente, así que dejé la novela y en tres días tenía el primer capítulo. Un capítulo llevó al otro y hasta ahora.
P. ¿Por qué tanta obsesión con el poder?
R. Es algo fascinante. Tal vez porque es un deseo universal que todos tenemos. En todas las sociedades y en todo tipo de sociedades. Yo di clases durante algunos años en Iowa y presencié grandes luchas por el poder, por ver quién se convertía en el presidente de nuestro departamento.
P. ¿Por qué eligió para llevar a la pantalla su historia una serie de televisión?
R. Cuando el libro comenzó a venderse mucho llegaron las ofertas de Hollywood. Pero el cine nunca me convenció. Por una razón: la saga es demasiado larga. El Señor de los anillos se compone de tres libros que se reflejaron en tres películas. Y aún así, hubo que dejar cosas fuera. Cualquiera de mis libros de esta saga es más grande que El Señor de los anillos. ¿Cuántas películas habría que hacer? ¿Tres? ¿Cuatro? ¿27? Así que llegué a la conclusión de que solo podría convertirse en una serie de televisión y la cadena ideal era HBO, que tiene unos niveles de calidad extraordinarios y que ha hecho las mejores series de televisión: Roma, Los Soprano y The Wire, entre otras.
P. ¿Cuál fue su grado de implicación en la serie?
R. No tenía la última palabra. Pero me impliqué mucho. En el casting, por ejemplo. Además, hago un guion por temporada.
P. ¿Siempre escribió ciencia ficción o novelas fantásticas?
R. Siempre, desde que era pequeño. Ciencia ficción, mundos imaginarios, monstruos. Siempre me atrajeron las cosas raras, desde que era pequeño.
P. ¿Ahora está escribiendo el sexto volumen de la saga?
R. Sí. En total van a ser siete. Al menos, ese es el plan.
P. ¿Y la serie seguirá a los siete libros?
R. Eso espero. Pero esto es televisión. Nadie sabe lo que va a ocurrir, cuándo te van a cancelar un contrato. La serie se vende muy bien. Si todo esto continúa así, creo que tenemos un gran futuro por delante en la serie, diez u once temporadas. Pero repito: en televisión no se puede dar nada por seguro.


Hielo en el Muro de Adriano

George R.R. Martin presenta en Barcelona ante 700 fans 'Danza de dragones', quinta entrega de su saga fantástica 'Canción de hielo y fuego'


CARLES GELI
Barcelona 27 JUL 2012 - 16:58 COT



George R. R. Martin ante el cartel del CCCB que indicaba su presencia.
George R. R. Martin ante el cartel del CCCB que indicaba su presencia. CCCB

 Fría tarde de otoño de 1981 en la frontera. El viento avisa: el invierno está llegando. El sol se pone y el Muro de Adriano que separa Inglaterra de Escocia está casi solitario: los escasos turistas han marchado. El periodista, escritor y guionista George R.R. Martin, que por vez primera ha salido de EEUU y viaja por Inglaterra acompañado de la coautora de su recién libro Refugio del tiempo, Lisa Tullet, no puede reprimir encaramarse a lo alto y mirar al Norte. “Y se me ocurrió: ‘¿Qué pensaría un legionario romano enviado desde Italia?, ¿Qué peligros habrá allí delante?¿Qué ideas defienden? ¿Cómo viven?’ Ese ejercicio de imaginación me dio escalofríos... Faltaban 10 años para que escribiera Juego de tronos, pero pensé que algún día crearía una historia con un reino que tendría una frontera en el Norte y un muro. La fantasía es un género que requiere algo grande, por eso le puse 300 millas de largo y no tres; le di 700 pies de altura y en vez de piedras y arena, lo imaginé de hielo”.
Ayer, el escritor norteamericano estaba encaramado a lo más alto del Centro de Cultura Contemporáneo de Barcelona (CCCB) y quizá por eso evocó la gestación del best-seller mundial Canción de hielo y fuego, cuya quinta entrega, Danza de dragones (Gigamesh; Alfaguara, en catalán) presenta hoy sábado en el mismo centro ante 700 incondicionales afortunados: los que pudieron adquirir la entrada antes de que se agotaran en dos días (el CCCB ha decidido ofrecerlo en streaming en la web del centro).
“Los escenarios son capitales en la fantasía; eso lo aprendí de Tolkien y su Tierra Media, sigo su estela; en mi etapa de universitario, en los años 60, en las habitaciones no había posters de Frodo o de Légolas, ni de la portada del libro, sino mapas de la Tierra Media; en este género, el entorno se acaba convirtiendo en un personaje más, por eso hay que cuidarlo mucho”, aconsejaba Martin con una espectacular voz grave, idónea para contar historias, al heterogéneo y anómalamente numeroso grupo de periodistas (fans jovencísimos y alguna madre camuflados con cámaras; más de 60 personas…).
Martin (Bayonne, New Jersey, 1948) se mostró generoso con su audiencia, dando respuestas proporcionalmente tan largas como sus libros y que sonaban muy sinceras, muy humanas. Por ejemplo, empezó admitiendo que, a pesar de trabajar en la saga desde hace tanto tiempo, le costó horrores escribir Festín de cuervos (cuarta entrega, de 2005) y ahora Danza de dragones. “Iba en una dirección equivocada: quería que hubieran transcurrido cinco años desde Tormenta de espadas (tercera entrega, 2000) y cuando llevaba más de un año de trabajo lo tiré todo y volví a empezar y la ubiqué cinco minutos después de donde acababa la otra”. Danza de dragones, por su parte, la concibió “como un solo libro, así estaba en mi mente, me costó mucho cuadrarlo; hay quien hace lecturas intercaladas porque responden a una división geográfica y no cronológica. Son gemelos separados al nacer y que ahora están de nuevo juntos”.


