domingo, 26 de enero de 2020

Artur Lunkvist / Un gigante nebuloso

Artur Lundkvist
Ilustración de Triunfo Arciniegas


Artur Lundkvist (1906 - 1991) 






Nils Artur Lundkvist (Escania, Suecia, 3 de marzo de 1906 - Estocolmo, Suecia, 11 de diciembre de 1991), escritor y poeta sueco, fue miembro de la Academia Sueca desde 1968.



Aunque más conocido por su obra poética, escribió también novelas y ensayos en más de un centenar de libros publicados así como fue traductor de grandes obras de la literatura europea y facilitó su introducción en Suecia. Residía ocasionalmente en España y tradujo las obras de Federico García Lorca y Juan Ramón Jiménez entre otros autores españoles e hispanoamericanos.




ACTIVISMO POLÍTICO

Durante la Guerra Fría, Lundkvist fue un partidario de la llamada «tercera posición» en el debate público sueco, que abogaba por una postura neutral en el conflicto entre las dos superpotencias. A pesar de esto, fue miembro de la junta directiva de la pro-comunista Asociación Suecia-RDA. También fue miembro del Comité de la Paz de Suecia, la sección sueca del Consejo Mundial de la Paz.​ En 1958 fue galardonado con el Premio Lenin de la Paz de la Unión Soviética.​

Lundkvist siempre mostró fuertes prejuicios en contra de la religión católica y, debido a ello, utilizó su posición para bloquear repetidamente los intentos de otorgar el Premio Nobel de Literatura al escritor católico Graham Greene. Así mismo, mostró su oposición a que Borges recibiera ese galardón, lo que a la postre resultaría decisiva para que el argentino se quedara sin el Nobel.




Artur Lundkvist (segundo de izquierda a derecha) con Marie Wine (centro)

Lundkvist: "Fabulosa vitalidad y originalidad"

Francisco J. Uriz
Estocolmo, 8 de octubre de 1977

El primer premio Nobel de 1977, el de literatura, ha tomado el camino de España. La academia sueca ha concedido su premio al poeta español Vicente Aleixandre motivando su elección «por su renovadora obra poética que, enraizada en la tradición poética española y en las corrientes modernas estéticas, esclarece la condición humana en el universo y en la sociedad actual».Este año la academia sueca ha madrugado. El premio se ha concedido tres semanas antes que de ordinario, probablemente para evitar desagradables fugas de sus conciliábulos secretos en torno a la concesión del premio. Este año la suma del premio asciende a unas 700.000 coronas (unos doce millones de pesetas).
A pesar de ello, Aleixandre recibe su premio con un año de retraso. El año pasado estuvo ya rozando el premio. Fue un incidente extraliterario y ajeno a él -las inauditas declaraciones en favor de las dictaduras latinoamericanas de su compañero de candidatura, el escritor, argentino J. L. Borges, lo que hizo impensable el galardón.

También habrá que pensar que la recién estrenada democracia española no habrá obstaculizado la decisión de la academia. El nombre del premio Nobel de Literatura 1977, sorprenderá no sólo al ciudadano medio sueco sino también a las secciones culturales de la prensa. De la extensa obra de Aleixandre existe solamente una antología de unas cien páginas traducida al sueco y publicada con el título, Paradisets skugga (Sombra del paraíso).
El traductor de dicha antología es Arthur Lundkvist, miembro de la academia e incansable embajador de la literatura española y latinoamericana en Suecia. Su peso literario es decisivo en las discusiones sobre el Nobel y no dudamos de que también lo habrá sido en esta ocasión cuando se trataba de premiar la obra de un poeta al que tanto admira.
El señor Lundkvist comunicó a EL PAIS la alegría que sentía por el premio de Aleixandre y la enorme impresión que ha causado en varios miembros de la academia «la fabulosa vitalidad y originalidad de la producción de Aleixandre».
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de octubre de 1977

Marie Wine y Artur Lunkvist


El británico William Golding recibió el Nobel de Literatura, por su obra, 'iluminadora de la condición humana'


