lunes, 25 de febrero de 2013

Néstor Sánchez


DE OTROS MUNDOS


Néstor Sánchez
(1935 - 2003)


Néstor Sánchez fue un escritor y traductor argentino nacido en 1935 en la ciudad de Buenos Aires (en el barrio de Villa Pueyrredón) y fallecido en esa misma ciudad, el 15 de abril de 2003. Se lo conoce como unos de los autores menos expuestos y más extraños de su país, y por la especial manera de componer sus obras, que no solo fueron experimentales sino también extravagantes y ricas, de temática casi siempre centrada en la ciudad que lo vio nacer. Fue bailarín de tango junto a Juan Carlos Copes. Tuvo etapas místicas siguiendo las enseñanzas de Gurdieff y de Castaneda. Viajó por Latinoamérica, Estados Unidos y Europa.  Cuando tenía 33 años aprovechó una beca de la Universidad de Iowa para cumplir su anhelo de recorrer otras tierras. Por entonces estaba por aparecer su tercera novela, El amhor, los Orsinis y la muerte, y su nombre, impulsado con gran entusiasmo por Julio Cortázar, comenzaba a ser frecuente en el mundillo literario. Sin embargo Néstor Sánchez renunció a estas módicas pompas para iniciar un periplo que lo condujo de Iowa a Nueva York y Nueva Orleans, de allí a Caracas, luego a Barcelona, después a París, y por fin nuevamente a Nueva York, pasando por San Francisco y Los Ángeles. En París y Nueva York transcurrieron nada menos que 15 años de una existencia que a Sánchez le resulta insoportablemente corta. En su breve estancia barcelonesa escribió su cuarta y última novela. Sus obras han sido redescubiertas por recientes reediciones.





Un narrador inquietante

La reedición de Siberia Blues y la de Cómico de la lengua, prevista para 2007, confirman la vigencia de Néstor Sánchez, autor fundamental de los años 60


