martes, 21 de octubre de 2014

Alda Merini

Alda Merini
(1931 - 2009)

La poeta italiana Alda Merini nació en Milán el 21 de marzo de 1931  y falleció en la misma ciudad el primero de noviembre de 2009.


"Murieron mis padres a la vez, cuando yo era muy joven. Y luego me separaron de mis hijas, no me dejaron estar con ellas. Fueron criadas por tres familias. No sé cómo encontré el tiempo para tenerlas. Se llaman Emanuela, Barbara, Flavia y Simonetta. Siempre les digo que no digan que son hijas de la poetisa Alda Merini. Esa loca. Ellas responden que soy su madre y basta, que no se avergüenzan de mí. Me conmueven".
Alda Merini

INFANCIA Y JUVENTUD
Alda Giuseppina Angela Merini nació el 21 de marzo de 1931 en una casa de la via Papiniano n.º 57 de Milán, en el seno de una familia humilde (el padre era dependiente en una compañía de seguros, Assicurazioni Generali Venezia, y la madre era ama de casa). Fue la menor de tres hermanos (una hermana y un hermano que aparecen en los poemas de Merini). Alda estudió en el Instituto Laura Solera Mantegazza y no consiguió matricularse en el Liceo Manzoni al no superar el examen de italiano. Durante este tiempo estudió piano, instrumento que apreciaba especialmente.
Publicó a edad muy temprana, con sólo quince años, gracias a la protección de Giacinto Spagnoletti, que fue quien descubrió su talento artístico. En 1947, Merini encuentra le prime ombre della sua mente («las primeras sombras de su mente») y es internada durante un mes en el Hospital Psiquiátrico de San Raffaele Turro (Villa Turro) de Milán. Cuando sale, Giorgio Manganelli (a quien había conocido en casa de Spagnoletti junto a Luciano Erba y a Davide Turoldo) lleva a Merini a terapia con los psicoanalistas Fornari y Cesare Musatti.
Giacinto Spagnoletti incluyó a Merini entre los poetas de su Antologia della poesia italiana 1909-1949, publicada en 1950.4En 1951, por la sugerencia de Eugenio Montale y de Maria Luisa Spaziani, el editor Scheiwiller publica dos poemas inéditos de Merini en el libro Poetesse del Novecento.
Entre 1950 y 1953, Merini frecuenta por trabajo y amistad al poeta Salvatore Quasimodo. En 1953 se casa con Ettore Carniti, propietario de algunas panaderías de Milán.
En 1953 aparece su primer volumen propio de poemas, La presenza di Orfeo. En 1955 publica Nozze Romane (Bodas romanas) y Paura di Dio (Miedo de Dios). Este mismo año nace su primera hija, Emanuela. Alda dedicará al médico que cuidó de su niña, Pietro De Paschale, la selección de versos Tu sei Pietro (Tú eres Pedro) que se publicó en 1961.



"Me he portado siempre como una gran pecadora
 y no me he arrepentido de nada"
Alda Merini

LA LOCURA
Tras Tu sei Pietro comienza un periodo de silencio y aislamiento, debido a su internamiento en el Hospital Psiquiátrico Paolo Pini, que dura hasta 1972 (con periodos en los que volvía a la casa familiar, durante los cuales nacieron otros tres hijos, entre otros su predilecta hija Barbara).
Hasta 1979 se alternaron los periodos de salud y enfermedad. En 1979 Merini vuelve a escribir: nacen en este momento sus textos más intensos, en los que narra sus experiencias en el hospital psiquiátrico. El libro se titulará La Terra Santa y será publicado en 1984 por Vanna Scheiwiller.
En 1981 muere su marido y la poeta se queda sola. En este periodo entabla una relación telefónica con el poeta Michele Pierri que, en aquel momento difícil de su retorno a la literatura, había demostrado apreciar su poesía. Se casa con él en octubre de 1983 y se traslada a Tarento, donde vive durante tres años. En este periodo escribe los veinte poemas-retrato de La gazza ladra (La urraca ladrona, alusión a una famosa ópera homónima de Rossini); también escribió numerosos textos para Perri. También en Tarento terminó L'altra verità. Diario di una diversa (La otra verdad. Diario de una distinta). Siempre frágil, en Tarento también tuvo problemas psiquiátricos.