Lundkvist, miembro del jurado, disiente de la decisión de sus compañeros


Londres, 7 de octubre de 1983

William Golding, escritor británico de 72 años de edad, recibió ayer la noticia de la concesión del Premio Nobel de literatura -dotado con 28. 500.000 pesetas-, en su residencia de Ebble Thatch, en Bowechalke, un pequeño pueblo de la cam ifia inglesa, en el condado de Wiltshire, no lejos de la ciudad de Bath. Este es el decimosexto galardón que se concede a un escritor de habla inglesa y el primero desde Winston Churchill, hace 30 años. La Academia Sueca anunció el premio calificando la obra de Golding como iluminadora de la condición humana en el mundo de hoy". También dijo que sus obras son "divertidas y excitantes". Luadkvist, miembro del jurado, disintió de la decisión.

Arthur Lundkvist, poeta sueco, miembro del jurado de la Academia, que el pasado año intervino decisivamente en la concesión del Nobel a Gabriel García Márquez, disintió de la decisión de sus compañeros y dijo públicamente, en declaraciones recogidas por agencias internacionales, que el nuevo Nobel es "un fenómeno inglés sin interés particular. Nadie aprecia la obra de Golding", añadió el académico, que tiene una larga relación con la literatura española. Según Lundkvist, no ha habido unidad en la Academia. "La mayor parte de los miembros nadan a favor de la corriente. A mí eso no me gusta. Cada uno debe tener su propia opinión y defenderla".Lundkvist explicó que, en una primera votación, que se suponía iba a ser la definitiva, Golding contaba con siete votos, el escritor francés Claude Simon -al que apoyaba Lundkvist- con cinco, y los otros seis votos estaban repartidos. En una segunda votación, realizada en ausencia del académico sueco, Golding volvió a ganar por una mayoría no especificada, actuación que Lundkvist calificó como "un golpe" ya que no tuvo ocasión de votar nuevamente.
Las reglas fijadas por el fundador de los premios, el inventor sueco Aldred Nobel, establecen que las deliberaciones de la Academia deben ser secretas.
Golding sólo había sido alertado de la posibilidad de ser premiado con el Nobel de Literatura a primera hora de la mañana, cuando un periodista sueco le llamó por teléfono y le comunicó que estaba entre los finalistas y con muchas posibilidades de ganar.
Poco después, a la una del mediodía, el propio escritor oyó la noticia en la radio y su primera reacción fue de incredulidad. En sus primeras declaraciones aseguró que no había tenido tiempo de reaccionar por lo inesperado de la noticia.
Ante las múltiples felicitaciones procedentes de todas las partes del mundo, el novelista fue haciéndose a la idea. "Estoy encantado", dijo. "Creo que cualquier persona lo estaría en un caso así. La posibilidad de que me dieran el premio no estaba en mi mente. Yo pensaba que iba a ganar el escritor de origen hindú V. S. Naipaul o Doris Lessing", declaró ayer a El PAIS. Más tarde, el escritor salió a dar un gran paseo a caballo para "asimilar la noticia". Aprendió a montar hace 18 meses, cuando tenía 70 años.
William Golding quiso ser escritor desde los siete años y hoy, preguntado sobre si este galardón es un aliento para seguir escribiendo, ironizó: "A los 72 años, cuando uno ha estado escribiendo desde los siete, ya no necesita aliento alguno, las cosas salen automáticamente de la pluma".
Con el tono de ingenuidad que caracteriza muchas de sus obras -el otro es el pesimismo-, el escritor comentó: "¿Por qué me han dado el premio? Ah, esto habrá que preguntarlo a los jurados. Será que creen que soy bueno...".
La obra que le encaminó hacia el Premio Nobel, según los críticos, fue Ritode paso, también traducida al castellano en 1982 y publicada hace tan sólo tres años.
Golding sigue escribiendo y en la actualidad realiza los preparativos de su próxima obra, de la que ayer no quiso hablar "porque sólo está en sus albores".
Poco conocido en España
Golding es un autor poco leído por los escritores españoles, pese a que la mayor parte de su obra ha sido traducida y editada en castellano o catalán. Escritores como Cela, Buero Vallejo o Torrente Ballester no le han leído y otros no se han interesado particularmente por su obra. A Francisco Ayala El señor de las moscas no le pareció "gran cosa" y cree que es un escritor de cierto auge entre los adolescentes.
Para otros autores, como el uruguayo Juan Carlos Onetti, El señor de las moscas es "una obra muy hermosa y admirable". "La leí hace años y todavía recuerdo la belleza del ambiente en que se desarrolla".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de octubre de 1983