Por Liliana Guaragno 
La Nación
Buenos Aires, 19 de noviembre de 2006

Cuando a fines de 1964 Edgar Bayley, Francisco Madariaga y Enrique Molina festejaron Nosotros dos, la novela de Néstor Sánchez reeditada en 2004 por editorial Alción,afirmaron que era "la mejor novela que se había escrito después de Arlt". Sudamericana, ante los elogios de Julio Cortázar, la publicaría en 1966 y la reeditaría en 1967. Ese año apareció Siberia Blues, que hoy reedita la editorial Paradiso para algarabía de los viejos lectores de Sánchez y de los muchos nuevos que despiertan ante la obra inquietante de este autor de la década del 60, que modificó la novela de su tiempo y recibió críticas elogiosas de Emir Rodríguez Monegal y fue destacado, bajo el signo de la renovación y la ruptura de las formas narrativas, por Ramón Xirau y Noé Jitrik. El reconocimiento de la obra de Sánchez continuará en 2007, cuando Paradiso reedite Cómico de la lengua .
Néstor Sánchez (1935-2003) había nacido en Villa Pueyrredón, en la casa donde falleció un 15 de abril. Amante del tango y del jazz, bailarín de tango, gran lector de poesía, se reunía en El Moderno con Gianni Siccardi, José Peroni, Martín Micharvega, Roberto Brullón (que ilustró la tapa de Esperando a tu hijo , libro de 1963 del que renegó), con Noé Jitrik y Tununa Mercado, Vicky Rabín, su segunda mujer, Clide Eliche y los Cedrón. Por ahí andaba también Ruy Rodríguez con la revista Opium , en la que Sánchez colaboró. Las charlas tendían a la búsqueda de una salida al realismo crítico, hablaban de Pavese, Montale, Vittorini, de Eco y Obra abierta , de los dadaístas, surrealistas y objetivistas franceses, de Faulkner, de los poetas argentinos Paco Urondo, Alejandra Pizarnik, Mario Trejo y Rodolfo Alonso, cuyos poemas se publicaban en la revista Poesía de Buenos Aires junto a generosas traducciones de Rimbaud, Joyce, Michaux, Reverdy. Mientras tanto, Sánchez, al que la poesía "no se le daba", creaba la Novela poemática, que une la experiencia de vida y literatura a la poesía.
Sánchez, opuesto al realismo imperante y al boom latinoamericano, desacataba todo programa y asumía las libertades de la poesía moderna. Influido por la generación beat y por cierto surrealismo, con un narrador-cámara que mima la fotografía o las tomas del cine, se apartó, ya en Siberia Blues, de toda melancolía cortazariana.
Su fino oído musical convirtió en lenguaje los ritmos del tango y del jazz. El jazz se integra en su onda de improvisación con reiteraciones y variaciones de motivos en avance o retroceso en una escritura en marcha, fraseo que atrae por resonancias y da lugar a pliegues que descolocan tiempos y espacios con efectos de simultaneidad.
En Siberia Blues entra "en foco" la quinta de Saavedra en Villa Urquiza, la Siberia del título, donde se reunía la barra de Tomasol, grupo lumpen formado por Natalio Ventura, el flaco Colombres, el negro Cepeda, Remigio y otros pero sobre todo por un chico al que apodan el Obispo por "contemplativo" y "poco inclinado al trabajo", personaje clave en la novela. Otro chico, el que los mira jugar al fútbol tras el alambrado, narra las historias que le cuenta el Obispo, ya en la adolescencia y hasta sus 30 años, cuando el Obispo desaparece, tiempo que coincide con el apogeo del tango y su decadencia, entre los años 40 y 60. La modernización de la época peronista desalambra la Siberia para construir un parque y un museo, y la barra se destierra en el bar del Trece para dispersarse por las calles "con tumulto y luz", perderse en la urbe fabril, con sus lluvias de hollín y la masa de obreros con cierta fe en el "progreso". La trampa en los vueltos, el juego, el turf, el billar, la muerte del negro Cepeda, la mudanza del viejo Ventura en un carro tirado por la yegua blanca disuelven definitivamente al grupo. Esta novela de un Buenos Aires transpuesto a la letra con la energía vital de la escritura de Néstor Sánchez no transmite melancolía, sino la desdramatización sostenida en resonancias de tango y jazz. Lo que pretendía Sánchez del lector no era ninguna identificación sino adhesión por resonancias.
En la entrevista que en 1974 le hizo su traductor de Gallimard, Albert Bensoussan, Sánchez dijo, acerca de Siberia Blues, que prefería lo marginal, porque lo no marginal le parecía "de una pobreza sobrecogedora".
Sánchez se interesó por las filosofías orientales y desde 1968 viajó a Chile, Perú y Venezuela. Volvió a Buenos Aires y publicó El amhor, los Orsinis y la muerte (1969). En 1970, becado por la universidad, fue a Iowa, donde permaneció cuatro meses. Viajó luego a Roma, y de allí a Barcelona. Seix Barral reeditó sus dos primeras novelas y editó Cómico de la lengua (1973). Más tarde, en París, fue asesor de Gallimard, que reeditó Nosotros dos Cómico.... Allí encontró un grupo importante de trabajo Gurdjieff, dedicado al conocimiento sagrado. Sucesos de vida y cierto temor a "la estafa biológica", como llamaba Sánchez a la brevedad de la vida, deterioraron su salud. Volvió a Estados Unidos, donde vivió en estado de pobreza hasta que su hijo Claudio lo ubicó, y regresó a la Argentina en 1986. En 1988 Sudamericana editó su último libro, La condición efímera , y él declaró que se le había acabado "su épica de vida".









Néstor Sánchez busca su lugar
Agencia Télam
LA VOZ DEL INTERIOR
Sábado 8 de abril, 2006

Buenos Aires. A tres años de la muerte del narrador Néstor Sánchez, el sello Paradiso reeditará este mes Siberia Blues, una de las principales novelas de una producción que en su momento suscitó elogiosos comentarios de Julio Cortázar, Emir Rodríguez Monegal y Ricardo Piglia, entre otros escritores.

Publicada originalmente en 1967, Siberia Blues evoca el barrio porteño de Villa Urquiza de los años ’60, a través de los integrantes de la barra romántico-anarquista Los Tomasol, defensores del “fuego sagrado del ocio”, que con la gestualidad iconoclasta de la época sostenían una consigna provocadora: “Todo esfuerzo embrutece, toda tentativa para incorporarse a la caravana del sudor se relaciona con el resto de la ciudad marmota, inminente, sacudida por el hollín y los despertadores”.

La vida de Sánchez –autor de culto injustamente olvidado hasta 2004, cuando la editorial cordobesa Alción reeditó su novela Nosotros dos– tiene un itinerario llamativo: va del impacto de su narrativa, que llamó la atención de editoriales europeos como Seix Barral y Gallimard, a llamarse a silencio a finales de los años ’60, época en que sale de la Argentina e inicia un vagabundeo de dos décadas por Venezuela, Estados Unidos y diversos países de Europa, por momentos de la mano de los grupos esotéricos de Carlos Castaneda y Gurdjieff.