Los lectores se sienten de una comunidad y se cabrean si la acción no transcurre como ellos quieren 

También descubrió, manos juntas y dedos entrelazados, su técnica narrativa tan elogiada. “No escribo en el orden de lectura: doy voz a personajes con un léxico y procesos mentales específicos por lo que cada vez que cambio de punto de vista de narrador es como pillar un bache en la carretera y me ralentiza mucho, me cuesta meterme en la cabeza de los personajes aunque sean mis criaturas; por eso escribo seguido varios capítulos de uno y luego cambio”. Y eso se traduce en una técnica. “Soy un firme creyente del punto de vista limitado: con el recurso de la tercera persona tienes un control limitado de la situación, estás fuera de los personajes; y la técnica de la primera persona, el narrador omnisciente, no me gusta nada, es una técnica desfasada, ha perdido el interés: quiero que mi lector se sumerja en cada personaje, por eso cojo el narrador en punto de vista, quiero que cada protagonista --y con él, el lector-- tenga una percepción distinta y limitada de la realidad”.
El proceso es complejo y extenuante. Martin empequeñece aún más los ojos tras las gafas y chasquea la lengua. “Si escribiera sobre la II Guerra Mundial con personajes narradores en punto de vista, necesitaría un soldado norteamericano que invadiera Alemania; pero me quedaría todo el frente del Pacífico, por lo que necesitaría otro; pero, ¿y toda la parte de la trastienda política? Requeriría un tercero tipo Churchill; ¿y los alemanes?... Si quiero seguir bien todo el conflicto necesito muchos puntos de vista de personajes... Pues yo estoy escribiendo un enfrentamiento épico de carácter mundial y huyendo de la típica fantasía de buenos y malos; ahí sigo a Homero con su Ilíada: el héroe de un bando es el villano del otro”.


De la serie se han vendido ya en España 800.000 libros en castellano y 45.000 en catalán

Con este planteamiento, es obvio que a Martin no le afecta en su manera de escribir la adaptación de la saga que lleva a cabo la norteamericana HBO y que en España emiten Canal+ y Antena 3 TV (“sería una tontería cambiar ahora el estilo por ello”) y que a partir de ahora, por cierto, ya no irá más a temporada por libro. “Para Tormenta de espadas ya necesitaremos dos temporadas y es posible que en esa última ya haya detalles del cuarto libro”. Tampoco hace mucho caso de las activísimas páginas web y foros dedicados a su obra, que sólo en España ha vendido 800.000 libros en castellano y 45.000 en catalán. Antes de responder, se mece la larga barba blanca, digna de sus personajes. “Hay muchas teorías sin piezas ni cabeza pero otros lectores aciertan y eso me ponía nervioso, había la tentación de cambiar el final, pero si cedes estás abocado al desastre porque te pasas tres cuartas partes de un libro dando pistas y si hacia el final lo cambias todo se vuelve un engaño y yo no quiero engañar a mis lectores”.
En la red también hay críticas, en especial a esta última entrega. “El problema son los años de espera entre una entrega y otra: la gente se imagina cómo seguirá y luego hay una decepción en algunos por cómo lo he resuelto; pero desde el principio que juego con los lectores y sus expectativas; antes de escritor he sido lector y aún leo hoy muchísimo; y no hay peor libro que el que es predecible; yo quiero estar inquieto cuando leo y yo también quiero a mi lector de puntillas… pero ocurre que con mis libros se sienten de una comunidad y se cabrean si no ocurre como piensan; por suerte, son una minoría… Miren: el arte no es democrático, ni puedes contentar a todo el mundo; es mi historia y esa es la que quiero compartir; acepto que no les guste, pero que escriban la suya”.
Final de la rueda de prensa: Martin, de pie, camiseta y pantalón negros, tirantes del mismo color, encaja aplausos, fotografías con fans intentado colgarse de su notable humanidad, autógrafos... Pues parece que gusta. Y por eso ahí sigue, desde siempre encaramado.
EL PAÍS


Sean Bean como Ned Stark



Agarrados a una espada

Canal + estrena la serie 'Juego de Tronos', un universo de reyes y guerreros basado en el éxito de George R. R. Martin


