Nicanor Parra |
DE OTROS MUNDOS
POEMAS
DRAGON
Nicanor Parra
San Fabián de Alico, Región del Biobío, 5 de septiembre de 1914
La Reina, Santiago, 23 de enero de 2018
Poeta chileno que, junto con Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Vicente Huidobro, está considerado uno de los grandes de la poesía de su país, y una de las mayores voces de la lírica latinoamericana.
Terminó el bachillerato en su población natal y se trasladó a Santiago para graduarse como profesor de mecánica teórica y matemáticas. Con una beca del Institute of International Education estuvo durante tres años en la Universidad de Brown, en Estados Unidos. De vuelta a su país fue nombrado director interino de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile (1948) y un año más tarde, gracias de nuevo a una beca, esta vez del Consejo Británico, se trasladó hasta Inglaterra, donde permaneció dos años más.
En 1951 regresó a su país para seguir con su labor docente en la Universidad, hasta que la Fundación Gugenheim le condujo de nuevo a Estados Unidos con el objeto de continuar sus estudios en el campo de la física, lo que le supuso una intensa actividad investigadora que no le impidió desarrollar el ejercicio poético.
Inició su labor literaria en 1937, con la publicación de Cancionero sin nombre, aunque ya en 1935 había aparecido el cuento Gato en el camino, en La Revista Nueva. El Cancionero sin nombre fue relegado por el propio autor a su prehistoria poética, aunque destaca por su estilo antihermético, en el ámbito de una corriente que propugna el retorno a la claridad expresiva.
De 1954 es Poemas y antipoemas, su obra fundamental, compuesta por tres partes: Cantos a lo humano, Poemas y Antipoemas. En esta obra abandonó su poesía hasta entonces simbólica y desesperanzada por otra más folclórica, irónica, de acentos escandalosos y muy vinculada a la realidad. El libro fue acogido como una obra revolucionaria en el ámbito de la poesía hispanoamericana de aquellos años. Sobre todo en Chile, dominado entonces por el tono solemne y grandioso de Neruda, el coloquialismo del autor significó un profundo cambio e introdujo un modelo alternativo, abierto a la ironía y el humorismo. La antipoesía planteaba una reacción contra la función metafísica de la poesía y su sacralización y se adhería a una línea fundamentalmente antirromántica, comprometida políticamente y desmitificadora.
A partir de allí se le conoció como el antipoeta por excelencia, lo que tuvo confirmación en La cueca larga (1958). Esta obra, que alude en su título al ritmo musical chileno por excelencia, desarrolla el tono antirretórico y popular, abriéndose a las canciones, también debido a la relación del poeta con su hermana, la célebre cantautora Violeta Parra.
La década de 1960 fue especialmente activa en cuanto al número de publicaciones de Parra y brillante por sus aciertos. Versos de salón (1962) cambió el sujeto pasivo de los antipoemas por un sujeto activo, muy agresivo y delirantemente enérgico; Discursos, que apareció el mismo año, fue publicado de forma conjunta con Pablo Neruda. Le siguieron Manifiesto (1963) y Deux Poèmes (1963), en edición bilingüe en francés y castellano.
Canciones rusas (1967) es más elaborado, y alterna la antipoesía con la recuperación del lirismo con un neosimbolismo intimista. En 1969 la publicación de Obra gruesa permitió reunir en un solo volumen la "antipoesía" del autor, con la incorporación de nuevos textos. Ese mismo año obtuvo el Premio Nacional de Literatura, que le consagró definitivamente.
Artefactos (1972) inaugura una nueva etapa de su obra: es un libro en forma de caja, que contiene decenas de postales en las que se establece una contraposición entre palabra e imagen. El punto en común de estos textos es la exasperación del sarcasmo, que intensifica su efecto gracias al estilo epigramático. Alrededor del poeta empezaron a manifestarse algunas voces de desacuerdo, precisamente por la ironía feroz que a veces parece lindar con el cinismo. Las polémicas se hicieron más encendidas después de los dramáticos acontecimientos de 1973, cuando el autor fue acusado de mantener una postura ambigua respecto a la dictadura militar.