Así, Sánchez, periodista, viajero, burrero y bailarín de tango –en 1955 fue bailarín profesional junto a Juan Carlos Copes en el club Atlanta– le dio la espalda al denominado “boom literario” que promocionó la narrativa latinoamericana.

Siberia Blues, escrita en clave de improvisación jazzística, entreteje a través de un personaje denominado Obispo historias de seres que hacen de la marginalidad un modo de vida. Alrededor de temas como la mujer, el fútbol de potrero, el billar, el “escolazo” y las martingalas, el bar, las carreras de caballos y hasta la planificación de un robo, Sánchez despliega un largo “blues” con los habitantes del corazón de Villa Urquiza, su barrio natal, que el propio escritor bautizara como “la Siberia”.

La literatura del Sánchez inicial, con ecos de Rayuela de Julio Cortázar, alcanza madurez con Siberia Blues en un estilo al ritmo de prosa poética, con resonancias de la generación beat norteamericana y el espíritu del surrealismo, sobre el que se mueven seres que lo viven todo como una experiencia límite.

Uno de sus amigos, el escritor Rodolfo Privitera, a quien Sánchez le dedicó Siberia Blues y bautizó como el personaje de su libro, Obispo, señala la vigencia de esa novela: “Cuando Julio Cortázar sostuvo que en Sánchez se encontraba el Joyce latinoamericano su publicación produjo sentimientos encontrados en la aldea bonaerense de aquellos años. Pero se puede afirmar que, así como en Joyce está su geográfica Dublín siempre presente, Sánchez con la ‘ayuda’ de Arlt, Marechal y Cortázar, construye una de las novelas más notables sobre la Buenos Aires geográfica y sus personajes en aquel momento histórico de los años 60”.
http://www.paradisoediciones.com.ar/rese%C3%B1as/S%C3%A1nchez%20-%20La%20voz%20del%20interior.htm



Sobre Néstor Sánchez

Nunca volví a tener sentado frente a mí en el living de casa a un hombre como Néstor Sánchez.
Martes por medio, con su mirada vaga, el cigarrillo eterno y la frente húmeda. De tanto en tanto, una risa inocente nos premiaba.
Yo lo quería de una manera austera. Cuando encontraba belleza en un poema mío era un encuentro fervoroso, musical; cuando la devolución era “no, eso no” con una severidad de escuela, yo me avergonzaba porque seguramente él no hubiera querido tener que decirlo.
Aunque había una imperiosa necesidad de protegerlo, creo que era más fuerte su protección: esas palabras hondas con que transmitía su ética literaria eran protectoras.
Hubo tres conceptos suyos que se fijaron para siempre en mí. Casi a diario los recuerdo, los uso, me ayudan a hablar, a pensar, a ser.
Era bueno tenerlo en el sillón del living de mi casa, era muy bueno.

Silvia Mazar
Marzo 2007




Ya no veo escritura posible para mí. Como dije, se terminó la épica. Para poder escribir tendría que recurrir a mi pasado en los Estados Unidos, y eso ya está hecho. Es una situación extrema en la que estoy: si la escritura se vincula con la vida, la vida que llevo es muy monótona, y en el camino de la vejez se convive con la muerte, no hay solución. Mi actitud frente a la escritura fue siempre la de intentar llegar a algo que estaba más allá, algo inalcanzable. Ahora me quedé sin nada.
Néstor Sánchez




No hay que escribir nada que pueda contarse por teléfono.
Néstor Sánchez




Creí que con los libros de Carlos Castañeda y la ensenanza de Gurdjieff 
se podía llegar a los 300 años. 
Fue un convencimiento delirante que me tomó por enteró
Néstor Sánchez