Toni García
8 de mayo de 2011



Se abre el telón y empieza el invierno. La épica se convierte en un animal decrépito, los castillos no relucen bajo el sol y las espadas no han sido forjadas en parajes de leyenda: por fin ha llegado Juego de Tronos. La densidad de la literatura de George R. R. Martin se ha trasladado con fidelidad y brillantez al universo televisivo, de la mano de -la casi siempre sabia- HBO y la oscuridad que se esconde en sus páginas, donde casi todos parecen tener segundas y terceras intenciones, alcanza en la pequeña pantalla momentos de auténtica maestría.
Canal + estrena este lunes a las 22.00 la gran apuesta catódica de la temporada, una serie que abraza un mundo lleno de reyes y traidores (a veces ambas cosas a un tiempo), guerreros y princesas con la convicción del que se sabe capaz de hacerlo. No eran pocos los que temían que nadie sería lo suficientemente atrevido para llevar a buen puerto la obra de Martin, que 17 millones de libros después, se ha convertido en la saga fantástica más seguida de la historia (con permiso de El señor de los anillos, cuyo trono no está en cuestión). La cuestión es que HBO ha decidido ir por partes y atacar la primera entrega con todo el armamento disponible. La escenografía, completada por unos magníficos efectos especiales, es magistral; el vestuario, adaptado a cada una de las -cuatro- tramas que persigue la serie en el episodio piloto, es un auténtico diccionario de la excelencia; el reparto, encabezado por un descomunal Sean Bean (Eddard Stark) y punteado por la deslumbrante Emily Clarke (la princesa Daenerys), recita sus diálogos como si hubieran pasado la vida viviendo en los Siete Reinos o patrullando por el Muro. Ese muro que los separa de un enemigo cada vez menos invisible.


Un arranque de sexo y sangre da pie a la reflexión sobre la supervivencia

Actores como Mark Addy (el rey Robert Baratheon) o Peter Dinklage (Tyrion Lannister) son capaces de otorgar a su personaje un plus de humanidad ciertamente desarmante: el primero en su rol de rey crepuscular, sometido a las inclemencias de la corte; el segundo, aportando una dosis de comedia que consigue rebajar ligeramente la espesura dramática de un relato donde el hierro parece ser la única solución a todos los problemas.
Desde los títulos de crédito se advierte que el aficionado no quedará defraudado por la magnitud de la empresa. Juego de tronos desafía cualquier convención erigiéndose -por ambición- en lo más prometedor de la temporada televisiva estadounidense (y, por ende, mundial). Su profundidad y calado, que empieza con un poderoso despliegue de sangre y sexo (incluyendo una decapitación de terribles efectos secundarios), deja pronto paso a una intensa reflexión sobre los mecanismos de supervivencia y los laberintos de la política en una época en la que pocos litigios se resolvían con ausencia de violencia. Si a ello se le suma el punto de fantasía necesario (y que adquiere plena vigencia a lo largo de la trama) nos encontramos con un producto prácticamente perfecto que adapta el primer libro de una saga de cinco.
Martin, como no podía ser menos, ha supervisado todo el proceso, escrito un capítulo de la primera temporada y revisado cada guión de la serie. Los guionistas, David Benioff y D.B.Weiss, se aseguraban de esta manera que la esencia de la obra no se les escurriera entre las manos. A juzgar por el resultado lo han conseguido y hasta han tenido su premio: Juego de tronos ya ha sido renovada para una segunda temporada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de mayo de 2011





Joffrey / Jack Gleeson

"Sigo a Homero con su 'Ilíada': 
el héroe de un bando es el villano 
del otro"
George R.R. Martin

Jaime Lannister / Nikolaj Coster-Waldau

Cersei Lannister / Lena Heady

Bran Stark / Isaac Hempstead-Wright

Jon Nieve / Kit Harington


Daenerys Targaryen / Emilia Clarke


Espadas y dragones

El poder de emoción y la popularidad de 'Juego de tronos' deben mucho a la materia prima de sus historias, con las viejas espadas y dragones, y también con el sexo


