Esopo Diego Velázquez |
Esopo
Fabulista griego
Originario de Asia menor, diversos autores sitúan en diferentes lugares su nacimiento: Heraclio de Ponto lo sitúa en Tracia; Calímaco dice que era de Sardes; Fedro dice que nació en la región de Frigia; se cree que vivió en torno a los siglos VII y VI a. C.
Se dice que, como esclavo, su vida transcurrió al servicio de un filósofo llamado Xanto, quien lo habría comprado en un mercado al apreciar su agudo ingenio en pugna con otros dos esclavos.
Se cuenta que fue jorobado, tartamudo y de extrema fealdad y que fue acusado de haber robado un cáliz de oro del templo de Delfos. En castigo, fue arrojado a un abismo por los habitantes de Delfos.
Se le relaciona con fábulas de animales, transmitidas por tradición oral. Sus relatos se caracterizan por ser narraciones cortas y tener siempre una conclusión moralizante o "moraleja". En ellas, Esopo "humaniza" las conversaciones de los animales y plasma todos los vicios y virtudes de los hombres, con un gran talento satírico. Muchas de sus fábulas fueron reescritas en verso por el poeta griego Babrio, se cree que en los siglos I y II a.C., y en latín por el poeta romano Fedro en el siglo I d.C. Considerado el “padre de todos los fabulistas", precursor de un género que luego tendría grandes exponentes, como Jean La Fontaine, en Francia, en el siglo XVII, y Félix María Samaniego e Iriarte, en España, en el siglo XVIII.
Falleció el 564 a. C.en Delfos, Grecia.
Esopo |
ESOPO Y HOMERO
Uno de los más antiguos géneros de la literatura universal es la fábula, un tipo de relato breve protagonizado por animales personificados cuya finalidad didáctica se explicita en una moraleja final. La Grecia clásica atribuyó a Esopo la invención de este género, igual que asignó a Homero la paternidad de la épica.
Hasta muchos siglos después no se dudó de la existencia efectiva de ambos, señalando además la perfecta antítesis entre las dos figuras: Homero como cantor de las gestas de los héroes, Esopo como retratista de la plebe, de las debilidades humanas bajo aspecto de animales. En ambos casos, numerosas ciudades se disputaron el honor de ser su cuna.
En una fábula de Esopo se dice: ¿Qué es lo mejor del mundo? La respuesta es: la lengua, porque se pueden decir cosas muy hermosas. ¿Y cuál es la peor? La lengua, porque se pueden decir cosas horribles.
Tzvetan Todorov
La rueda más estropeada del carro es la que hace más ruido.
Esopo
OBRA
Aesopus moralisatus, 1485 |
Las fábulas de Esopo tienen su origen en la época arcaica. Fueron recopiladas en el siglo IV a. C. por Demetrio de Falero, aunque esta recopilación se perdió. La principal colección de fábulas atribuidas a Esopo de donde se basan muchas ediciones modernas es la llamada Augustana, anónima, que algunos autores fechan en el siglo I o II y otros en el siglo V, y se complementa con otras dos colecciones anónimas, la Vindobonense, del siglo VI y la Accursiana, probablemente del siglo IX.
La estructura de la fábula esópica ha sido definida por varios autores, pero la más completa se le atribuye a Nojgaard quien distingue en la narración tres elementos o momentos imprescindibles:
- La situación de partida en que se plantea un determinado conflicto, entre dos figuras, generalmente animales.
- La actuación de los personajes, que procede de la libre decisión de los mismos entre las posibilidades de la situación dada.
- La evaluación del comportamiento elegido, que se evidencia en el resultado pragmático, el éxito o el fracaso producido por tal elección.
Las fábulas de Esopo fueron adaptadas por autores como Fedro y Babrio, en época romana; Jean de La Fontaine, en el siglo XVII y Félix María Samaniego, en el XVIII.
El interés por las fábulas de Esopo fue continuo durante toda la Antigüedad y no decayó durante la Edad Media, cuando se mezclaron los fabularios con los grecorromanos (conocidos como Isopetes, es decir Esopos, o Romulus). Durante el Renacimiento las fábulas de Esopo y las de Fedro se convirtieron en libro preceptivo de las universidades y así continuarían por mucho tiempo.
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