Artur Lundqvist, poeta sueco

Miembro del jurado del Premio Nobel de Literatura, ha rectificado sus discrepantes declaraciones sobre la concesión del galardón


Ricardo Moreno
Estocolmo, 9 de octubre de 1983

La concesión del Premio Nobel de Literatura 1983, ha hecho a Artur Lundqvist, protagonista de un episodio inusual, al discrepar públicamente con la elección hecha por la Academia Sueca, lo que, seguramente muy a su pesar, divulgó su nombre por el mundo entero. Un episodio con sabor amargo sobre el que ahora el propio Lundqvist quiere poner un manto de olvido con unas declaraciones tan sorprendentes como las anteriores. En tales declaraciones, aparecidas ayer en el matutino de Estocolmo, Svenska, Dagbladet Lundqvist rectifica el juicio que se le atribuye sobre el laureado William Golding, así como también las afirmaciones sobre irregularidades en el proceso de discusión y votación de la academia.
En dichas declaraciones, cuya autenticidad fue confirmada a El PAÍS telefónicamente por la esposa del escritor, el académico expresa que "Iamenta que la Prensa haya afirmado que yo subestimara a Golding como escritor". "Yo pienso", agrega, "que Golding es bastante buen escritor, y lo que yo dije es que había posibilidades de haber hecho una elección mejor".Admite haber formulado algunas reflexiones totalmente privadas, "que pueden haber sido escuchadas por algún periodista que les dio una interpretación de la que no soy responsable". Declara también que en sus 15 años de miembro de la Academia Sueca no recuerda que alguna vez las opiniones de sus miembros fueran totalmente coincidentes en la valoración del candidato al premio, pero que, una vez adoptada por mayoría la decisión, ésta es respaldada unánimemente. Así, dice que este año inicialmente su candidato era el poeta senegalés Leopold Senghor, pero que cuando las discusiones cambiaron el curso de las simpatías, se inclinó por el francés Claude Simon, y que, finalmente, cuando la mayoría optó por Golding, él lo aceptó sin objeciones. Finalmente Lundqvist declara que su primera reacción sobre un golpe en el proceso de la votación fue el fruto de informaciones equivocadas que recibió.
Artur Lundqvist, de 77 años, novelista, poeta, ensayista y miembro de la Academia Sueca desde hace 15 años, es considerado una figura señera de la vida cultural sueca del último medio siglo. Se ha dicho de él que lee cerca de 500 libros por año, dato por demás elocuente del rigor y la pasión con que ha cultivado el interés por las letras, pero insuficiente para dar toda la medida de su significación. Estimado con justicia como un erudito, no ha sido, sin embargo, un hombre encerrado en las paredes acogedoras de as bibliotecas. En su obra, prolífica y diversa, está reflejada su sensibi¡dad ante todas las manifestaciones de la vida y el acontecer del mundo que le rodea. En la época de la guerra fría posterior a la segunda guerra mundial, cuando los vientos del macartismo llegaron también a su país, Lundqvist fue uno de los intelectuales que denunció con valentía su trasfondo de irracionalidad y deliberado confusionismo. Su obra incluye exploraciones en los más diversos campos. Así, Evals de Vidinge recoge impresiones de su infancia en un pueblo del sur de Suecia; Así se vive en Cuba (1965) fue escrito con posterioridad a un viaje efectuado a la Cuba de la revolución; Eamor de Goya por la vida (1974) refleja su admiración por el pintor, de quien escribiera: "Goya desapareció hace mucho tiempo disuelto en átomos inapreciables y, sin embargo, algo de él queda todavía en su obra, a través de la leyenda, el ejemplo como artista y ser humano creador". Ludqvist escribió también una autobiografía con el sugestivo título de Autorretratde un soñador con los ojos abiertos. Pero uno de sus más señalados aportes ha sido el de hacer conocer en Suecia primero la literatura inglesa y, a partir de los años cincuenta, a los autores de habla castellana.
Autores españoles y latinoamericanos de los que hace 20 años muy pocos tenían noticia en Suecia fueron ampliamente divulgados gracias a él. Poco proclive a aceptar distinciones, ha recibido, sin embargo, el Premio Lenin y recientemente la medalla de oro de Bellas Artes otorgada por el Ministerio de Cultura español y entregada por el embajador de España en Estocolmo, Máximo Cajal. Está casado con la poetisa María Wine, de quien ha recibido además apoyo en su tarea.
Lundqvist, que ahora se siente cansado y tenso a raíz de todo este enredo, guarda silencio y seguramente no volverá a reflexionar en voz alta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de octubre de 1983