La última fase de su poesía está representada sobre todo por Sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1977), seguida de Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui (1978). Inspirándose en un personaje extravagante de la actualidad chilena, el poeta creó a través de esta pantalla un efecto de extrañamiento. Al mismo tiempo, estas obras atestiguan la relación constante del autor con el mundo popular, del que extrae continuamente elementos sugerentes, en formas renovadas. La compilación Hojas de Parra (1983-1996) y Poemas para combatir la calvicie (1996) son sus más recientes publicaciones.
Nominado muchas veces sin éxito para el premio Nobel, recibió en cambio muchos otros como el Internacional Juan Rulfo, el Prometeo de Poesía, el Municipal de Santiago, el Juan Said de la Sociedad de Escritores de Chile, el del Sindicato de Escritores de Chile, el Bicentenario y, en el 2001, el X Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Además, su trabajo poético ha sido estudiado en varias de las más importantes universidades de Estados Unidos, donde se han filmado incluso dos películas sobre su vida y su obra, partiendo de varios de sus recitales.
BIOGRAFÍAS Y VIDAS
Nicanor Parra, Artefactos |
Nicanor Parra obtiene el X Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana
80 poetas concurrían al galardón, que distingue toda una obra literaria
Nacido en 1914 y hermano de la cantante Violeta Parra, Nicanor Parra fue el creador de la denominada antipoesía, mediante la cual introdujo el lenguaje cotidiano en la poesía tradicional. Entre sus obras destacan Cancionero sin nombre, Poemas y antipoemas, La cuesta larga, La camisa de fuerza, Obra gruesa, Antipoemas, Sermones y prédicas del Cristo de Elqui, Hojas de parra o Chistes para desorientar a la policía.
El pasado domingo se clausuró la exposición Artefactos visuales, que ha exhibido en la Fundación Telefónica de Madrid una antológica del artista y poeta en la que, a través de 300 obras definidas por él mismo como 'antiguallas del siglo XX', hace una revisión crítica de la cultura de Occidente.
Último superviviente de la trilogía de grandes poetas chilenos, con Pablo Neruda y Vicente Huidobro, Parra es el segundo autor chileno galardonado con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. En la primera edición resultó premiado Gonzalo Rojas. Claudio Rodríguez, José Ángel Valente, José Hierro, Álvaro Mutis, Ángel González, Mario Benedetti y Pere Gimferrer son algunos de los poetas galardonados después.
Parra tuvo que competir en esta edición con creadores como Francisco Brines, Carlos Bousoño, José Manuel Caballero Bonald o el portugués Eugenio de Andrade. Este último llegó junto a Parra a las votaciones finales.
El jurado estuvo presidido por Álvaro Fernández-Villaverde, y formado además por Gregorio Salvador, Ignacio Berdugo, Luis Alberto de Cuenca, Camilo José Cela, José Saramago, Miguel García-Posada y Pere Gimferrer, entre otros. Además de su dotación económica, el premio lleva consigo la publicación de una antología con la obra del galardonado y otras actividades paralelas.
Parra suma este premio al Nacional de Literatura de Chile, el Municipal de Santiago, el Internacional de Literatura Latinoamericana y el Juan Rulfo. El pasado 29 de mayo, obtuvo el Premio Bicentenario 2001, que le concedió la Corporación del Patrimonio Cultural y la Universidad de Chile.
Por otra parte, el poeta José Hierro (Madrid, 1922) fue también galardonado ayer con el Premio Ojo Crítico especial a toda una vida. El jurado -formado por Eduardo Arroyo, Antón García Abril, Joaquín Benito de Lucas, Gonzalo Suárez, Javier González Ferrari, María Jesús Chao y Paz Ramos- estimó que la escritura de Hierro resume las principales etapas de la poesía española del siglo XX. Hierro declaró a Europa Press sobre el premio a Nicanor Parra que admira su integridad pero que sus antipoemas le gustan 'muy poco'. 'Eso de hacer poesía que no parezca poética no lo entiendo', dijo Hierro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de junio de 2001
Nicanor Parra: "Nunca fui el autor de nada porque siempre he pescado cosas que andaban en el aire"
Leila Guerreiro
Madrid, 1 de diciembre de 2011
La periodista Leila Guerriero visitó al gran poeta chileno en su refugio costero de Las Cruces, a 200 kilómetros de Santiago. Lo que sigue es una colección temática de reflexiones entresacadas del encuentro.