El “fuego sagrado del ocio” marca la frontera de la barra de Tomasol en el barrio de Villa Urquiza, franja lumpen del ‘40 ajena a la “caravana de sudor” que entra en foco en Siberia blues (1967), desde su apogeo hasta el destierro de la quinta de Saavedra que con la ideología peronista del progreso se convertirá en parque y museo, y barrio obrero ajardinado. Una lente narrativa desapasionada toma secuencias o anda a travelling largo o con pensamiento fotográfico y convoca los diferentes tiempos y espacios que se fragmentan y se corresponden entre sí en una fiesta de los sentidos. La primera persona, ese ‘yo’ niño que miraba desde el alambrado al Obispo, el único chico de la barra,  iniciará con él la fe de la amistad quince años más tarde por el fuego de un cigarrillo, hasta su desaparición a los 30 años exactos (“El obispo ha desaparecido” fue uno de los títulos que pensó Néstor Sánchez para esta novela), pero de cuya mano maestra se deslindan estos personajes que caen en la sombra de la ciudad o de la cárcel, o en la  muerte. Atravesado cada tanto el texto por el resplandor –del patio, de la yegua blanca–, reverbera una escritura de contrapuntos que logra afinar su instrumento con los procedimientos del jazz,  la idea de que en el momento de la muerte los instantes de la vida se combinan como plazca, y la fuerza poética que irradia desde los versos  de “Zona” de Apollinaire. Leer Siberia blues de Néstor Sánchez es sentir –en el cuerpo, en el oído– la música de Buenos Aires, su ritmo indudable a tramos en ineludible trato con el lenguaje local, los significativos nombres de ciudades, barrios y calles, la extrema elipsis de la oralidad y sus  términos y giros reconocidos en su variación, así como los que surgen del juego, el turf, la falopa, o  el robo. Un repertorio certero y del detalle graba  a su gente y su mundo fuera de las normas en uso, porque en la escritura de Sánchez  se “decide” y “deforma” en radical renovación la novela del ’60.
Liliana  Guaragno



SIBERIA BLUES
Por Susana Cella

Al año siguiente de su novela Nosotros dos, en 1967, Néstor Sánchez inicia con Siberia Blues una apuesta narrativa que profundizaría en obras como La condición efímera. Reeditada recién  ahora, se trata de una historia donde aparecen personajes populares –en un lugar al que llaman Siberia– y que, en un lenguaje coloquial, se distancia de la narración convencional para organizar una trama compleja, donde el tiempo pierde linealidad para aparecer discontinuo y fragmentado. La lectura produce a la vez extrañeza (frases al parecer sueltas, cambios súbitos de situaciones o lugares, voces y nombres recurriendo, mezclándose) y al mismo tiempo un reconocimiento (barrios, calles, palabras, destinos de los personajes). No ajena ni al sentimiento ni al lirismo, pero tampoco a los avatares de varios seres entre los que se destaca ese niño peculiar que va creciendo en la novela y que se apoda el Obispo, esta novela propone al lector la aventura de ir dejándose llevar. Es tal vez uno de esos tesoros que la imposición de clisés narrativos ha relegado, destino que también corrieron otros textos del autor, muerto en 2003. (Paradiso)



OBRAS

  • Nosotros dos
  • Siberia blues
  • Los informantes
  • El amhor, los orsinis y la muerte
  • Cómico de la lengua
  • La condición efímera


domingo, 17 de febrero de 2013

Brenda Venus / Maestra de seducción


ENLACES
DE OTROS MUNDOS

BRENDA VENUS
(1947)
BIOGRAFÍA BREVE

Brenda Venus es una actriz norteamericana, escritora, bailarina, directora y productora, además de una mujer con una extraordinaria belleza. La misma que en junio de 1976 cautivó a Henry Miller, quien se convirtió en su mentor. Brenda fue su última musa, su último y platónico amor sobre la tierra: ella casi en los treinta y él más allá de los ochenta. Las cartas que exploran y sostienen este fuego tardío suman alrededor de cuatro mil páginas y se titulan en inglés Dear, Dear Brenda - The Love Letters of Henry Miller to Brenda Venus. Seix Barril publicó el libro en español.

Brenda Venus, por su parte, ha publicado Secrets of Seduction for Men y Secrets of Seduction for Women, títulos traducidos hasta el momento a 37 lenguas. Brenda aparece en entrevistas de radio, televisión y prensa, y sobre todo particia en programas de mercadeo. Es toda una experta en estos asuntos. Durante seis años escribió una columna para Playboy y fue periodista free lance de Cosmopolitan, Detail y Esquire.




CINE Y TELEVISION
Brenda Venus aparece en la película de Clin Eastwood, The Eiger Santion, y algunas otras. Fue narradora invitada en Love & Sex in LA.

Además, en The Bold And The Beautiful, y un breve documental Dinner With Henry.




Pienso en ti como una flor del profundo Sur, 
con toda su esplendorosa fragancia y aparente fragilidad. En realidad, eres tan fuerte 
como un tigre, y tan peligrosa, si estás enfadada. 
Me temo. Mi visión se debilita. 
He estado escribiendo sin gafas. Pero con tal de saber de ti soy capaz de cualquier cosa. 

