martes, 14 de febrero de 2012

Lucian Freud


(1922 – 2011)


BIOGRAFÍA BREVE


Pintor inglés de origen alemán, creador de obras precisas y realistas, conocido por su extraordinaria maestría en la representación de las figuras humanas. Nieto de Sigmund Freud, nació en Berlín el 8 de diciembre de 1922 y emigró a Inglaterra con su familia en 1933. Entre 1938 y 1943 estudió arte en Londres y en Dedham. Alcanzó fama internacional durante la década de 1950 y desde ese año se han llevado a cabo numerosas exposiciones de su obra por todo el mundo. Aunque en su primera etapa experimentó dentro del surrealismo y el neorromanticismo, encontró su estilo personal en obras de un realismo muy detallado como, por ejemplo, en el sombrío cuadro Interior en Paddington (1951, Galería de Arte Walker, Liverpool). Entre sus últimas pinturas, caracterizadas por una pincelada más expresiva y un mayor contraste de color, destacan una serie de retratos de su madre de gran penetración psicológica. Freud fue uno de las artistas más representativos de su generación, y ha desempeñado un papel vital en la continuación de la tradición figurativa en la pintura británica del siglo XX. Murió el 20 de julio de 2011.




OTROS DATOS

Pintor británico de origen alemán, hijo de un arquitecto y nieto del creador del psicoanálisis, Lucian Freud emigró al Reino Unido junto con toda su familia en 1932, huyendo de la corriente antisemita que se apoderaba de su país de origen.

Su pintura se compone casi exclusivamente de retratos en los que desnuda al modelo con voluptuosidad. Son casi siempre sus amigos o amantes y los pintaba con deliberada lentitud, siempre del natural, para captar sus instintos mientras posaban. Freud dijo al respecto que quería que su pintura ejerciera “idéntico efecto que la carne”.

Aunque en su juventud mostraba una indudable influencia del Surrealismo, su evolución se dirigió hacia una figuración próxima a los planteamientos de Otto Dix y Oscar Kokoschka en la Nueva Objetividad, aunque no lograría su lenguaje más genuino hasta que afianzó la relación con Auerbach y Bacon, pintores con los que integra la denominada Escuela de Londres.

Fue Francis Bacon quien le animó a sumergirse en la materia pictórica con absoluta libertad de las exigencias del dibujo. Sus pinceladas se volvieron entonces rudas y angulosas, sin que ello supusiera traicionar su gusto por el detalle. La obra de Freud es íntima, desgarrada, desoladora. Los cuerpos flácidos de sus modelos perturban al espectador con una intensidad autobiográfica que casi siempre está lejos de cualquier intención sexual. Él mismo no se retrató desnudo hasta pasados los 70 años.

Sus exposiciones en la galería Marlborough le dieron un éxito arrollador que no paró de crecer desde la retrospectiva que recorrió Washington, París, Londres y Berlín durante los años 80. Su última gran exposición tuvo lugar en 2010 en el Centro Pompidou de París donde ofreció una visión peculiar de su obra con medio centenar de lienzos de gran formato.

Las obras de Lucian Freud pulverizan records de cotización en cada nueva subasta y nadie discute que se ha convertido, por derecho propio, en una de las más grandes figuras del Arte contemporáneo.




CAMBIOS DE ESTILO


Las primeras pinturas de Freud a menudo están asociadas con el  surrealismo y muestran personas y plantas en yuxtaposiciones inusuales. Estos trabajos están usualmente hechos con pintura muy fina y a partir de los años 1950 empezó a realizar retratos, muy a menudo desnudos, sin nada más, utilizando la técnica del empasto (o impasto). Los colores son a menudo neutros.

Los temas de Freud son personas y sus vidas; amistades, familia, colegas, amantes y niños. En contadas ocasiones acepta retratos por encargo. Como él mismo dice en sus memorias: "El tema es autobiográfico, cuanto tiene que ver con la esperanza y la memoria y la sensualidad y la participación, la verdad..." "Pinto gente, no por lo que quisieran ser, sino por lo que son".

El uso de animales en sus composiciones está muy extendido y es a menudo característico que aparezcan las mascotas al lado de su propietario. Ejemplos de retratos de animales y personas en la obra de Freud incluyen Muchacho y Speck (1980-81), Eli y David (2005-06) y doble retrato (1985-86).

 Su pasión por los caballos le llevó a pintar los ejemplares de la escuela en Darlington, donde, además de montarlos, incluso dormía en los establos. De estos, cabe destacar los retratos de Grey Gelding (2003), La yegua Skewbald (2004), y Yegua comiendo heno (Mare Eating Hay) (2006).[

Su cuadro "a la manera, al estilo de Cezanne" (after Cezanne) es notable por su forma inusual y el alto precio que pagó la Galería Nacional de Australia, de $ 7.4 millones de dólares americanos. Un retrato de pequeño formato de la reina Isabel II causó controversia, al mostrarla tan envejecida (o más) de lo que es. La prensa británica publicó críticas contrapuestas sobre él.