LA INDIA Y LA FILOSOFÍA DE LA VIDA
"Estuve una semana [en la India]. Yo no conocía el Código de Manú. Si lo hubiera conocido, me quedo. El último verso del código de Manú es el siguiente: '¿Por qué?, se pregunta uno. Porque humillación más grande que existir no hay'. Atención. Dice el Código de Manú: las edades del hombre no son ni dos ni tres, sino cuatro. Primero, neófito. Segundo, galán. Tercero anacoreta. Cuando nace el primer nieto, el hombre se retira del mundo. Nunca más mujer. Nunca más familia. Nunca más bienes materiales. Nunca más búsqueda de la fama. [¿Y la cuarta edad?] Asceta o mariposa resplandeciente. Quien haya pasado por todas esas etapas será premiado. Y para el que queda a medio camino, castigo. Resucitará. En cambio el otro, el asceta, no resucita. Porque no hay humillación más grande que existir. El mejor premio es borrarlo a uno del mapa".
FERNANDO PESSOA
"Ya no corre. Ese chiste de los heterónimos. Ya, compadre, ya. Tiene un poema que es insuperable. Dice "Todas las cartas de amor son ridículas. Si no fueren ridículas no serían cartas de amor". Y sigue "yo también en mi tiempo escribí cartas de amor, como las otras, ridículas". Mire usted las volteretas que se da. Como esas poetisas argentinas. La María Elena...la María Elena..."
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ Y LA POESÍA CHILENA
"Una vez a Borges le preguntaron qué pasaba con la poesía chilena y dijo '¿Qué es eso?' Y le dijeron que ahí estaba un premio Nobel que era Pablo Neruda. Y dijo 'Ya lo dijo Juan Ramón Jiménez, un gran mal poeta'. Y eso que Neruda todavía no había descubierto el kitsch. Y le preguntaron por Nicanor Parra. Y dijo 'No puede haber un poeta con un nombre tan horrible'.
PABLO NERUDA
"Una revista puso en la portada una foto que decía "El poeta de Isla Negra: Nicanor Parra". Neruda vio eso y dijo "Esta es la cabeza de una maniobra internacional antineruda, pero yo voy a descargar todo mi poder en la cabeza de Nicanor Parra". Y dicho y hecho. Descargó todo el poder del PC internacional".
LA PUBLICACIÓN DE LAS OBRAS COMPLETAS
"[Me sentí] Sorprendido. Yo leo esos poemas y no me siento el autor. Pienso que nunca fui el autor de nada porque siempre he pescado cosas que andaban en el aire".
TIERRA DE FUEGO Y LA INFANCIA
"He pasado con un nieto, el Tololo. Es el autor de frases muy fenomenales. Lo primero que dijo fue "dadn". Y después "diúc". Años después le dije "Usted me va a contar qué quiso decir con "dadn". En ese tiempo yo estaba traduciendo El Rey Lear y me paseaba de un lado a otro, y él estaba en su cuna, y yo recitaba: "I thought the king had more affected the Duke of Albany than Cornwall". Y pensaba. "¿Cómo traduzco esto?". Y él ahí pescó: el "diúk". Y le digo "¿Y el "dadn?". Y me dijo: "To be or not to be: that is the question". That is: "dadn". Una vez la directora de colegio citó a una reunión urgente a su mamá porque pasaba lista y el Tololo no contestaba. Entonces le dijo "Oiga, compadre, ¿por qué no contesta cuando paso lista?". "No puedo porque yo ya no me llamo Cristóbal. Ahora me llamo Hamlet". Desde esa época yo renuncié a la literatura y me dedico a anotar las frases de los niños"
El Cervantes bendice la antipoesía
La poética del chileno Nicanor Parra recibe el máximo galardón de la literatura en español
A sus 97 años, sigue siendo un referente para los jóvenes
JAVIER RODRIGUEZ MARCOS
Madrid 2 DIC 2011 - 09:48 COT
Madrid
"Solo estoy seguro de una cosa con respecto a la poesía de Nicanor Parra en este nuevo siglo: pervivirá. Esto, por supuesto, significa muy poco y Parra es el primero en saberlo". Roberto Bolaño escribió estas palabras hace 10 años y ayer, aunque no importe tanto, la pervivencia de la obra del poeta chileno, de 97 años, recibió un fuerte impulso: el premio Cervantes. Con sus 125.000 euros. Margarita Salas, primera mujer que preside el jurado de un galardón que se otorgó por primera vez en 1976, contó al anunciar el galardón que la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, le había preguntado con humor si el hecho de que ella sea bióloga había pesado en la elección de Parra, físico y matemático además de creador de la antipoesía, un género en el que él ejerce, como dijo otro miembro del jurado, José María Micó, de "gran maestro sin escuela".