Homenaje al escritor sueco Lundkvist en su 80º aniversario


RICARDO MORENO
13 de febrero de 1986

La Embajada de Suecia en Madrid dedica hoy un homenaje a Artur Lundkvist, una de las figuras más relevantes de la literatura sueca contemporánea, que el próximo 3 de marzo cumplirá 80 años, en plena madurez creadora pese a la precariedad de su salud fisica. En este acto hablarán el embajador Carl-George Crafoord y el traductor René Vázquez Díaz, que ha vertido al castellano los libros de Viajes del sueño y la fantasía y Escrito en el atardecer. Al homenaje se unirán otros que se preparan en su propio país.Artur Lundkvist es narrador, poeta, ensayista, miembro de la Academia sueca desde hace 18 años y dentro de ésta integrante del Comité Nobel que selecciona cada año el candidato al Premio Nobel de Literatura.
Traductor e introductor de literaturas extranjeras en Suecia, su interés por la cultura española ha sido notorio. Perteneciente a una generación de grandes escritores suecos inserta en la tendencia delmodernismo poético, Lundkvist caracterizó su participación en dicha tendencia cuando escribió en el prólogo a una edición de literatura sueca editada por la Casa de las Américas: "Yo participé activamente en él el movimiento modemistal con poemas, manifiestos y críticas, y todo lo que hice después ha venido siguiendo dos líneas fundamentales: una vinculada al país y otra dirigida afuera, a los contextos globales. Procedo, como Harry Martinson, del proletariado campesino. Me adentré pronto en la literatura por mi propia cuenta y después traté de ampliar mi experiencia y mis conocimientos viajando por todo el mundo y leyendo sin cesar. Para mí, la poesía y la prosa están también muy entremezcladas, de modo que mi prosa narrativa y mis artículos literarios y mis libros de viajes funcionan hasta cierto punto como poesía".
El resultado de esta experiencia ha sido una obra fecunda y múltiple desde la aparición de su primer libro, Las brasas, en 1928. Singular erudito, soñador de mundos imposibles, no se encerró en el ambiente silencioso de las bibliotecas -se dice que lee 500 libros al año-, sino que estuvo siempre abierto al acontecer del mundo. "Me dediqué", ha escrito, "conforme a mi época, a la descripción de ambientes antes de pasar a escribir una poesía mítica y apocalíptica de inspiración su perrealista. Más tarde ( ... ) me fui impregnando de una visión global, y trato de acercarme a una poesía de carácter universal".
Sin perder nunca sus raíces cul turales y sociales, sin desprender se nunca del paisaje de su pueblo natal en Escania, sin abdicar de sus aspiraciones a un mundo mejor que identificó con el socialis mo, aunque sin adscribirse a dog mas y partidos, Lundkvist logró una síntesis de raro equilibrio en tre su vida y la creación literaria.
Una mención especial merece su contribución al conocimiento y difusión en Suecia y los países nór dícos de la literatura hispánica Durante más de medio siglo ha sido un lazo de unión entre las culturas de ambos pueblos, tarea que cobra mayor significación si se tiene en cuenta que durante gran parte de ese período fue prácticamente el único puente que mantuvo fluida una corriente mutua entre los dos países.
Nombres como los de Unamuno, Celaya, Miguel Hernández, García Lorca, Ana María Matute, Aleixandre, a los que habría que agregar los de muchos latinoamericanos, fueron conocidos en Suecia a través de Lundkvist.
Esta labor ha sido reconocida por España. En 1983, el Ministerio de Cultura le otorgó la Medalla de Oro de Bellas Artes por su contribución a esa obra. Imposibilitado de viajar a Madrid para recibirla por razones de salud, la entrega se cumplió en una sencilla ceremonia en la Embajada de España en Estocolmo.
El entonces embajador, Máximo Cajal, dijo en esa oportunidad que el premio era el testimonio de la gratitud de España a la tarea de Lundkvist.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de febrero de 1986
Artur Lundvist