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/63/Dedica_di_Alda_Merini_a_Cristian_Bonaldi,_Fiori_di_poesia,_a_cura_di_Maria_Corti.JPG
Dedicatoria de Alda Merini

"No voy a la Iglesia a murmurar, pero Dios está aquí conmigo. Olfateo su olor. Dos cosas me convencen de la existencia de Dios: que no soy dueña de mi voluntad y que el océano Pacífico no pueden haberlo creado los científicos"
Alda Merini

DE NUEVO EN MILÁN
En julio de 1986 regresó a Milán y recibió la asistencia de la doctora Marcella Rizzo, a la que dedicó más de una poesía. Reinicia antiguas amistades, entre ellas la de Vanni Scheiwiller, que publica L'altra verità. Diario di una diversa, su primer libro en prosa, al que seguirán Fogli bianchi en 1987 y Testamento (1988).
Merini inicia un periodo de gran fecundidad literaria y de estabilidad psicológica. En invierno de 1989 la poeta frecuenta el café-librería Chimera, situado en los Navigli (canales) de Milán, cerca de su casa, y ofrece sus escritos mecanografiados a sus amigos del café. En este periodo nacen libros como Delirio amoroso (1989) e Il tormento delle figure (El tormento de las figuras, 1990).
En los años siguientes, distintas publicaciones consolidan su regreso a la escena literaria. En 1991 se publica Le parole di Alda Merini (Las palabras de Alda Merini) y Vuoto d'amore (Vacío de amor), seguidos en 1992 por Ipotenusa d'amore, en 1993 La palude di Manganelli o il monarca del re (La ciénaga de Manganelli o el monarca del rey) y el librito Aforismi, con fotografías de Giuliano Grittini. Este año gana el Premio Librex-Guggenheim «Eugenio Montale» en la categoría de poesía, premio que la consagra entre los grandes literatos contemporáneos italianos, junto a figuras como Giorgio Caproni, Attilio Bertolucci, Mario Luzi, Andrea Zanzotto o Franco Fortini.
En 1994 publica Titano amori intorno (Amores en torno a Titán) con seis ilustraciones de Alberto Casiraghi, el volumen Sogno e Poesia (Sueño y Poesía) con veinte grabados de otros tantos artistas contemporáneos Reato di vita, autobiografía e poesía («Delito de vida, autobiografía y poesía»). En 1995 publica en la Editorial Bompiani La pazza della porta accanto (La loca de la puerta de al lado) y en Einaudi Ballate non pagate (Baladas no pagadas).
En 1996 gana el Premio Vareggio por La vita facile y en 1997 consigue el Premio Procida-Elsa Morante. Ese mismo año se promovió en Italia su candidatura al Premio Nobel, impulsada especialmente por el dramaturgo Dario Fo, pero no prosperó. Al año siguiente, sería Fo quien ganó el Nobel.
En 1997 se publica su antología poética La volpe e il sipario (La zorra y el telón), con ilustraciones de Gianni Casari, donde hace evidente que su técnica poética nace de lo oral. Sus poemas son muy breves, cercanos al aforismo, género que frecuentará durante estos años y que culminará con la publicación de libros como Il Catalogo Generale delle Edizioni Pulcinoelefante (El catálogo general de las ediciones pulgoelefante, Scheiwiller, 1997), Aforismi e magie (Aforismos y magias, Rizzoli, 1999) o Lettera ai figli (Carta a los hijos, editado por Michelangelo Camilliti con ilustraciones de Alberto Casiraghi).