Pintor de producción no demasiado extensa y sumamente cotizado ahora, cuenta con apenas cinco ejemplos en España: cuatro en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, ("Reflejo con dos niños, autorretrato", "Gran interior, Paddington", "Último retrato" y "Retrato del barón H.H. Thyssen-Bornemisza"), existe otro retrato del barón, de mayor formato, que al parecer lo heredó su hija Francesca. En museos de Hispanoamérica, hay que citar dos pinturas en el MUNAL de México y una en MALBA de Argentina.




MATRIMONIOS E HIJOS

En 1948 contrajo matrimonio por primera vez con Kathleen Garman Epstein, con quien tuvo dos hijas. Con frecuencia, Kathleen posó para él como modelo.

Tras el divorcio de su primera esposa, se casó en 1953 con Caroline Blackwood, quien se divorció de él en 1959.

Con su pareja Bernardine Coverley, tuvo dos hijas. Esther Freud, quien es una conocida escritora, casada con el actor David Morrisey, y Bella Freud, diseñadora de modas. Además, tuvo cinco hijos con Suzy Boyt y otros cuatro con Katherine Margaret McAdam.[]



MUERTE

Murió Lucian Freud, genio británico de la pintura figurativa

Agencia EFE | Julio 22 de 2011


Lucian Freud, falleció en Londres a los 88 años. Era hasta entonces el pintor británico vivo más cotizado, y pasará a la historia como uno de los grandes genios de la pintura realista y figurativa.

Sus obras, que tanto pueden ser íntimas y afectuosas como en algunos casos perturbadoras, aunque siempre francas, se caracterizan por la penetración psicológica que hace el artista de sus modelos, a los que disecciona con los trazos de su pincel.

Los cuadros de Freud muestran a sus personajes, en general retratados bajo una luz potente, con todo lujo de detalles y un realismo extremo, revelando un riguroso examen de la relación entre el artista y sus modelos.

"Sus primeros cuadros redefinieron el arte británico y sus últimos trabajos pueden compararse con el de los grandes pintores figurativos de cualquier época", manifestó hoy el director de las galerías británicas Tate, Nicholas Serota.

Con su muerte, el mundo pierde a "uno de los gigantes artísticos más importantes de la posguerra", según le ha definido Francis Outred, experto en arte contemporáneo de la casa de subastas Christie''s.

Fue en Christie''s de Nueva York donde en 2008 se vendió la obra que convirtió a Freud en el pintor vivo más cotizado del mundo.

Su lienzo "Benefits Supervisor Sleeping" (1995), que mostraba a una mujer obesa recostada en un sofá, se subastó por 33,6 millones de dólares.

El óleo, su pintura más importante en salir al mercado, tomaba como modelo a Sue Tilley, una supervisora de subsidios sociales de Londres que posó para el artista en diferentes ocasiones.

Freud decía que su pintura era autobiográfica, que pintaba "a la gente que le interesaba y que le importaba", en las habitaciones en las que vivía y que conocía bien.

Era un admirador de Francis Bacon, de quien pintó un conocido retrato, y entre sus modelos se contaban tanto gente corriente como famosos, incluidas la reina Isabel II, a la que capturó muy poco favorecida, y la modelo Kate Moss, cuyo retrato de cuerpo entero -tampoco especialmente favorecedor- se subastó en 2005 por unos 4 millones de libras (4,5 millones de euros al cambio de hoy)

Para el artista, que también retrató en numerosas ocasiones a su madre y a sus hijas Bella y Esther, era importante desarrollar una relación muy estrecha con sus modelos.

Nieto del psicoanalista Sigmund Freud, Lucian nació en Berlín en 1922 y emigró con su familia al Reino Unido en 1933, cuando tenía 10 años, escapando del incipiente nazismo. Se convirtió en ciudadano británico en 1939.

Desde muy joven mostró talento para el arte, y, tras una breve incursión en la Marina mercante en 1942, en 1944, a los 21 años, ya tuvo su primera exposición en solitario.

Estudió en la londinense Escuela central de arte, en la Escuela de Pintura y Dibujo de East Anglia y posteriormente en el Goldsmith College.

Después de la segunda Guerra Mundial se fue a Francia y a Grecia, para volver al Reino Unido en 1948 para enseñar durante 10 años en la Escuela de Arte Slade.

Estuvo casado dos veces: primero con Kitty Garman, la hija del escultor Jacob Epstein -la modelo de uno de sus cuadros más conocidos, "Mujer con perro blanco"-, y después con Caroline Blackwood.

Aunque reservado, el artista tenía fama de mujeriego, y tiene trece hijos de diferentes mujeres.

Freud formó parte del grupo de artistas figurativos conocido como "la Escuela de Londres", del que él mismo y Francis Bacon era las figuras principales, aunque había otros grandes artistas como Frank Auerbach, Michael Andrews, Leon Kossoff o Robert Colquhoun.

