MESTER DE BREVERÍA
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Ana María Matute / El niño que se le murió un amigo
Ana María Matute / Pecado de omisión
Ana María Matute / La rama seca
Ana María Matute / Pecado de omisión
Ana María Matute / La rama seca
MESTER DE BREVERÍA
Ana María Matute
(1925 - 2014)
Escritora española, nacida en Barcelona. Novelista destacada de la llamada generación de los "niños asombrados", su obra describe el ambiente de la posguerra civil. Ana María Matute se dio a conocer en la escena literaria española con Los Abel (1948), una novela inspirada en la historia bíblica de los hijos de Adán y Eva, en la cual reflejó la atmósfera española inmediatamente posterior a la contienda civil desde el punto de vista de la percepción infantil. Este enfoque se mantuvo constante a lo largo de su primera producción novelística y fue común a otros representantes de su generación.
Ana María Matute
Las novelas de Ana María Matute no están exentas de compromiso social, si bien es cierto que no se adscriben explícitamente a ninguna ideología política. Partiendo de la visión realista imperante en la literatura de su tiempo, logró desarrollar un estilo personal que se adentró en lo imaginativo y configuró un mundo lírico y sensorial, emocional y delicado. Su obra resulta así ser una rara combinación de denuncia social y de mensaje poético, ambientada con frecuencia en el universo de la infancia y la adolescencia de la España de la posguerra.
Ana María Matute fue galardonada con el premio Café Gijón por Fiesta al noroeste (1953) y con el premio Planeta por Pequeño teatro (1954), novela a la que siguió En esta tierra (1955). También recibió el premio de la Crítica y el Nacional de Literatura por Los hijos muertos (1958).
Más tarde escribió la trilogía Los mercaderes, integrada por Primera memoria (1959), Los soldados lloran de noche (1964) y La trampa (1969), que tuvieron un gran éxito. La torre vigía (1971) es la historia de un adolescente que debe iniciarse en las artes de la caballería; aunque sigue la línea de las anteriores, se da en ella un cambio histórico de ambientación hacia el período medieval, rasgo que se prolongó en sus obras más recientes, publicadas tras un dilatado período de silencio literario.
Más tarde escribió la trilogía Los mercaderes, integrada por Primera memoria (1959), Los soldados lloran de noche (1964) y La trampa (1969), que tuvieron un gran éxito. La torre vigía (1971) es la historia de un adolescente que debe iniciarse en las artes de la caballería; aunque sigue la línea de las anteriores, se da en ella un cambio histórico de ambientación hacia el período medieval, rasgo que se prolongó en sus obras más recientes, publicadas tras un dilatado período de silencio literario.
Así, su novela Olvidado rey Gudú (1997) plantea una extensa y compleja trama de acontecimientos centrados en las disputas mantenidas en el transcurso de la décima centuria por el rey de Olar, Volodioso, y sus enemigos, el barón Ansélico y la hija de éste, Ardid. Asimismo, su novela Avanmarot (1999) tiene como escenario la época medieval.
Matute ha cultivado además la narración corta, reuniendo sus relatos en volúmenes como El tiempo(1956), Historias de la Artáila (1961), Algunos muchachos (1968) y La virgen de Antioquía y otros relatos (1990). Son notables sus dos libros autobiográficos A la mitad del camino (1961) y El río(1963), en los que evoca sus experiencias de la niñez en el ambiente rural y bucólico de Mansilla de la Sierra.
Fiel a su fascinación por el mundo de la infancia, ha escrito también cuentos para niños, recogidos en su mayor parte en Los niños tontos (1956), Caballito loco(1982), Tres y un sueño (1961), Sólo un pie descalzo(1983) y Paulina (1984). Forma parte de la Real Academia Española desde 1996. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de las Letras Españolas; era la tercera mujer que recibía el galardón (Rosa Chacel lo obtuvo en 1987 y Carmen Martín Gaite en 1995). En 2010 vio reconocida su trayectoria con la concesión del Premio Cervantes.
Muere Ana María Matute a los 88 años
La escritora y académica, premio Cervantes en 2010, fallece en Barcelona
ELCULTURAL.es | 25/06/2014
Ana María Matute. Foto: José Aymá.
Matute deja terminada una novela póstuma, titulada Demonios familiaresy protagonizada por una mujer en 1936, que publicará la editorial Destino después del verano. Según avanzó pocos meses antes de recibir el Cervantes, este libro "tendrá tintes mágicos, porque, en realidad, toda la vida es mágica". Sus últimas novelas publicadas son Aranmanoth (2000) y Paraíso inhabitado, de 2008.