Jacinto Antónn
10 de junio de 2013

“Un dragón no es una fantasía frívola”. La frase es de J. R. R. Tolkien, que sabía de lo que hablaba. Las espadas tampoco son nunca intrascendentes. Hay que tomárselas muy en serio, porque matan, y quitan y ponen reyes. Está en su naturaleza, como en la del dragón vomitar fuego. En una espada, como en un dragón, relampaguean revividas las antiguas leyendas. Eso las hace fascinantes.
“Mis espadas las he tomado de los viejos mitos”, me explicó hace años el novelista Michael Moorcock, uno de los grandes nombres de la fantasía épica, el género del que bebe Juego de tronos. Yo le señalaba a Moorcock las semejanzas entre el arma de uno de sus grandes personajes, Elric de Melniboné, y las famosas espadas de las sagas nórdicas. En la Hervarar saga, del siglo XIII, por ejemplo, aparece la espada maldita del rey Svafrlami, Tyrfing, que solo puede guardarse, una vez desenvainada, tras segar una vida. La espada de Elric posee esa misma siniestra característica. “Es que la saqué de ahí”, me confesó Moorcock, “como muchas otras cosas”.
Espadas y dragones están de moda. Las novelas de Martin y la serie televisiva nos los han devuelto. El poder de emoción y la popularidad de Juego de tronosdeben mucho a la materia prima de sus historias, con las viejas espadas y dragones (también con el sexo, queda dicho: una combinación ganadora). Como Tolkien o como Moorcock, Martin ha saqueado el baúl de los mitos y cuentos (y de paso, a sus predecesores del género y todo lo que ha podido, desde las hipocracias de los jinetes mongoles, hunos o cosacos –los dothrakis– hasta los eunucos turcos, el fuego griego y el Muro de Adriano; ¡vaya cómo ha arramblado con todo, y cómo lo ha recreado Martin!).
Ahí está la espada Hielo, el emblemático mandoble de los Stark (con esa espada ejecuta Lord Stark a un desertor de la Guardia de la Noche, y con ella, cerrando el círculo, él mismo es decapitado); la ligera Aguja de Arya –de esgrimista, que habría gustado a Scaramouche, y que recuerda a Dardo, la hoja élfica de Frodo–; la Garra Larga que regalan a Jon Nieve customizada con un lobo huargo en el pomo, un arma bastarda como él, o la Portadora de Luz de Stannis Baratheon, cuya hoja quema. Espadas de la estirpe de Excalibur, de la Balmung (o Nothung)vuelta a soldar por Sigfrido, primas de las tolkinianas Glamdring –espada mágica de Gandalf.
Antes de que se me olvide en esta tormenta de espadas, ¿no es Jaime Lannister, el Matarreyes, al que cercenan una mano (sin anestesia) un avatar martiniano de Tyr, el guerrero dios manco de la mitología nórdica que pierde el mismo miembro en las fauces de Fenrir, el lobo del Ragnarok? El Ragnarok –la batalla del fin del mundo–, por cierto, estará precedido, según los mitos, por el Fimbulvetr, el gran invierno, que sugiere la cruel estación (y sus peligros) que amenaza el mundo de Canción de hielo y de fuego. No he encontrado referencias a un Trono de Hierro forjado con las espadas de los enemigos como el de la serie. Es sabido que el Trono de Hierro lo hizo construir Aegon I Targaryen como metáfora de la dificultad de mantenerse en el poder. En el impresionante sitial podríamos percibir resonancias del Trono Oscuro de Sauron en Mordor y de la costumbre de levantar trofeos con las armas de los vencidos.
En el pastiche que es la serie de George R. R. Martin, uno de los grandes disfrutes es discernir la procedencia de tantos elementos y la enorme gracia con que lo ha hecho. Saber mezclar pasajes dignos de las fantasías dunsanyanas con escenas propias de Dallas, el lenguaje poético con la grosería, los altos ideales con las más bajas pasiones, la belleza con la atrocidad, es parte del secreto del éxito.
Arya Stark / Maisie Williams

Juego de tronos’, más allá de los libros

La quinta temporada no ha sido la mejor de la serie, pero ha tenido un último tercio colosal


ÁLVARO P. RUIZ DE ELVIRA
17 JUN 2015 - 06:13 COT

Cuando parecía que este año la serie no iba a más, que estaba estancada, llegaron los tres últimos episodios. Juego de tronos lo ha vuelto a hacer: epatar con muertes (¿o supuestas muertes?) traumáticas para los espectadores y momentos violentos (ay, Cersei) y de violencia (ay, Arya). Tras siete capítulos en los que parecía que no pasaba demasiado, tan mal acostumbrados nos dejó la cuarta temporada, y siguiendo la estela de los aburridos tomos cuatro y cinco de la saga literaria Canción de hielo y fuego, los guionistas han dejado para el tramo final lo más destacado. La serie de HBO (emitida en España por Canal +) ha llegado al punto en que ya ha sobrepasado lo contado en los libros y la sexta temporada, que no llegará hasta la primavera de 2016, va a ser por fín un descanso en la lucha continua entre espectadores y lectores que sabían lo que estaba por venir.
La última escena de la quinta temporada, con el linchamiento de uno de los personajes principales al más puro estilo Shakespeare, es bastante fiel al libro (qué difícil ha sido para los lectores mantener este secreto los últimos años). Así como el momento en el que Cersei, humillada, tiene que atravesar a pie la ciudad que dominaba hasta entonces con altivez y arrogancia. Pero se han apreciado muchos cambios y omisiones a lo largo de estos diez capítulos que han vuelto a fomentar el debate entre lectores y espectadores.
La serie de Juego de tronos, como se dijo desde el primer día, es una adaptación, por lo que es un producto con vida propia que se debería disfrutar a la par que los libros. ¿Que hay diferencias? Mejor. ¿Que la adaptación es la correcta? Esa es otra historia. Pero está claro que son necesarios los atajos, algunos inmensos como la llegada de Tyrion a Mereen. ¿Hasta qué punto les importan los lectores a los productores? Sin perderles el respeto, probablemente poco. Esta temporada hemos visto la muerte de un personaje femenino secundario que en los libros publicados hasta la fecha sigue vivo. Y los productores han confirmado que en la próxima entrega del escritor George R. R. Martin ese personaje morirá en circunstancias parecidas. Un spoiler en sentido inverso, de la serie hacia los libros.