Un gigante nebuloso


RENÉ VASQUEZ DÍAZ
3 de marzo de 1986

Mañana cumple 80 años Artur Lundkvist, académico sueco autor de 79 obras y mentor de los escritores en castellano para la concesión del Premio Nobel de Literatura. Según el autor de este artículo, los premios de Asturias, Neruda, Aleixandre y García Márquez guardan relación con su pluma.
Cuando el próximo 3 de marzo el escritor sueco Artur Lundkvist desemboque en el estuario apacible de sus 80 años, podrá barruntar una imponente flota de 79 libros de su puño y letra, disipándose en La bruma hasta perderse en el arrabal de su debú en 1928. Verá entonces naves vikingas oteando puertos saqueables y bergantines llenos de suecos de hace dos siglos emigrando a un paraíso en las Antillas, donde acabarían devorándose unos a otros. Pero también, a. sus 80 años, vislumbrará el viejo humanista su tenaz flotilla de chalupas poéticas repletas de flores salvajes, que a ni el sol duro ni las noches sin luna podrán marchitar. Y al lado, de acá de la medianoche verá sonriendo cierta lujosa nave que a duras penas oculta sus andrajos, pilotada por orates que se roban, lisonjean, denigran y asesinan mutuamente, para después aullar juntos la lástima de sí mismos.Dejaré aparte su obra ensayística, de introductor avizor y de traductor, a la que tanta gratitud deben guardar las literaturas hispánicas, por su labor de esclarecimiento fuera primero y, después dentro de la Academia Sueca. Diré escuetamente en este sentio que los Nobel de Asturias, Neruda, Aleixandre y García Márquez guardan una innegable relación con su pluma. Hablando de Lundkvist y de la influencia de su crítica en el ámbito del Nobel, es de rigor nombrar el caso de Alejo Carpentier, precursor cuya muerte repentina en 1980 le arrebató el premio y abonó el campo para García Márquez, que jamás lo hubiera obtenido en vida de Alejo. Dejaré también aparte la poesía en verso de Lundkvist, y me limitaré a evocar la última parte de su obra y para mí la más deslumbrante, que es su prosa poética.
A fines de los años sesenta, con más de 20 años siendo una figura central en la literatura de su país, Lundkvist opta por un ámbito de holgura formal en el cual verter la cantidad hechizada de su temperamento; "una rítmica más cercana a la prosa, de respiración más profunda, sin jadeo", basada en la transgresión de los géneros establecidos. Como un afluente hay que mencionar un extraño libro, Lugares rotos (1968), donde el autor recoge unos apotegmas líricos que, en nuestra lengua, se acercan a las greguerías de Gómez de la Serna; Lundkvist les llama afolirismos, y doy unos ejemplos para que otros decidan si son greguerías o no: "Mientras más alta sea la muralla, más hondo tendrás que cavar para escapar por debajo de ella". "El que te sigue acabará determinando tu camino". "Di algo alevoso, así la policía secreta no te espiará en vano". "La jirafa que se case con una burra tendrá que aprender a andar de rodillas".
Aparecen entonces libros que van configurando una totalidad, como Sueños en tiempos de tormenta (1961), Cuentos para extraviados (1963), Demoniaco edén (1973), Fuga y sobrevida (1977), Visiones del agua que fluye (1978), hasta desembocar en el hermoso libro Textos del ocaso (1980), traducido por este escriba y publicado en España por Montesinos Editor en 1984.