Henry Miller


Tumbado en la cama hoy recordaba tu exclamación  en la puerta, 
cuando nos abrazamos. Tu repetías "¡Cómo te siento de bien!". 
Eso me llamó la atención y esta mañana temprano se me ocurrió 
por qué estabas tan excitada. 
Era porque yo estaba medio desnudo y nunca nos habíamos tocado así. Estábamos carne contra carne y tú sentiste todo el impacto. 
Curiosamente no tuve pensamientos eróticos en ese momento. 
Era feliz viéndote viva y resplandeciente. Pero reflexionando 
recuerdo ahora el tacto de tu glúteo izquierdo 
y de tu teta derecha 
( por accidente).

Henry Miller




Brenda Venus, maestra de seducción
Posted on 29 marzo 2011 
by Amante de Chloe


La cantidad de páginas que es capaz de escribirle a su musa un hombre exaltado de amor. Hasta 4.000, hasta la muerte. Esta historia tan intoxicada de literatura no parece real, aunque lo es. Es la historia del romance que vivieron a finales de los años 70 la veinteañera Brenda Venus y Henry Miller, el escritor más poderoso de su generación; por entonces, una octogenaria esfinge grafómana.


1.

“Me gustaría poder escribirte en ruso, en azteca, en armenio y en iraní”, anota Miller, en uno de los párrafos más célebres que le dedicó a Brenda. “Porque eres ilimitada. Eres lo que los griegos llaman ‘nada en moderación’. Eres Mona, Anaïs, Lisa, tout le monde, todas combinadas. Fuego, aire, tierra, océano, cielo y estrellas”. Así se las gastaba el viejo Miller; así de ardientes son algunas de las cartas reunidas en las páginas de Dear, Dear Brenda (Rev Sub, 1997).

Miller se moría; su tiempo se estaba acabando cuando se tropezó con Brenda. Ella, en realidad, lo buscó. “Fue una elección deliberada. Quería que entrara en mi vida, y aún no sé por qué. Estaba escrito que tenía que encontrar a Henry”.

Brenda adquirió un ejemplar antiguo de un libro de Miller y descubrió en su interior una carta manuscrita por el escritor. Decidió entonces entregársela, hacérsela llegar acompañada de una dedicatoria y varias fotografías propias, donde le mostraba al autor de Trópico de Cáncer su turgente juventud de bailarina y actriz.

Se conocieron cuando Henry tenía 84 años. Y el romance se prolongó hasta su muerte, cinco años después, en 1980. Fue una relación esencialmente epistolar, que le permitió al viejo Miller recuperar su furia literaria autobiográfica, tan presente en sus Trópicos y en otros libros como Sexus, Plexus y Nexus.

Miller y Brenda nunca hicieron el amor. La suya fue una amistad platónica, marcada por la vejez de él y el afán de conocimiento de ella. Sin duda, en aquellos años, poseída por la influencia de su venerable maestro, Brenda pudo moldear su vocación de consagrarse como autora especializada en erotismo, romance y hedonismo; de convertirse en maestra de seducción.


2.

Brenda Venus es experta en proporcionar consejos amatorios. Y no se corta; a los hombres, por ejemplo, les recomienda: “La lubricación es comunicación. Asegúrate de que ella está lubricada adecuadamente, así siempre podrás volver a por más”. Su perspectiva es transversal y bidireccional; en su visión, ambas sexualidades, masculina y femenina, se muestran como efectivamente complementarias.

“¿Cómo manipulas un pene?”, pregunta Brenda, por otro lado, en Cuál es tu estilo sexual, uno de sus muchos artículos dirigidos a mujeres. “Tu mejor maestro es tu hombre. Pídele que él mismo se la agite mientras observas”. Tan dulce y directa es Brenda: consejos diferentes para sensibilidades y sexualidades diferentes. Y la promesa del gran placer, siempre presente en sus textos.

Avalada por su trayectoria, Brenda Venus se define a sí misma como “autoridad mundial en comportamiento sexual, seducción y erotismo”. Fue consejera en materia de relaciones en las páginas de Playboy durante años y, posteriormente, realizadora de documentales eróticos como Love & Sex in L.A. Propietaria de su propia línea de lencería erótica, es una mujer que se ha tomado muy en serio su labor de conseguir un mundo de amantes satisfechos.

(Lamentablemente, el blog de Brenda incluido en su propia web ha sido deshabilitado en las últimas semanas, con lo que han desaparecido de la Red algunos textos con deliciosos consejos sexuales.)



3.

Parece más un personaje literario que una persona real. No en vano, en Rusia se estrenó hace varios años una ópera inspirada en su vida. Reconoce Brenda que, de niña, el florido Venus de su apellido la avergonzaba, por lo que durante los veranos, lo cambiaba por los más vulgares Smith o Jones. Hasta que una conversación en Hollywood con Marlon Brando le confirió el valor necesario para estar a la altura de su nombre.