‘Juego de tronos’, más allá de los libros
Sansa Stark / Sophie Turner


Esta temporada, que tras su ecuador empezaba a compartir junto a la segunda el título de la peor hasta la fecha, ha remontado gracias a los colosales momentos del tercio final. Giros y escenas demoledoras que los espectadores acaban comentando y recordando. Pero no es suficiente, porque la historia general, la lucha por el trono (cada vez menos importante) y la amenaza de los caminantes blancos se ve perjudicada.
Un ejemplo que vale para casi todas las tramas: Cersei tiene un final apoteósico, pero necesitaba más elaboración su relación con el Gorrión Supremo, ha sido todo demasiado rápido y breve. Incluso las acusaciones por las que es juzgada la madre Lannister son más flojas y menos pecaminosas que en el libro, donde quizá está más justificado ese paseo de la vergüenza. Y da la sensación de que hay más minutos de la perturbadora caminata de la reina madre que de la explicación de cómo se ha llegado ahí. Incluso la introducción de un nuevo personaje que la protege a su entrada al castillo ha estado mal ejecutada. El paseo de Cersei permanecerá en las retinas de los espectadores como una de las imágenes más potentes de toda la serie, incluso aunque se note un poco que en algunos momentos se ha usado un doble de cuerpo y se ha insertado la cara de la actriz digitalmente.


DIEZ MESES DE NOTICIAS Y RUMORES


No habrá más Juego de tronos hasta la primavera de 2016, pero los más acérrimos seguidores atesorarán durante los próximos meses todos los rumores y noticias que van a ir saliendo sobre el rodaje de la sexta y, supuestamente, penúltima temporada. De momento está confirmado que el rodaje vuelve a Islandia, Irlanda y España (Girona y Peñíscola esta vez).
El sexto libro, Vientos de invierno, no se espera hasta el año que viene también (su publicación en inglés, en España suele llegar meses después), pero no hay confirmación de si saldrá antes o después de la próxima entrega de la serie. Lo que sí se sabe es que George R. R. Martin vuelve a escribir uno de los episodios, por lo que su retiro voluntario de la última temporada para acabar las novelas ha terminado.

Lo mismo ha ocurrido con Arya, cuyo paso por la Casa de Blanco y Negro ha sido tan tedioso como en el cuarto tomo literario hasta la impactante revelación final. Eso sí, para compensar, hemos visto una de las mejores escenas de la joven Stark, en su conversión a una asesina profesional implacable. La temporada ha tenido otros momentos flojos, como todo lo ocurrido en Dorne con Jaime Lannister y su hija/sobrina, aunque los espectadores españoles hemos estado más atentos en devorar los detalles del Alcázar de Sevilla.
Se ha acusado a los guionistas y productores (el autor de los libros incluido) de matar a demasiados personajes principales, de extrema violencia, sexo y escenas de desnudos gratuitos, pero hay que admitirlo, nada de eso va a cambiar a estas alturas y es parte de lo que hace que esta serie sea algo diferente, algo que se sale de lo normal. Ya es imposible verla y adivinar lo que está por venir. Además, es la primera vez que el último capítulo deja tantos momentos impactantes y tramas a medias. Hasta ahora el décimo capítulo siempre había sido uno de transición. Quizá el misterio sobre si realmente el personaje que es apuñalado ha muerto o no sea la causa. Hay muchas teorías al respecto.
Y encima, a partir de ahora los lectores ya no sabemos nada, como Jon Nieve.



ALGUNOS CAMBIOS RESPECTO A LOS LIBROS

Los cambios respecto a los libros han sido varios: Tyrion llega a Mereen para encontrarse con Daenerys, pero en el libro se encuentra por el camino con un pretendiente a casarse con la khaleesi y nunca es acompañado por Varys; Sansa nunca va Invernalia y permanece cerca del Nido de Águilas; el bastardo Bolton se casa con una chica que hacen pasar por Arya; Jaime nunca va Dorne (va otro caballero en su lugar), en los libros tiene la misión de acabar con los últimos señores fieles a Robb Stark; Ser Barristan no muere; la princesa Shireen no es sacrificada y Stannis, aunque sufre, no muere; Aemon fallece en otro lugar; Jon Nieve no sale del muro para salvar a los salvajes, ocurren varias cosas que en la serie han sido muy resumidas; Daenerys llega a casarse con Hizdah: Drogon no llega a la arena de combate casualmente, le atrae el olor de la sangre de las batallas, que incluyen muchos animales y es Daenerys quien tiene que calmarle, en ningún momento aparecen los Hijos de la Arpía; Arya nunca se encuentra con Meryn Trant... y muchos otros cambios que han hecho que la serie sea ya 100% independiente.
EL PAÍS




Los personajes de Jon Nieve y Sam, en el capítulo final. Vídeo: Making of del 5x09 de 'Juego de tronos'.
"Ay, mi dulce niño de verano, ¡qué sabrás tú del miedo! El miedo es cosa del invierno, mi pequeño señor, cuando la capa de nieve es de cincuenta varas y el viento aúlla gélido desde el norte. El miedo es para la larga noche, cuando el sol oculta el rostro durante años enteros, los bebés nacen, viven y mueren en la oscuridad, los huargos están famélicos y los caminantes blancos recorren los bosques."