Aunque como pintor se inició en el surrealismo, fue evolucionando hacia una pintura figurativa y realista, siendo algunas de sus obras más destacadas la mencionada "Mujer con perro blanco", "Mujer desnuda dormida" y el autorretrato "Reflejo".

Raras veces aceptaba encargos, y, aunque sus obras se exponen en galerías de todo el mundo, la mayoría están en colecciones privadas.    

Con la desaparición de Freud, el Reino Unido pierde a uno de sus mejores pintores, que, según Serota, tiene el lugar asegurado en el panteón de grandes artistas del siglo XX.

Lucian Freud
Foto de David Montgomery
Fallece Lucian Freud, 

el pintor de los desnudos carnales

El nieto de Sigmund Freud fue, junto a Francis Bacon, uno de los más brillantes representantes de la Escuela de Londres

FRANCISCO CALVO SERRALLER 21 JUL 2011 - 22:57 CET
Nacido en Berlín el año 1922, Lucian Freud, que era nieto de Sigmund Freud, se instaló en Londres en 1932, llevado allí con solo 10 años por su familia, huyendo de la inmediata barbarie nacional socialista, y su presumible plan implacable de exterminio judío. Dada la corta edad con la que desembarcó en Reino Unido, se comprende que su formación artística y posteriormente su brillante desarrollo como pintor se llevase a cabo como si se hubiese tratado de un genuino artista británico. De hecho, adquirió la nueva nacionalidad en la temprana fecha de 1939. Por todo ello, aunque su origen germánico es indudable, se le ha considerado siempre como uno de los más brillantes representantes de la llamada Escuela de Londres, un grupo informal que aglutinó a un conjunto de artistas de primer rango, surgidos todos ellos tras la II Guerra Mundial, entre los que se contaron figuras tan prominentes como Francis Bacon o Frank Auerbach, los cuales se caracterizaron por estar de alguna manera vinculados a una figuración de estirpe expresionista.
No se puede, sin embargo, tampoco negar la impronta artística alemana que configuró la personalidad de Lucian Freud. Hay que tener en cuenta que su padre, que era arquitecto, había sido asimismo un prometedor pintor, en la época de la Secesión de Viena, y que no solo Lucian Freud, sino el resto de los representantes de la Escuela de Londres, coquetearon en su juventud con el surrealismo y con los pintores alemanes de la llamada Nueva Objetividad, como Otto Dix o Georg Grosz. Al margen de estos precedentes artístico-culturales, Lucian Freud estudió en la Central School of Art y en el Goldsmiths' College, antes de iniciar su carrera artística, hacia comienzos de 1940. Su primera exposición colectiva se produjo en 1944, pero la maduración de su estilo y el comienzo de su proyección pública no se produjo hasta una década después, a partir de 1951. Desde entonces, habiéndose librado de esas primeras influencias artísticas continentales, Freud se centró en una peculiar interpretación de la pintura realista, conectada en parte con el precedente británico de Stanley Spencer, pero también dejándose contagiar por el morboso sentido físico, carnal y existencial del primer Francis Bacon, con el que mantuvo siempre una relación dialéctica y artística muy vivaces. La pintura de Lucian Freud debe su original peculiaridad al modo con el que supo abordar la figura humana, fundamentalmente desnuda y haciendo siempre valer su turbadora densidad carnal. En su interpretación del desnudo, Freud unió la peculiar visión forzada con que Edgar Degas espiaba los desnudos femeninos, para obtener un punto de vista insólito, y un sentido matérico que les daba una fuerza táctil, muchas veces de efecto turbador. En realidad, como él mismo declaró, pretendía que la propia pintura tuviese una densidad elástica, como la de la carne: "Quiero que mi pintura funcione como carne. Para mí, la pintura es la persona. Que ejerce sobre mi mismo un idéntico efecto que la carne".
Esta versión del desnudo tan directa y, valga la paradoja, descarnada, así como su independencia de juicio y de costumbres le valieron, en el siempre puritano mundo británico, una fama de alocado libertino, atravesándose con ello muchas veces la frontera del sensacionalismo barato. No hace muchos años, cuando Freud era ya un octogenario, causó malestar la exhibición pública de un autorretrato en el que él se mostraba de pie, pintando sobre un lienzo, mientras una joven desnuda se abrazaba a una de sus piernas. Tomar esta autorepresentación como un delirio exhibicionista, no solo es un error, sino que significa desconocer la historia de la pintura occidental, a la que este genial artista rindió un sagaz culto, plagando con citas inteligentes de grandes maestros del pasado muchos de sus mejores cuadros. En cualquier caso, no cabe la menor duda de que Lucian Freud ha sido no solo uno de los mejores pintores británicos del siglo XX, sino que, todavía más importante, uno de los artistas figurativos más originales y poderosos de la época contemporánea.

EL PAÍS


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