Nacida en el seno de una familia de la burguesía catalana, la autora comenzó a publicar muy joven, dándose a conocer en la revista Destino, donde aparecieron sus primeros cuentos. Su novela Los Abel, en la que reflejó la atmósfera española posterior a la Guerra Civil desde un punto de vista infantil -enfoque que mantuvo en sus primeras novelas- fue finalista del premio Nadal en 1947. Desde entonces comenzó una larga trayectoria literaria repleta de premios, entre los que destacan, en su primera etapa, el Premio Gijón (1952) por Fiesta al Noroeste y el Premio Planeta (1954) por Pequeño Teatro, que fue su primera novela, escrita con 17 años, aunque se publicó 8 años después. En 1959, obtuvo el Nacional de Literatura con Los hijos muertos y el Nadal le llegó finalmente en 1959 con Primera memoria.
Matute impartió clases en universidades norteamericanas. La Universidad de Boston mantiene una colección con su nombre en la que conserva sus manuscritos. Era miembro de la Hispanic Society of America, de Sigma Delta Pi (la Sociedad Nacional Honoraria Hispánica de la Universidad de Berkeley) y miembro honorario de la asociación estadounidense de profesores de español y portugués.
El episodio más traumático de su vida llegó en 1963 con la separación de su primer marido. Las leyes de la época, muy duras con las mujeres separadas, le arrebataron la custodia de su único hijo, lo que la sumió en una profunda depresión durante años. Después de un largo período de silencio, en medio del cual fue nominada al Nobel, volvió de nuevo a la literatura en 1984 conSólo un pie descalzo, que le valió el Premio Nacional de Literatura Infantil. Su faceta como escritora de cuentos y literatura infantil, que cultivó desde sus inicios de forma paralela a la novelística, ha dejado, además de la mencionada, obras tan representativas como Los hijos muertos y Primera memoria, así como las premiadas El Polizón de Ulises o El verdadero final de la Bella Durmiente, entre otras.
Sus narraciones para niños, llenas de bosques, trasgos y duendes, no eran tan ingenuas como las que se escriben hoy: "La literatura infantil hoy en día es una pena. Lo políticamente correcto lo ha fastidiado todo. No le puedes leer a un niño un clásico, que son fabulosos, porque hoy hay que decirles amén a todo y que al final caperucita se hace amiga del lobo. Y esto no es así, porque en la vida se van a encontrar con unos lobos tremendos", declaró hace algunos años.
Su regreso a la novela se produjo en 1993 con la versión original deLuciérnagas (que había publicado en 1955 con el título En esta tierra) y posteriormente con Olvidado Rey Gudú. La escritora, cuya vasta obra ha sido traducida a más de 20 idiomas, aseguraba en una entrevista reciente en El Cultural: "Es una mala madre la literatura, pero es única".
Hablamos con varias escritoras en torno al Premio Cervantes a la autora barcelonesa. ¿Qué les influyó su literatura? ¿Llega tarde el reconocimiento? ¿Por qué es la tercera mujer en recibirlo?
ELCULTURAL.es | 24/11/2010
Ana María Matute posa antes de la rueda de prensa que se ha celebrado hoy con motivo de la concesión del Premio Cervantes. Foto: AFP
Hay un sentir común en las filas de nuestras narradoras: que Ana María Matute, más allá de lo que haya influido en sus obras, merecía, y mucho, este premio. Un reconocimiento que, a su juicio, llega tarde, y que sirve de excusa para denunciar la notable carencia de mujeres en el campo de los galardones literarios. Y, tras la reivindicación, reconocen que la escritora catalana, con sus libros y sus cuentos, como una madre, estuvo en sus primeras aventuras lectoras, encarnando la materialización escrita de la palabra imaginación. Aquí las reacciones de Almudena Grandes, Elena Medel, Juana Salabert (miembro del jurado), Berta Vías, Rosa Montero, Ana Merino, Laura Freixas, Julia Navarro, María Dueñas y Clara Janés.