George R.R. Martin
Juego de tronos
Bogotá, PRHGE, 2015, p. 232


Algunos personajes de la antología de 'Wild Cards'.













































Nunca habrá otro ‘Juego de tronos’

En la obra literaria de George R. R. Martin hay material suficiente para otras buenas series, pero que nadie espere el éxito y aceptación logrado por la HBO


ÁLVARO P. RUIZ DE ELVIRA
19 AGO 2016 - 03:24 COT

Nunca habrá otro Juego de Tronos en la televisión. Ni falta que hace, que para eso están los Dvds, las reposiciones y la esperanza de ver si productores, guionistas y creadores televisivos nos sorprenden con algo completamente diferente, como decían los Monty Python. Por eso, que nadie se haga esperanzas con la nueva serie con el sello de George R. R. Martin, porque ni siquiera él es el autor de las historias (bueno, de alguna). Wild Cards, cuyos derechos ha adquirido NBC/Universal para hacer una o varias series, es una antología de relatos y novelas cortas coordinada y editada por Martin desde 1987 en una veintena de tomos en la que ha podido dar rienda suelta a su pasión por los superhéroes y los mutantes de sus adorados cómics de Stan Lee y Jack Kirby.
El 1 de agosto fue el vigésimo aniversario de la publicación de Juego de tronos, el primer tomo de Canción de Hielo y Fuego. Hace dos décadas pocos fuera del ámbito de la ciencia ficción y del fantástico sabían quién era George R. R. Martin, pero entonces, sin siquiera tener una larga trayectoria de publicaciones, ya tenía material suficiente para películas o series de televisión donde ya explotaba sus fuertes: historias trabajadas, personajes carismáticos (y trágicos) y un amor incondicional por el género.
Martin no tiene decenas de novelas pero sí cientos de ideas. Solo de la saga de Hielo y Fuego se podrían hacer miles de series con sus millones de personajes (incluso con los que sobran de los tomos cuatro y cinco). Los libros de Juego de Tronos están estructurados como si cada capítulo fuera el episodio de una serie. Su buen hacer, más toda la maquinaria de la HBO, han hecho de los libros la serie más famosa de la historia. Martin tiene la televisión entre ceja y ceja, es un tipo que se ha criado con imágenes en la televisión y con los cómics de Marvel. Como adolescente devoró indistintamente a los X-Men como Dimensión desconocida. Escribe con imágenes y se le lee como si fuera cine.
Cuando la literatura le falló, por no vender, se instaló en Hollywood. Allí aprendió los tiempos y estructuras de la escritura para la televisión, aunque nunca tuvo suerte. Hasta que triunfó con la saga literaria de Canción de Hielo y Fuego y se desquitó en televisión con el éxito de Juego de Tronos, para la que ha escrito varios guiones y ha ejercido de productor. El sueño de un guionista que tuvo que arrasar en ventas con sus libros para triunfar en la televisión que amaba.
Pero el sello de Martin no es sinónimo de triunfo. La NBC/Universal porta un lastre importante con el fenómeno de Juego de Tronos, y según cómo lo gestione, le funcionará o le saldrá rana. Igualmente, siguen quedando balas en la recámara. Sueño del Fevre (1982) es una historia de vampiros realistas en Nueva Orleans de la que AMC, por ejemplo, podría hacer una miniserie estupenda. La recopilación de Los viajes de Tuf (1986), olvidando la penosa portada medieval (es una historia galáctica) de su edición española de Zeta, daría para tres temporadas cortas en Netflix. Y Muerte de la luz cabría a la perfección en la sensibilidad de FX. Todas tendrían su público, pero que nadie espere otro Juego de tronos.
Arya Stark

¿Por qué ‘Game of thrones’ surgió de un fracaso?

'The Armaggedon Rag' obtuvo malos datos en ventas y acabó momentáneamente con la carrera de George RR Martin


¿Por qué ‘Game of thrones’ surgió de un fracaso?
Daenerys Targaryen / Emilia Clarke