ÚLTIMOS AÑOS
En 2000 aparece Superba è la notte (Soberbia es la noche, Einaudi) con el conjunto de poemas escritos entre 1996 y 1999 que la autora envió al editor Einaudi y a Ambrogio Borsani. Al no ser posible ordenarlos cronológicamente (las obras no estaban fechadas), los editores decidieron publicarlos por afinidad temática y estilística.
La obra de Merini deriva a partir de estos años hacia una profunda religiosidad de carácter místico, alentada por su trato con Arnoldo Mosca Mondadori, quien editó los versos de la poeta en la editorial Frassinelli: a L'anima innamorata (2000) le siguen otros libros con este carácter, tres de los cuales tienen un prólogo de monseñor Gianfranco Ravasi: Corpo d'amore (2004), Poema della croce (2005) y Francesco, canto di una creatura (2007). Todos los textos de carácter religioso de Merini se publicaron en la editorial Frassinelli y estuvieron al cuidado de Arnoldo Mosca, estrecho colaborador de la poeta a partir de 2000.
En 2002 se publica Folle, folle, folle d'amore per te (Loca, loca, loca de amor por ti, Ed. Salani), con una cita de Roberto Vecchioni, autor de Canzone per Alda Merini (Canciones para Alda Merini). También aparece Magnificat, un incontro con Maria (Frassinelli, 2002, con ilustraciones de Ugo Nespolo) y La carne degli Angeli (Frassinelli, 2002, con veinte obras inéditas de Mimmo Paladino). Ese mismo año recibe la Orden al Mérito de la República Italiana con categoría de comendadora.
En 2003 se edita Più bella della poesía è stata la mia vita (Más bella que la poesía ha sido mi vida), con textos y material audiovisual de la autora. En Einaudi aparece Clínica dell'abbandono, con introducción de Ambrogio Borsani y un texto de Vincenzo Mollica. El libro está dividido en dos partes: la primera, Poemi eroici (Poemas heroicos), con versos escritos a finales de los años noventa; la segunda, Clínica dell'abbandono (Clínica del abandono), con poemas de los últimos años. Este libro reproduce, con alguna variante, el texto de Più bella della poesía è stata la mia vita.
En febrero de 2004 Merini ingresa en el Hospital San Paolo de Milán por problemas de salud. Su precaria situación económica hace que los amigos de la poeta hagan una petición pública de ayuda y reciben apoyo de toda Italia. En internet, se pide desde numerosos blogs la intervención del alcalde milanés, Albertini. La escritora regresa finalmente a su casa de Porta Ticinese.
A finales de 2005 publicó Nel cerchio di un pensiero (teatro per voce sola) (En el círculo de un pensamiento, teatro para voz sola, Crocetti Editore), fruto de los dictados telefónicos de Alda Merini a Marco Campedelli. y Le briglie d'oro (Poesie per Marina 1984-2004) (Las bridas de oro, Scheiwiller).
En 2006 se acerca al género negro con La nera novella (Rizzoli).
En 2007 con “Alda e Io – Favole”, escrito a cuatro manos con el fabulista Sabatino Scia, vence el premio Elsa Morante Ragazzi.
Fue nombrada doctora honoris causa por la Universidad de Mesina en octubre de 2007.
Murió en Milán el 1 de noviembre de 2009.




La editorial Cálamo publica 'Vacío de amor', primera traducción al castellano de la selección que María Corti hizo de la obra de la poeta italiana fallecida el año pasado

01.05.10 - 00:56 -
Cómo habría sido la consideración de la obra de Alda Merini si en el trabajo de esta excepcional mujer -dicho sea en el sentido más estricto del adjetivo- no se hubiera mezclado con tanta fuerza su biografía? La pregunta puede que sea ociosa y, en todo caso, muy difícil de responder. Vida y poesía, siempre irremediablemente unidas, aparecen aquí entremezcladas en un punto de fusión de alta temperatura. La oportunidad de preguntarnos ahora por esta mujer que nació en Milán el 21 de marzo de 1931 y murió en esta misma ciudad el 1 de noviembre del 2009, se materializa en la publicación por la editorial palentina Cálamo del libro 'Vacío de amor', un ejemplo más de esa poesía descarnada, a flor de piel, extrema, como fue su propia vida.