ALMUDENA GRANDES: "De pronto parece que se lo han regalado"
De pronto parece que se lo han regalado y lo cierto es que ya le gustaría a alguno de los hombres que ha recibido el Premio Cervantes haber escrito uno solo de los libros de Ana María Matute. Pienso que es una de las escritoras -entre hombres y mujeres- más importantes de la España del siglo XX, la autora que con más potencia y sutileza ha sabido mirar a la España franquista. Creo que su novela Los hijos muertos es la mejor que se ha escrito sobre la posguerra. Muchos de los que escribimos ahora sobre esa época somos deudores de la obra de Ana María gracias también a otras obras suyas comoPequeño teatro o Los soldados lloran de noche. Muy pocos escritores consagrados han sido capaces de atreverse a hacer lo que ella cuando escribióOlvidado rey gudú, una incursión muy valiente en la literatura fantástica que defiende la ficción en tiempos difíciles. Mi libro favorito, el que más me ha influido y que más me impactó es Los hijos muertos. Y la próxima vez que le den un premio a una mujer espero que también llaméis a hombres...
JUANA SALABERT: "No tiene una sola línea que no me guste"
Hoy es un día absolutamente feliz, porque el Premio Cervantes ha ido a parar a una escritora inmensa. Desde que empezó a publicar a los 17 años hasta su última novela, esa joya titulada Paraíso inhabitado, no ha escrito una sola línea que no me guste. Lo que más me entusiasma es la profundidad psicológica y la singularidad que da a cada personaje. Todos sus libros tienen un lenguaje propio y único. Sólo aquellos que no la han leído la pueden tildar de ingenua o infantil. Su universo propio es lo más alejado a la cursilería que se pueda encontrar.
LAURA FREIXAS: "¡¡¡Ya era hora!!!"
Se suele decir que nunca es tarde si la dicha es buena, pero yo, si tuviera que titular la noticia de este premio Cervantes lo haría publicando sin vacilar y con muchas exclamaciones: ¡¡¡Ya era hora!!! Ya era hora, por ella, por su obra y por las demás autoras. Que Ana María Matute solo sea la tercera escritora premiada en 35 años resulta no chocante sino escandaloso. Sólo un 6 por ciento de los galardonados con el premio más importante de las letras hispanas son mujeres. Hace apenas un año, una mujer que fue jurado del Cervantes resaltó lo injusto de este hecho y alguien le rebatió con cajas destempladas diciendo que el premio no era cuestión de cuotas... ¡Como si no se alternasen, año tras año, los autores españoles y los hispanoamericanos! ¡Esa cuota sí, pero la femenina no!
Todas las mujeres escritoras le debemos mucho a Matute y nos ha influido mucho, aunque sólo sea en la medida que su audacia y su talento nos han abierto camino a todas las que hemos venido detrás, al crear poderosísimos personajes femeninos, como el de la protagonista de Paraíso inhabitado. En mi caso, me doy cuenta de que mucho de lo que he escrito sobre las relaciones entre amos y criados en la España de la posguerra tiene que ver con sus propias novelas, en las que también habla de esos mundos que conviven sin apenas rozarse ni conocerse. De la mujer Matute me gustaría destacar su independencia y su honradez, que le han llevado a una cierta marginalidad sólo superada en los últimos tiempos. Si hubiese sido un escritor y se hubiera relacionado más, habría obtenido todos los premios que tiene muchísimo antes. Pero hay algo sorprendente en su carrera literaria: la mayoría de las mujeres escritoras en España destacan al principio de su carrera literaria o al final. Ana María Matute es excepcional, porque triunfa en esos extremos y atraviesa un periodo larguísimo de ostracismo que sólo las obras y los reconocimeinto concedidos ahora compensan mínimamente. Sí, ¡¡¡ya era hora!
ANA MERINO: "Es una mujer llena de imaginación"
El premio Cervantes a Matute celebra el inmenso talento de una mujer llena imaginación que transpira una literatura maravillosa. Me alegra que le llegue en un momento en que todavía puede disfrutarlo y así compartir la emoción de recibirlo con todos sus lectores. He leído a Ana María Matute desde niña porque tiene cuentos estupendos para todas las edades, además de sus magníficas novelas. Recuerdo con mucha emoción la historia de aquella niña que perdía un zapato constantemente en Sólo un pie descalzo.
Tal vez me ha influido mucho el uso de las imágenes oníricas de la literatura fantástica y del mundo de las hadas entremezclados, y su manera de acercarlo a nuestra realidad. Me encanta el poder que tiene para imaginar de forma desbordada y asumirlo con toda naturalidad. De su obra, resaltaría su capacidad para apelar a la imaginación y la ternura. Como del ser humano... Sí me gustaría agradecerle desde elcultural.es la generosidad que ha tenido al convertirla en palabras y compartirlas con nosotros.