Una jovencísima Brenda Venus, exuberante y deliciosa, debutó como actriz en Licencia para matar (‘The Eiger Sanction’), película dirigida por Clint Eastwood en 1975. Brenda vivió en los 70 y 80 un periodo como actriz en producciones de diverso pelaje hasta que, años después, decidió formarse y emprender su propia carrera como realizadora. Según cuenta, aprendió mucho de Clint Eastwood en las interminables conversaciones que mantuvieron en el rodaje de Licencia para matar.

Como gurú de seducción, Venus es una rara avis, un encantador elemento anómalo. Que se sepa, no tiene relación con las comunidades de seducción que tanto han dado que hablar en los últimos años. Su rol femenino y su apuesta decidida por el placer y el hedonismo se encuadran en coordenadas alternativas a las que transmiten las personalidades de Ross Jeffries, David DeAngelo o Mistery.

Los libros de Brenda Venus Secrets of Seduction for Men y Secrets of Seduction for Women son de una categoría diferente a los típicos manuales contemporáneos de seducción, escritos por hombres para hombres. Hablamos de una categoría en cierta forma necesaria. Y quizás su influencia se deja sentir en el proyecto de seducción natural de Zan Perrion, Casa Amorata, e incluso en las últimas y valiosas estrategias de imagen de Seducción Científica, aquí en España.

Clint Eastwood y Brenda Venus
4.

“No lamentes nunca este romance a mitad de tu joven vida. Los dos hemos sido bendecidos. No somos de este mundo; somos las estrellas y el universo más allá”, le escribía el viejo Henry Miller a Brenda Venus con su habitual arrebato. Y ella, a su vez, a él: “Me has enseñado tanto…”

La carta está fechada el 22 de enero de 1980. Dice Brenda: “Me has ayudado a entender la vida. Estás tan próximo a la perfección como una rosa. Tu ánimo, tu espíritu, tu fortaleza son asombrosas. Siempre tengo necesidad de ti. De ti como hombre, el ser más especial del mundo. Gracias a ti vivo el momento, el ahora. No me preocupa el mañana pues sé que pronto estará aquí”.

Por supuesto, el impulso de describir a Brenda como un ser idílico resulta muy atrayente. Y quizás la realidad sea menos cristalina. Hay textos en internet que sugieren que es una arribista, que ha manipulado su relación con Miller en su propio beneficio. Sus enemigos no esconden su rechazo: la web que ella misma impulsó, Millervenus.com, está permanentemente hackeada.

Pero los estudiantes de seducción preferimos dejar que su brillo nos ciegue. Brenda Venus parece surgida de un mar de emociones serenas. Si algún día se detectan zonas oscuras en esa sonrisa y en esa sabiduría sensual seremos los primeros en denunciarlo.

“El amor es saberlo todo de alguien, y todavía querer estar con esa persona más que con otra persona”, escribe una Brenda Venus adulta, una mujer de más de cincuenta años que ha dedicado su vida a enamorarse, a amar y a reflexionar sobre el deseo, la pasión y el placer.

“Sus enseñanzas nos ayudan a entender la vida”, podríamos decirle, desde nuestro afán de conocimiento. Esta reverencia, señora, es muestra del respeto que usted nos causa.

http://proyectovalencia.net/?p=122#more-122






sábado, 9 de febrero de 2013

Lydia Davis

...



DE OTROS MUNDOS

FICCIONES
Diario / Lydia Davis 

MESTER DE BREVERÍA
Lydia Davis / La madre
Lydia Davis / Amor
Lydia Davis / La luna
Lydia Davis / En la estación de trenes
Lydia Davis / La excursión
Lydia Davis / Desde abajo, como vecina
Lydia Davis / Los cedros
Lydia Davis / Trabajo municipal
Lydia Davis / Asesinato en Bohemia
Lydia Davis / Las bisabuelas
Lydia Davis / Egoísta

DRAGON
Lydia Davis / The Mother
Lydia Davis by Francine Prose / Interview
Lidya Davis by Sarah Manguso / Interview
Lydia Davis / Five Stories
Lydia Davis / What I am reading
Lydia Davis / My style is a reaction to Proust's long senteces


Lydia Davis
(1947)

Lydia Davis (Northampton, Massachussets, 1947) publicó en el 2011 sus Cuentos completos (Seix Barral), en versión del poeta y narrador Justo Navarro, que aparecieron en inglés en el 2009. Pero, además, Lydia Davis ha traducido a su lengua a autores tan significativos como Flaubert, Proust, Maurice Blanchot o Michel Leiris. De todas formas, donde dice cuentos completos, debería decir cuentos y microrrelatos completos, género este último en el que también es una auténtica maestra. Una autora en ambos géneros muy recomendable.