A Merini le rondaron las sombras de la locura desde muy joven. De 1947 data su primer internamiento en un psiquiátrico de su ciudad. El talento de la poesía también apareció muy pronto. Y ambas, poesía y locura, correrán parejas toda su vida. Intermitentes, exageradas, doloridas. Entre 'Tu sei Pietro' (Tú eres Pedro), publicado en 1961 y la reanudación de la escritura en 1979 con 'La Tierra Santa' (publicado en 1984) pasa un largo periodo de silencio marcado por sus constantes entradas y salidas del manicomio. Y utilizo esta palabra en desuso porque es la que ella consagra en sus poemas. Entre medias, un matrimonio, varios hijos, la viudez... El retorno a la literatura que marca 'La Tierra Santa' fue definitivo. Los libros se suceden: 'La urraca ladrona', 'La otra verdad. Diario de una distinta'. 'Fogli bianchi', 'Testamento', 'Delirio amoroso', 'El tormento de las figuras', 'Vacío de amor', 'La ciénaga de Manganelli o el monarca del Rey', 'Aforismos y magias'...

Tras la muerte de su primer marido, Merini había iniciado una relación telefónica con el poeta Michele Pierri, al que están dedicados muchos de sus textos y con el que se casaría en 1983. De esta época es su traslado a Tarento, donde vive los tres únicos años de su vida que no pasó en Milán, ciudad a la que regresa en 1986. Las sucesivas publicaciones y varios premios en la década de los noventa consagran su figura literaria, un reconocimiento que tuvo su punto culminante cuando en 1996 se propuso su candidatura al Nobel, propuesta que firmaba entre otros Darío Fo. El hecho de que en el último tramo de su vida la obra tuviera un fuerte sentimiento religioso (que ya había aparecido con anterioridad, aunque no con tanta fuerza) le valió el calificativo de 'poeta mística'.

Este 'Vacío de amor' que vuelve a llevar a las librerías la poesía de Merini en castellano, gracias a la traducción de Jenaro Talens y Mercedes Arriaga, sigue la selección realizada por la crítica literaria y semiólogoa italiana María Corti para la edición de Eunadi de 1991 y es la primera vez que aparece en castellano.

Como si fuera una parábola de su propia vida, el libro, que selecciona textos de diversa procedencia y calidad literaria, va cogiendo vuelo e intensidad a media que avanza su lectura para culminar en la última parte, 'La Tierra Santa', compuesta por un conjunto de poemas brillantes, heridos, apasionados (mas aún de lo que en ella es normal) que vislumbran un final de viaje en el que se mantienen, aunque veladas y algo arrugadas, ciertas esperanzas, como si fueran un inevitable rasgo de su personalidad. La Tierra Santa es el manicomio, el lugar de los marginados, de esos seres distintos a los que la sociedad no quiere ver, pero también es un trasunto de su propio cuerpo, del que en la vejez hizo bandera -son célebres sus fotos leyendo desnuda- como una reivindicación más de la diferencia, como un grito contra las imposiciones estéticas, que ocupó buena parte de su vida.

Hay en el libro, y no sólo en su parte final, algunas de las constantes de Alda Merini, para quien la poesía es a la vez sanación y locura, campo de batalla y refugio. Una inevitable presencia («¿Hasta cuándo tendré, mente maldita,/ que parir tu rima y tu fuerza/ donde como en un juego me la jugó el amor?») y una amenaza («Oh poema, no te me eches encima, eres como un monte pesado,/ me aplastas como a un mosquito (…) poema, tengo tanto miedo,/ te lo ruego, no te me eches encima»). 