El humor, la ciencia, la poesía y ese magisterio huérfano de discípulos forman algo así como el campo semántico de un autor tan difícil de clasificar como de localizar en su casa de Las Cruces, sobre la costa del Pacífico, a menos de 100 kilómetros de Santiago de Chile. Fue su hija Colombina la que, en declaraciones a la agencia Efe, afirmó que su padre estaba feliz además de abrumado.
Como casi toda la poesía moderna, la escritura de Parra contiene su propio comentario -irónico en su caso-. Así, en Discursos de sobremesa, incluyó, con su particular ortografía, un poema titulado Esperaba este premio?: "No / Los premios son / Como las Dulcineas del Toboso / Mientras + pensamos en ellas / + lejanas / + sordas / + enigmáticas / Los premios son para los espíritus libres / Y para los amigos del jurado / Chanfle / No contaban con mi astucia".
A pesar de su edad, de contar con unas monumentales obras completas en Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores con prefacio de Harold Bloom, de atesorar todos los grandes premios de la lengua española -el Juan Rulfo en 1991, el Reina Sofía en 2001- y de haber sido candidato al Nobel, Nicanor Parra tiene más difícil acomodo en el Parnaso que en las redes sociales. En España y Chile fue ayer tema del momento -trending topic- en Twitter. Aunque eso tampoco signifique mucho y el escritor lo sepa. Hasta el presidente chileno, Sebastián Piñera, acudió a la Red para felicitar a su compatriota, ocasión que aprovecharon muchos internautas para recordarle que en abril del año pasado lo había dado por muerto erróneamente al inaugurar la feria del libro de Santiago.
Hasta el presidente Piñera acudió a la Red para felicitar a su compatriota
"Primer requisito de una obra maestra: pasar inadvetida", había dicho Bolaño. Y también: "Parra escribe como si al día siguiente fuera a ser electrocutado". La devoción del autor de Los detectives salvajes -fallecido en 2003, también maestro sin escuela pero tal vez el narrador latinoamericano más influyente de los últimos años- tiene mucho que ver en la pasión que despierta entre los jóvenes la obra del nuevo Cervantes: "El que sea valiente que siga a Parra. Solo los jóvenes son valientes, solo los jóvenes tienen el espíritu puro entre los puros".
En qué quedamos entonces, se pregunta el poeta en un texto de tres versos: "Esa pregunta ya la contesté: / Escribir como hablan los lectores / & punto". Son de 2006 pero no difieren mucho de la teoría poética escrita por Parra en los años cuarenta: "Busco una poesía a base de hechos y no de combinaciones o figuras literarias. En ese sentido me siento más cerca del hombre de ciencia que es el novelista que del poeta en su acepción restringida [...] estoy en contra de la forma afectada del lenguaje tradicional poético".
El escritor que decía esto en 1948 había nacido en 1914 en San Fabián de Alico, en el sur de Chile, era hermano de la cantante Violeta Parra y se había estrenado en 1937 con Cancionero sin nombre, un poemario de tintes populares que destila una inagotable maestría para el ritmo. En sus años como becario de ciencias en EEUU y Reino Unido, descubriría el tono antisolemne y conversacional de la lírica angolosajona. El resultado fue, en 1954, Poemas y antipoemas, un libro escrito como se habla que puso boca abajo el panorama de la lengua española, más dado a la analogía que a la ironía.
Como huyendo de la etiqueta por la que pasará a la historia, Nicanor Parra no ha parado de moverse en zig zag: desde el raro folclore de La cueca larga (1958) a la mezcla de palabra e imagen de Artefactos (1972), una serie de trabajos que a veces se han expuesto al lado de los poemas visuales de Joan Brossa. "El poeta es un simple locutor. Él no reponde por las malas noticias", se lee en uno de ellos. Ni por las buenas.