Davis es hija de Robert Gorham Davis, profesor de inglés, y de Hope Hale Davis. Estudió inglés y latín; estuvo un año en Austria y aprendió alemán. Estuvo casada con Paul Auster, entre 1974 y 1978, y tuvieron un hijo, Daniel Auster. Luego, se casó con el artista Alan Cote, y de esa unión nació Theo Cote.
Recibió un fuerte influjo inicial de Samuel Beckett, al que estudió de muy joven. Su padre era profesor de inglés, y conoció así a un escritor muy diferente de lo que había leído (en la primera página encontró: “I’m lying here. I’ve dropped my pencil”). Ya de estudiante superior, fue leyendo novelista tras novelista; Nabokov, Thomas Hardy, George Eliot, Dostoevsky o Joyce, y siguió con voracidad lectora.
Es profesora de creación literaria en la Universidad de Albany (SUNY). Además de escribir, ha traducido del francés toda su vida, entre otros, a escritores y ensayista como Vivant Denon, Gustave Flaubert, Marcel Proust, Maurice Blanchot, Michel Leiris, Pierre-Jean Jouve o Michel Foucault.
Davis ha publicado seis libros de cuentos habitualmente breves (o brevísimos), con un toque de humor, entre los que destacan: The Thirteenth Woman and Other Stories (1976), Break It Down (1986) o Varieties of Disturbance (2007). Han aparecido varias antologías suyas; y en 2009 recopiló sus cuentos en The Collected Stories of Lydia Davis, traducida al español.
Se dice que sus relatos son poéticos, filosóficos, prosas varias o simplemente retratos de vidas a menudo derrotadas. Es conocida asimismo como crítica literaria.
Davis es miembro de la American Academy of Arts and Sciences desde 2005. Ganó el MacArthur Fellows Program, de 2003; y fue finalista del National Book Award Fiction, en 2007. Por sus traducciones ha sido galardonada en Francia.




"Aguda, hábil, irónica, subestimada y sorprendente."


Joyce Carol Oates








"Pocos escritores de la actualidad hacen

que las palabras escritas sean tan importantes." 


Jonathan Franzen


Lydia Davis es autora de una novela y de siete libros de cuentos.  El último fue finalista del National Book Award de los Estados Unidos en 2007. Ha traducido al inglés a Maurice Blanchot, Michel Leiris y Marcel Proust, entre otros autores. Estuvo casada con el escritor Paul Auster, con quien tiene un hijo. Los textos traducidos provienen del libro The Collected Stories of Lydia Davis, publicado por Farrar, Strauss & Giroux en Nueva York, el año 2009. Quizás por qué cicatriz de la traductora, son en su mayoría variaciones sobre el tema de la madre.


Lydia Davis
La madre
....
La chica escribió un cuento. "Sería mejor si escribieras una novela", dijo su madre. La chica construyó una casa de muñecas. "Sería mucho mejor si fuera una casa de verdad", dijo la madre. La chica hizo un cojín para su padre. "¿No hubiera sido más útil un edredón?", dijo la madre. La chica excavó un pequeño hoyo en el jardín. "Sería mucho mejor si excavaras uno grande", dijo la madre. La chica excavó un gran hoyo y, dentro, se echó a dormir. "Sería mucho mejor si te durmieras para siempre", dijo la madre.

Lydia Davis
Photo by
JENNIFER S. ALTMAN

Destellos de la gente corriente

Lydia Davis, escritora casi desconocida en España, pertenece a ese tipo de escritores a los que se califica de "raros" porque no se sabe bien dónde colocarlos, lo cual es estupendo para ella, pues así se libra de esos fastidiosos encasillamientos a los que tan proclives son las mentes académicas y muchos periodistas culturales. El calificativo que debería aplicársele es el de "singular", que es lo que aspira a ser todo verdadero escritor vocacional.
Los cuentos de Lydia Davis tampoco responden al esquema habitual. La gran mayoría son textos cortos y sólo unos cuantos alcanzan a sobrepasar las seis u ocho páginas; por lo tanto estaría dentro de la moda del llamado relato breve, refugio de tantos vagos ingeniosos, si no fuera porque su obra, contemplada cuento a cuento y en conjunto, es una soberbia exposición de la textura del tejido humano.