Merini fue consciente de la mezcla de admiración y distancia que provocaba su verbo desnudo, descarnado, la pasión que ligaba sus versos y sombreaba su personalidad y esa consciencia queda patente en el autorretrato que incluyó en 'La garza ladrona' junto con otros diecinueve perfiles, entre los que están los de escritoras como Emily Dickinson o Silvia Plath y los de autores que, como Quasimodo, habían tenido un papel relevante en su carrera de escritora: «En mí moraba el alma de la meretriz/ de la santa de la sanguinaria y de la farisea./ Muchos le dieron nombre a mi modo de ser/ y sólo fui una histérica».

El amor, o su vacío al que alude el título del libro, es, junto con la muerte y la locura, el gran tema de su poesía. Lo esperará hasta el final aunque sepa de sus perfiles más sombríos: («no sabéis las terribles consecuencias del amor/ que os harán caer en desgracia») escribe en las 'odas a Marina y a Clara'. Y lo cantará hasta el límite de la autodestrucción («Pero aunque aplastada sobre el suelo/ para ti canto ahora/ mis canciones de amor»).

En La Tierra Santa abundas las metáforas bíblicas pero este conjunto de poemas es, sobre todo, un lúcido retrato de la corriente subterránea del mundo, de esos ríos oscuros que arrastran sus aguas al margen de la 'normalidad', de esas vidas extirpadas del mundo «como una inmunda hierba mala». Y nos llevan a la mejor versión de sí misma, a la Merini capaz de hacernos sentir su desaliento y, al mismo tiempo, mantenernos a distancia, de llamarnos casi desesperadamente («he encendido una lumbre/ en mis noches de luna/ para llamar la atención de los que pasan») y de ahuyentarnos con el frío cuchillo con el que desbrozaba la selva de su mente. Poeta insomne e indefensa, sabedora de la improbable capacidad salvadora de la poesía: «Poseen un único cuerpo para todos/ y una memoria universal, / ¿por qué tenemos que extirparlos/ como se arranca una hierba impura?». Su obra misma es su única respuesta.

EL NORTE DE CASTILLA

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OBRAS MUSICALES BASADA EN LAS OBRAS DE ALDA MERINI
En 2004 la cantante Milva editó un disco titulado Milva canta Merini con canciones compuestas por Giovanni Nuti sobre poemas de Alda Merini. La poeta asistió el día de su 73 cumpleaños al recital de Milva en el Teatro Strehler de Milán.
El 21 de julio de 2004 se interpretaron en el Teatro Romano seis cantatas de Federico Gozzellino basadas en poemas de Merini.



“Una experiencia anómala en la historia de la poesía italiana contemporánea es la de Alda Merini quien no se identifica con ninguna de las tendencias imperantes en la segunda mitad del Novecento, heredera de una línea antimoderna escasamente acreditada en Italia, cuyos rasgos distintivos habría que buscarlos en la fusión contrastante de impulsos religiosos y eróticos, cristianos y paganos”.
Emilio Coco


"He hecho sufrir a muchos hombres. No es que haya sido la clásica belleza: los hombres siempre han admirado mi inteligencia en lugar de mi cuerpo. Por otra parte, nunca estuve dispuesta a ceder tan fácilmente, estaba muy interesada en la cultura."
Alda Merini

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TRADUCCIONES AL ESPAÑOL

  • Poesías de Alda Merini. Traducción: Mercedes Arriaga Flórez. Sevilla: Fundación Cajasol, 1999.
  • La tierra santa. Editorial Pre-Textos. 2002.
  • Baladas no pagadas. Traductora: Jeannette Lozano Clariond. Barcelona: La Poesía, señor hidalgo, 2005.
  • Clínica del abandono (título original: Clinica dell'abbandono). Traducción, prólogo y notas: Delfina Muschietti. Buenos Aires: Bajo la Luna, 2008.
  • Cuerpo de amor. Traducción: Jeannette Lozano Clariond. México - España: Vaso Roto Ediciones, 2009. 
  • Magnificat. Traducción: Jeannette Lozano Clariond. México - España: Vaso Roto Ediciones, 2009 
  • La carne de los ángeles. Traducción: Jeannette Lozano Clariond. México - España: Vaso Roto Ediciones, 2009.





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