Nicanor Parra, en 2009, en Las Cruces
Nicanor Parra, el último antipoeta (y el primero)
El escritor, premio Cervantes de 2011, fallece a los 103 años en Santiago de Chile. Científico de formación, fue un renovador único en la creación literaria
Todos los días muere algún poeta. Los antipoetas, sin embargo, mueren una vez por siglo. O por era geológica. La razón es sencilla: poetas siempre ha habido y habrá; antipoetas solo ha habido uno, Nicanor Parra. Así, por contraste con el resto de sus pares, suele presentar al escritor chileno el mejor de sus estudiosos: el profesor Niall Binns. Después de asistir hace tres años a su propio centenario y hace uno al de su hermana, la cantante Violeta, Nicanor Parra (San Fabián de Alico, 1914) murió ayer en su casa del municipio de La Reina, en Santiago de Chile. Se había instalado en ella poco antes de su cumpleaños, en septiembre pasado, y después de pasar los últimos tiempos en el pueblo costero de Las Cruces.
Allí se quedó en abril de 2012 mientras a 11.000 kilómetros de distancia, en Alcalá de Henares, uno de sus nietos recogía en su nombre el Premio Cervantes. El abuelo, cuya edad no era la más indicada para un viaje transatlántico, había pedido una prórroga para pergeñar un discurso “medianamente plausible”. Eso sí, ya estaba manos a lo obra: su mesa estaba llena de libros sobre el autor del Quijote con los pasajes más importantes marcados con bolsitas de té.
Aquella antisolemne mañana de abril en el paraninfo de la universidad alcalaína, mezclada entre las autoridades civiles y militares, estaba la cantante Patti Smith, que había llegado a la devoción por Nicanor Parra desde la que sentía a su vez por este el novelista Roberto Bolaño, el escritor latinoamericano más influyente de las últimas décadas. “Escribe como si al día siguiente fuera a ser electrocutado”, dijo el autor de Los detectives salvajes de su viejo compatriota. Más bien, a ser electrocutado después de electrocutar al lector: “Durante medio siglo / la poesía fue / el paraíso del tonto solemne. / Hasta que vine yo / y me instalé con mi montaña rusa. / Suban, si les parece. / Claro que yo no respondo si bajan / echando sangre por boca y narices”, escribió en un poema de 1962 incluido en Versos de salón.
‘EPITAFIO’, ESCRITO POR EL AUTOR
“De estatura mediana,
Con una voz ni delgada ni gruesa,
Hijo mayor de profesor primario
Y de una modista de trastienda;
Flaco de nacimiento
Aunque devoto de la buena mesa;
De mejillas escuálidas
Y de más bien abundantes orejas;
Con un rostro cuadrado
En que los ojos se abren apenas
Y una nariz de boxeador mulato
Baja a la boca de ídolo azteca
-Todo esto bañado
Por una luz entre irónica y pérfida-
Ni muy listo ni tonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!”
Con una voz ni delgada ni gruesa,
Hijo mayor de profesor primario
Y de una modista de trastienda;
Flaco de nacimiento
Aunque devoto de la buena mesa;
De mejillas escuálidas
Y de más bien abundantes orejas;
Con un rostro cuadrado
En que los ojos se abren apenas
Y una nariz de boxeador mulato
Baja a la boca de ídolo azteca
-Todo esto bañado
Por una luz entre irónica y pérfida-
Ni muy listo ni tonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!”
Este poema pertenece al libro De la cueva larga (1958)
Años antes, en 1954, había publicado un libro para el que barajó varios títulos —Material de Lectura, Oxford 1950,Veinte años y un día— pero cuya denominación final marcaría el resto de su obra: Poemas y antipoemas. En él, como avisaba su autor, no aparecían palabras como arcoíris, dolor o Torcuato. Sillas y mesas, sí. También había prosaísmo, humor, ironía, quiebros, chistes (buenos y malos), poesía que no quería serlo.
Después de estrenarse en 1937 como poeta con un Cancionero sin nombrede aires lorquianos, el Parra antipoeta era una piedra seca de prosaísmo anglosajón en el verboso estanque afrancesado de la poesía hispana. No en vano, entre 1949 y 1951 había estudiado cosmología en Oxford después de especializarse en Mecánica Avanzada en la Universidad de Brown.