Cuentos completos

Lydia Davis
Traducción de Justo Navarro
Seix Barral. Barcelona, 2011
746 páginas. 28 euros
El material del que se nutre Davis es la gente media que vive permanentemente derrotada, necesita un punto de referencia o un anclaje del afecto, cuyo suelo es la inseguridad del hombre y la mujer contemporáneos y cuya memoria está llena de sueños incumplidos y cosas y personas perdidas. Son relatos de la vida corriente, a la que trata de sorprender en busca de una singularidad que, paradójicamente, se encuentra en su vulgaridad. La asombrosa capacidad de Davis para levantar apenas unos centímetros la piel de esas personas y situaciones por atisbar lo que hay debajo, lo que verdaderamente late, la desnudez interior, llena estas más de setecientas páginas de un vigor literario que sólo la mirada de un maestro es capaz de desarrollar. En cierto modo podríamos considerarlo temáticamente monocorde, pues se mueve en un mundo muy pequeño, hasta que descubrimos que ese pequeño mundo es, quizá, el más extenso y representativo de nuestra sociedad actual y que sólo un ojo verdaderamente atento como el de Davis es capaz de diferenciarlo y dotarlo de expresividad. La mirada de Davis opera de manera genial haciendo que la vulgaridad de la vida cotidiana de la gente media atraiga al lector como el destello de una moneda entre la ceniza que, de repente, brillara por un efecto de luz.
Davis no es blanda ni se ahorra dureza o crueldad a la hora de mostrar la vida mediocre, pero busca en ella esa última dignidad del dolor, de la frustración, del deseo, de la ternura, de la supervivencia. El asunto general es la neurosis de la vida cotidiana y doméstica, expresada en muchas formas, a cual más aguda y sugerente (Ventosear). A muchos de sus personajes les ocurre lo que a un tal Wassilly, que "iluminado de repente, vio que existía una terrible discrepancia entre el concepto que tenía de sí mismo y la realidad". Sin embargo, en varios cuentos bordea lo fantástico; otros son fabulaciones e incluso exposiciones morales en forma de relato-comentario (Ética). La fábula moral (por ejemplo, La casa de atrás, un relato excepcional) coexiste con el más crudo realismo(Dos hermanas o La madre). La criada extrae petróleo de un personaje que es la personificación misma de la mediocridad. Algunos textos parecen hacer proposiciones al lector y otros se limitan a establecer una anécdota, un hecho. Se la ha relacionado con Kafka, lo que es un error a mi modo de ver, salvo que se refieran a los cuentos breves de éste; en varios de sus textos cortos recuerda, en cambio, al Cortázar de los cronopios. Casi siempre escribe en presente y, si hay memoria, recuerdos, es siempre a propósito del presente; también utiliza la tercera persona. Todo ello en un estilo muy personal, seco, preciso y cómplice con el lector. A veces la sequedad es tal que los relatos afectados más parecen un escrutinio, introspectivo casi siempre.
No se excede en imágenes literarias, pero las que compone son bellas y mágicas ("una vez fue una chica que entró en la cocina de repente en una ráfaga de viento, pálida, delgada y extraña, como un pensamiento perdido" o "no sólo las flores blancas agonizan, sino que mujeres viejas caen de las ramas por todas partes"). Hay un relato-resumen de su estilo especialmente atractivo porque mezcla lo doméstico, la neurosis y la excepción literaria: Kafka prepara la cena. Y el humor está siempre presente, de fondo, seco, penetrante, afilado..., un humor serio.
La lectura deberá mucho a la cuidada traducción de Justo Navarro. Mi consejo para una lectura feliz de este libro extraordinario es: termine el día, métase en la cama; el libro estará en la mesilla de noche; lea un solo relato: le absorberá tanto que seguirá leyendo otro y luego otro o quizás otros. Deténgase ahí o puede que no duerma en toda la noche. La lucidez produce insomnio. Siga así hasta que comprenda que un talento excepcional le ha mostrado, para bien y para mal, del envés nuestro de cada día.
OBRAS
  • The Thirteenth Woman and Other Stories (1976)
  • Story and Other Stories (1985)
  • Break It Down (1986)
  • The End of the Story (1995)
  • Almost No Memory (1997)
  • Samuel Johnson Is Indignant (2002)
  • Varieties of Disturbance (2007)
  • The Collected Stories of Lydia Davis (2009)

TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL
Cuentos completos, Seix-Barral, 2011, traducción de Justo Navarro.

FUENTES
Wikipedia
El País
La nave de los locos, el blog de Fernando Walls
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