Este viernes George RR Martin, autor de Juego de Tronos, acude a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Los boletos para el evento se fueron soltando de 500 en 500, el sistema colapsaba por tantos fans y el último lote se sorteó con una trivia casi imposible realizada por expertos en su universo y su vida. Al autor le tuvieron que contratar una escolta porque en muchos países sus seguidores se han llevado jirones de su ropa para conservar algo del autor. Pero esto no siempre fue así.
Martin empezó su carrera a los 21 años y tuvo bastante éxito comercial hasta que salió su cuarta novela, The Armaggedon Rag, que pintaba para ser un best-seller, pero resultó un fracaso total en ventas. Es más, acabó momentáneamente con su carrera de escritor: después de esto nadie quería publicar su quinta obra.
El creador de Juego de Tronos contó en una entrevista que su desesperación llegó a tal nivel, que vendió su casa y entró en un curso de “compre bienes raíces casi sin dinero”. Si entonces alguien le hubiera dicho que en 2012 entraría a la lista de Forbes de los autores mejor pagados, George RR Martin habría pensado que se trataba de una fantasía similar a los dead walkers o los dragones de su saga.
Irónicamente, el fracaso de The Armageddon Rag le abrió la puerta de Hollywood: su siguiente novela se subastó como película y uno de los interesados fichó al escritor para hacer guiones para la serie Twilight. Tampoco habría esperado que sus libros futuros compitieran en éxito en ese campo tanto tiempo después.
Hace dos décadas se publicó Juego de Tronos, su sexta novela y el primer libro de la saga Song of Ice and Fire. Martin se coló en la lista de los más vendidos del New York Times con A Clash of Kings y a la fecha se han vendido más de 60 millones volúmenes de la saga en 45 idiomas.
Los libros son los maestros más baratos y variados que hay, y en este caso la vida del autor es una maestría sobre el éxito y la perseverancia. Los seres humanos nos empeñamos en creer en la suerte, el éxito instantáneo y los resultados sin esfuerzo. Ahí la razón de tanto producto milagro y estafas piramidales.
El principal consejo del autor de Juego de Tronos para los aspirantes a novelistas de ciencia ficción y fantasía es que pasen por lo menos cinco años escribiendo y publicando cuentos para entrenarse, como hizo él.
Para George RR Martin el éxito es una cuestión de “seguir tirando los dados” y miles de horas de trabajo: a sus 68 años ha escrito 15 novelas, más cuentos y guiones, y pasó décadas de su vida creando un universo completo, con intrincados árboles genealógicos, detalles y geografía única. Es esa minuciosidad lo que le ha valido enamorar a sus millones de lectores alrededor del mundo.
Disfruten la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, y si son de los afortunados que ven a George RR Martin, admiren no sólo su universo, sino la perseverancia con la que lo construyó.
Sofía Macías es especialista en educación financiera, autora de la serie de libros Pequeño Cerdo Capitalista. 

George R.R. Martin


«Puto gordo que no se dio caña escribiendo los libros», leemos en un whatsapp tras el final de «Juego de Tronos». La ya legendaria serie de HBO, la que mayor fenómeno fan ha provocado desde «Perdidos», acaba de terminar con la decepción de muchos seguidores. Pero, ¿quién es el «puto gordo» del whatsapp inicial? Se trata de George R. R. Martin, evidentemente, el autor de los libros en los que se basó la serie y al que en broma denominan «George R. R. Martin, de la Casa de los Procrastinadores». Y es que debido al tranquilo ritmo de escritura de las novelas, la cadena HBO le dejó atrás para terminar la serie por su cuenta y riesgo. Y, claro, ahora algunos miran hacia él y le señalan como cómplice por su frustración ante el final de una serie que, recordemos, tiene hasta una petición sobre la mesa de Change.org con cientos de miles de firmas para rehacer la última temporada.
Volvamos un poco atrás. La semana pasada, Ian McElhinney, el actor que interpretó a Selmy en la serie, soltó esta bomba informativa: «Lo que me han dicho es que George ya ha escrito los libros 6 y 7. Y en lo que a él respecta, solo hay siete libros», aseguró el intérprete. El propio Martin desmintió raudo en su blog la noticia, que calificó de «estupidez en internet». «Me fascina que alguien crea esto, aunque sea por un instante. No tiene ningún sentido. ¿Por qué pasaría años sin publicar novelas acabadas? ¿Por qué mi editorial, no solo aquí en EE.UU. sino en todo el mundo lo consentirían?», argumentó. Conviene acordarse ahora que en esta angustiosa espera para los fans, el novelista publicó el año pasado «Fuego y sangre», que no era el esperado nuevo capítulo de la célebra saga, sino la primera parte de una «bilogía» que ahonda en la historia de los Targaryen. Por recordar un poco más el mapa de la situación, desde 2011 se espera que Martin lanzara el sexto tomo y, en ese momento, la serie iba por su segunda temporada. Anoche acabó la serie y «Vientos de invierno» sigue sin haber salido.
«"Vientos de Invierno" y "Sueño de Primavera" no están terminados. "Sueño..." no está aún empezado; no voy a empezar a escribir el séptimo libro hasta que acabe el sexto», aseveraba en el mismo post de su blog para rematar: «No hay ningún "acuerdo" para que no salgan. Os aseguro, HBO estaría encantada y emocionada si "Vientos de Invierno" hubiera sido entregado y publicado hace cuatro o cinco años…y NADIE hubiera estado más encantado que yo». Y es que otros críticos le achacan que esté demorando la publicación de las novelas restantes para generar mayores ingresos. Y no solo eso, hay seguidores incluso que se atormentan con la idea de que el orondo escritor fallezca antes de dejar cerrada la serie, porque los 70 ya no los cumple.