Escritor para escritores

En estas obras encontramos, codeándose e interpenetrándose, reminiscencias autobiográficas, encuentros con escritores célebres que devienen sugerentes ensayos fugaces, mientras que una disquisición filosófica a un enigmático relato se presenta en forma de metáfora que se ramifica. No en balde se ha dicho que Lundkvist es un escritor para escritores. Pero es más que eso. Lundkvist investiga la totalidad del ser, transfigura la experiencia del hombre moderno en lenguaje y atrapa su esencia mediante la fragmentación: una serie de textos sin aparente ilación, yuxtapuestos y abandonados a su suerte en el intelecto del lector. Se trata de hallar, con ojo de gato, la velada organicidad. Todo es dual, hay que avanzar atisbando. Lundkvist es claro de bosque donde se dan cita los sabios y los proscritos, y es vertedero de escombros de donde vuelan las mariposas. Es urraca en celo y túnel sin salida, es oráculo temible y diablillo fálico. Verbo en mano ("la palabra es mi herramienta, no mi arma", ha dicho), Lundkvist abre incisiones en el lienzo demasiado terso del razonamiento; después se aleja sonriendo malévolamente, con esa inocencia suya de alba nórdica que sin más se hace borrasca, como si no quisiera enterarse del favor que ha hecho. Hay quien objeta que el tifón de imágenes de Lundkvist fuerza la coherencia léxica y pone a volar la butaca del lector, pero creo que ese tipo de críticas define mejor al lector-hembra del que hablaba Cortázar, que al creador.
El último libro de Lundkvist se inscribe en este género que ha esbozado, y fue escrito posteriormente a que el autor rebasara un estado de coma profunda de casi tres meses, tras sufrir un paro cardiaco en medio de una conferencia sobre literatura inglesa contemporánea. Parece un chiste, del que Lundkvist suele reírse, el que en aquel momento estuviese hablando de Antony Burguess.
Su esposa, la delicada poetisa María Wine, asistió diariamente a su lecho de moribundo a leerle suavemente poemas y a ponerle sus sinfonías preferidas, en directa confrontación con la exacta gelidez de la ciencia médica, cuyo pronóstico era el peor. El escritor sonrió de pronto un día, poco después despertó penosamente y llegó a recuperarse milagrosamente, ante la frustración de los doctores. "La poesía ha hecho lo suyo", me dijo después María, temblorosa.

Poesía al otro lado

El libro de que hablo fue escrito después de ese despertar, y se titula Viajes del sueño y la fantasía. Se trata de un fresco de prosa poética que describe una experiencia "vivida al otro lado", pero que además sintetiza una rica vida dedicada a la literatura. Dentro de unos meses, este libro se publicará en España en traducción del que escribe.Para todo aquel que vea en la literatura una manera noble de entrar, saliendo de sus propios límites, en "la magnificencia del mundo" (otro título de Lundkvist), la obra de este sueco célebre pero aún por descubrir será un desafío, un placer divergente, una anomalía envolvente, y estimo que la relativamente escasa atención que hasta el momento se le ha prestado en España es una especie de sordo escándalo.
¿Quién es Artur Lundkvist? Lo diré sin decirlo: es el carcaj que debió quedarse vacío porque sus flechas son ya flechazos atravesando la sustancia del siglo. Pero de pronto ya está el carcaj lleno de nuevo. La ballesta somos nosotros, son ustedes, y el ballestero es el lenguaje. La diana podría ser la vida, el mundo que hemos heredado, o simplemente un viento que se aleja.
Y mientras, los escritores españoles de dos mundos siguen sin tributar el perentorio homenaje que se merece este gigante nebuloso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de marzo de 1986