Licenciado en Física y Exactas, durante 30 años fue profesor de Física en la escuela de ingenieros de la Universidad de Chile y en 1973, año del golpe de Pinochet, engrosó el mítico Departamento de Estudios Humanísticos de la Facultad de Matemáticas. Allí coincidió con el también poeta Enrique Lihn, con el que dos décadas antes, y junto a Alejandro Jodorowsky, había fundado el periódico mural El quebrantahuesos. Aquel departamento se convirtió durante la dictadura en un reducto de pensamiento libre. Libros como Sermones y Prédicas del Cristo de Elqui(1977) o Chistes para desorientar a la policía/poesía (1983) fueron la respuesta a un tiempo, el de pinochetismo duro, que Parra sobrellevó confundiendo su voz con la de un supuesto loco: Domingo Zárate Vega, llamado el Cristo de Elqui, un famoso predicador callejero de los años treinta.
Disfrazado de loco
Científico disfrazado de poeta, poeta disfrazado de loco, Nicanor Parra fue también un escritor disfrazado de artista plástico desde que en 1972 publicó Artefactos, una chispeante colección de poemas visuales que lo emparentan con autores como el escocés Ian Hamilton Finlay, el belga Marcel Mariën o el catalán Joan Brossa. En la muestra que el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) dedica estos días a la producción de este último pueden verse varios de los artefactos y “trabajos prácticos” del chileno.
Desde aquel estreno de los setenta, Parra alternó la imagen y la escritura, que en los años siguientes dio como fruto títulos como Hojas de Parra (1985) o Discursos de sobremesa (1997), siempre recurriendo a una ortografía que, con su particular uso de signos como “&”, “x” o “+” (en lugar de “y”, “por” o “más”), se adelantó a los mensajes de texto de los teléfonos móviles. Y, por supuesto, desde una irreductible idea de la poesía: “Vida en palabras / Un enigma que se niega a ser descifrado x los profesores / Un poco de verdad y una aspirina / Antipoesía eres tú”.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
- Cancionero sin nombre (1937).
- Poemas y antipoemas (1954). - La Cueca Larga (1958).
- Versos de Salón (1962). - Canciones Rusas (1967).
- Artefactos (1972).
- Sermones y Prédicas del Cristo de Elqui ( 1977).
- Nuevos Sermones y Prédicas del Cristo de Elqui (1979).
- Hojas de Parra (1985).
- Discursos de sobremesa (2006).
- En España las ediciones más accesibles son: Chistes para desorientar a la policía/poesía (Visor), Poemas y antipoemas (Cátedra), Páginas en blanco(Universidad de Salamanca), Parranda larga (Alfaguara). y Obras completas & algo +, (Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores).
BIBLIOGRAFÍA
La obra de Parra abarca más de 75 años y más de una veintena de poemarios, a los que se suman numerosas antologías, catálogos, exposiciones visuales y colaboraciones en diversos proyectos artísticos. El antipoeta tiene trabajos con Enrique Lihn, Alejandro Jodorowsky, Pablo Neruda, Violeta Parra, Jaime Vadell, Joan Brossa y Congreso, entre otros. También se han escrito numerosos libros acerca de él, siendo el crítico literario José Miguel Ibáñez Langlois, alias Ignacio Valente, quien más se ha ocupado de su obra. Su antología más completa la conforman los dos tomos de Obras completas & algo +: 1935-1972 y 1975-2006.
A continuación se listan los principales trabajos de su propia autoría:
- 1937 - Cancionero sin nombre
- 1954 - Poemas y antipoemas
- 1958 - La cueca larga
- 1962 - Versos de salón
- 1963 - Manifiesto
- 1967 - Canciones rusas
- 1969 - Obra gruesa
- 1971 - Los profesores
- 1972 - Emergency Poems
- 1972 - Artefactos
- 1977 - Sermones y prédicas del Cristo de Elqui
- 1979 - Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui
- 1981 - El anti-Lázaro
- 1982 - Poema y antipoema a Eduardo Frei
- 1982 - Ecopoemas
- 1983 - Chistes par
ra desorientar a lapolicíapoesía - 1983 - Poesía política
- 1983 - Coplas de Navidad (antivillancico)
- 1985 - Hojas de Parra (Ed. David Turkeltaub)
- 1997 - La Sagrada Familia
- 2004 - Lear, rey & mendigo
- 2006 - Discursos de sobremesa
- 2006 - Obras públicas
- 2015 - Antiprosa
Adicionalmente, el autor deja un enorme caudal de material inédito, dentro del cual se cuenta media docena de poemarios escritos entre 1937 y 1954, un cuaderno de notas titulado Notas al borde del abismo, y abundante material creado desde los años 2000.
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