«George R. R. Martin no es tu puta»

George Martin nació en Nueva Jersey en 1948, en el seno de una familia obrera. Comenzó dándole al periodismo, sobre todo como profesor más que ejerciéndolo y también trabajaba como juez de torneos de ajedrez. Pero tenía un sueño, y se organizaba para ganar tiempo para ello, o sea para poder escribir sus primeras obras literarias, como «Muerte de la luz», que resultó premiada y le permitió dedicarse a la escritura totalmente en serio. Luego, curiosamente, dio el saltó al guion, donde puso su pluma al servicio de series como la prestigiosa «The Twilight Zone». Y es justo en esa época de guionista cuando choca con una realidad nada fantástica: las historias que quiere llevar a cabo en pantalla requieren tal despliegue de dineral que la única manera de hacerlas cobrar vida es con palabras, o sea con una novela de fantasía. Y, por las vueltas de la vida a veces tan fantástica, esa realidad literaria que creó se volvió realidad audivisual años después con HBO y con todo el dineral necesario.
Cuando Martin inició su saga «Canción de hielo y fuego» no fue un éxito instantáneo, pero la perseverancia de algunos libreros independientes permitieron que continuara. Admirador devoto de Tolkien, al que considera un arquitecto de mundos, contaba a «The New Yorker» que que ha tenido que enfrentarse a un enorme número de ataques y especulaciones sobre las causas del retraso en el término de sus libros. Y ahora más que nunca, claro. Estas embestidas derivaron incluso en la creación de sus propios foros y blogs, conformando toda una legión de apóstatas sumamente indignada y ansiosa, en realidad, por saber cómo iba a continuar la saga literaria. «George RR Martin, apestas... Saca tu jodida máquina de escribir de tu trasero y comienza la jodida escritura». Otro ironizaba diciendo que había sacado un libro titulado: «Cómo cobrar dinero a lo grande después de escribir media serie». En fin, el runrún alrededor de este escritor es que es un vago o un estratega del manejo de los tiempos para forrarse, o ambas cosas. El referencial autor de cómics fantásticos Neil Gaiman salió una vez en su defensa con esta frase antológica: «George R. R. Martin no es tu puta».
Entre los apuntes curiosos que ofrecía el «The New Yorker» de su entrevista con Martin hace más de un lustro, uno era que el escritor se consideraba «un jardinero» que tiene una idea aproximada pero que va improvisando... Y, claro, según avanzaba las novelas la complejidad de la trama, con la hiperdimensionada proliferación de elementos, le hacía que el ritmo se ralentizara. Porque había que alinear cronológicamente todas las decenas de tramas simultáneas para que estuvieran armonizadas y que nadie sacara a relucir los fallos, con tantos millones de lectores atentos a cada línea que saliera de su cabeza.
Uno de los grupos de detractores fanáticos más conocidos se llaman GRRuMblers y en el sitio web «Is Winter Coming?» (broma acerca del leit motiv de la serie «Se acerca el invierno», en donde cuestionan irónicamente que la serie fuera a avanzar) se mofaban sobre la tardanza de este escritor debido a las pocas horas que Martin dedicaba a escribir. Otros se indignaban porque escribiera solo con los dedos índices o le achacaban que fuera a todas las convenciones de fans habidas y por haber en lugar de escribir...
Martin, en una entrevista exclusiva en «The Guardian» el año pasado, trataba de explicarse. Desde su situación, en donde la serie de HBO ha obtenido más de 40 premios Emmy y ha hecho crecer tantísimo la fama y la popularidad de su saga literaria, publicar «Vientos de invierno» se ha convertido en «un peso a soportar». «Llevo años luchando contra el libro "Vientos de invierno", no es una novela sino una docena de novelas, cada una con un protagonista diferente, aliados y amantes que les rodean, y todos entrelazados en el tiempo de una manera extremadamente compleja. Así que es muy muy desafiante». Y zanja: «Siento que tengo que hacer algo grandioso».


BIGLIOGRAFÍA
The Second Kind of Loneliness 1972
Override 1973
A Song for Lya 1974
And Seven Times Never Kill Man 1975
A Song for Lya 1976
Nobody Leaves New Pittsburg 1976
This Tower of Ashes 1976
Dying of the Light 1977
Songs of Stars and Shadows 1977
Sandkings 1979
The Way of Cross and Dragon
The Ice Dragon 1980
Windhaven 1981
Sandkings 1981
Fevre Dream 1982
In the Lost Lands 1982
Songs the Dead Men Sing 1983
The Armageddon Rag1983
Nightflyers 1985
Tuf Voyaging 1986
The Glass Flower 1986
Portraits of His Children 1987
The Skin Trade 1989
A Game of Thrones 1996
A Clash of Kings 1998
The Hedge Knight 1998
A Storm of Swords 2000
Quartet 2001
GRRM: A RRetrospective 2003
The Sworn Sword 2003
A Feast for Crows 2005
Hunter's Run 2007
The Mystery Knight 2010
A Dance with Dragons 2011
The Wit and Wisdom of Tyrion Lannister 2013
The Princess and the Queen 2013
The Rogue Prince 2014
The World of Ice & Fire Reference book 2014
The Ice Dragon 2014
A Knight of the Seven Kingdoms 2015
The Sons of the Dragon Forthcoming
The Winds of Winter
A Dream of Spring 



No hay comentarios:

Publicar un comentario