La cultura sueca festeja los 85 años del escritor Arthur Lundkvist


Ricardo Moreno
4 de marzo de 1991

Rodeado de los grandes amores de su vida, los libros y su mujer, la escritora Marie Wine, y un pequeño grupo de amigos, Arthur Lundkvist, celebró ayer sus 85 años. Las páginas culturales de los principales diarios suecos dedicaron amplios espacios a comentar la obra y la vida de una de las figuras cumbres de la literatura contemporánea. Pese a que la salud de Lundkvist quedó seriamente resentida tras un fallo cardiaco en 1981, ha continuado trabajando tanto en su condición de autor como de lector infatigable. Todavía en estos años, su voz ha seguido siendo decisiva en las deliberaciones de la Academia sueca para la elección de los premios Nobel. Profundo conocedor de la literatura hispanoamericana, que ha dado a conocer, a través de traducciones, al pueblo sueco, Lundkvist ha tenido un peso decisivo en la adjudicación del premio a escritores de lengua castellana.Desde su estreno como escritor en 1928 con un libro de poesías, ha publicado casi un centenar de obras, constituyéndose en un punto de referencia ineludible de la literatura escandinava. Nacido en un hogar campesino de un pueblo del interior de Suecia, autodidacta, sus viajes por el mundo le proporcionaron un conocimiento que difícilmente habría obtenido con la sola lectura de los autores. Estando en España en 1968, recibió la noticia de que había sido elegido miembro de la Academia, y estuvo dos días dudando si aceptar o no. La posibilidad de influir en la elección del Premio Nobel fue lo que le decidió finalmente, declaró en una entrevista publicada ayer por el diario Svenska Dagbladet.

EL PAÍS




El hispanista sueco Artur Lundkvist muere a los 85 años

Ricardo Moreno
12 de diciembre de 1991

Artur Lundkvist, uno de los más fecundos, vitales y universales, escritores suecos contemporáneos, traductor al sueco de autores como García Lorca, Unamuno, Aleixandre o Celaya, murió en la madrugada de ayer, cuando apenas se habían apagado los ecos de la música y el murmullo de las palabras en la gran fiesta de los Nobel en el Ayuntamiento de Estocolmo. Lundkvist, que tenía 85 años, murió mientras dormía en su casa del barrio de Solna, en los alrededores de Estocolmo. Junto a él se encontraba su mujer, la poetisa Marie Wine compañera inseparable del escritor desde hacía 50 años.La muerte de Lundkvist conmovió a los círculos culturales de la sociedad sueca y del exterior, ya que era, por su obra tanto como por sus cualidades humanas, un escritor ampliamente conocido. Particularmente en España y América Latina sus vínculos personales y literarios eran muy fuertes y antiguos. El conocimiento y la difusión de la literatura española y latinoamericana en Suecia y en los países nórdicos se debe en buena parte a él. Ya a fines de los años veinte tradujo a García Lorca al sueco, Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejias, y a partir de entonces otros nombres, Miguel de Unamuno, Gabriel Celaya, Miguel Hernández, Ana María Matute y Vicente Aleixandre, entre otros, fueron conocidos en Suecia a través de él. El Ministerio de Cultura español le otorgó, en 1983, la medalla-de oro de Bellas Artes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de diciembre de 1991


BIBLIOGRAFÍA
  • El dragón transformado
  • La montaña y las golondrinas
  • Poemas entre el animal y Dios
  • Agadir