ROSA MONTERO: "Un premio justo pero a destiempo"
La concesión del premio Cervantes a Ana María Matute me parece una decisión justísima pero a destiempo, porque deberían habérselo dado hace mucho, y además es una vergüenza que sea la tercera escritora en 35 años. ¿Por qué no se lo dieron a Martín Gaite, por ejemplo, por qué no se lo dan a Elena Poniatowska? Hay muchas más mujeres.
Por desgracia para mí, la descubrí siendo yo ya muy mayor. El primer libro suyo que leí fue Olvidado Rey Gudú, y a raíz de eso leí después sus primeras novelas. Quiero decir que yo ya estaba muy hecha como escritora y como persona y no tengo conciencia de que me influyera, más allá del enorme e indudable placer de leerla. De su obra destacaría esa mezcla electrizante e inquietante de inocencia y crueldad que se desborda en sus novelas y relatos. De la mujer, sin duda alguna su capacidad para sobrevivir, mágica y casi intacta. Es hermosa.
ELENA MEDEL: "Su obra es mucho mayor que sus reconocimientos"
Soy muy lectora de ella desde mi infancia. Uno de los primeros libros que me regalaron fue Paulina, y lo recuerdo como un pequeño descubrimiento. Con los años he ido leyendo su obra para adultos y no sé hasta qué punto es una influencia en la mía, pero sí puedo decir que es una autora a la que respeto y admiro. El Cervantes llega tarde y debiera haberlo ganado hace años, pero aún así es merecidísimo. Matute es una autora que está muy por encima de los reconocimientos que ha recibido. Quizá si hubiera sido un hombre o si no se la hubiera encasillado en infantil y juvenil, la historia hubiera sido distinta. Esto se relaciona también con la tendencia que hay de considerar que la fantástica es una literatura de segunda. Me llama la atención que pese a ser una de nuestras mejores cuentistas no se la reivindique más en ese campo. Además, es de las autoras que más entusiasmo ha mostrado al recibirlo. Por otra parte, que sea la tercera mujer en recibirlo es algo que no se corresponde con la realidad. Pasa igual con otros premios, con la Academia... Hay muchas autoras que merecen más premios y reconocimientos, aunque sean menos importantes.
Como lectora me quedo con su Cuaderno para cuentas, un relato que no sé si será el mejor pero que he recordado mucho estos días. Es un cuento que tiene ese punto de crueldad inocente que tiene Matute, de contarte algo envuelto entre lazos que en realidad es durísimo. Ocurre igual en su última novela, también llena de sugerencias y de maestría.
JULIA NAVARRO: "Para mí es un clásico, un referente"
Es una escritora que me ha marcado, por su imaginación, por su manera precisa y al mismo tiempo mágica de escribir, por los personajes que crea y la capacidad que tiene para envolverte y meterte en las historias que cuenta. Es una grande de la literatura. Tendría que haber tenido el reconocimiento, y otros muchos, muchísimo tiempo atrás. Me resulta inconcebible que una escritora de su talla y de su categoría, con el ingenio que tiene, no lo haya tenido antes. Nuestro país es bastante cicatero y quizá por eso no se le ha reconocido años atrás. Para mí es un clásico.
De la buena literatura, todos los que escribimos intentamos aprender, en eso me ha influido. En cuanto a la persona, siento por ella una profunda admiración. Cada vez que se ha publicado una entrevista me han sorprendido su sentido del humor y su inteligencia. No se puede escribir la historia del siglo XX en España sin Matute. Es una mujer modesta, que no se vende a sí misma como hacen otros muchos que no valen ni la cuarta parte que ella.
BERTA VÍAS: "¡Viva la ternura!"
Sí. Se puede decir que es un premio justo y a tiempo. Como escritora no me ha influido especialmente, porque por lo poco que he leído de ella debo reconocer que es una de mis muchas asignaturas pendientes. Por deformación profesional, leo más autores alemanes que españoles. Dentro de su obra resaltaría la ternura. En cuanto a ella como persona, lo mismo. Sólo la he visto en una ocasión y me pareció enternecedora.
MARÍA DUEÑAS: "Era la única mujer en la librería de mi casa"
Me parece un reconocimiento fantástico y justo para una persona de la talla de Matute. Quizá llega un poco tarde pero no importa, más vale tarde que nunca. No tengo una influencia directa de ella pero recuerdo que en la librería de casa de mis padres eran todo hombres mayoritariamente, pero allí estaba suPequeño teatro... para mí su figura siempre ha sido emblemática. No sé si es machismo, pero hay un desequilibrio injusto con las mujeres en el tema de los premios, un desajuste que hay que corregir. Además de como escritora a Matute la admiro como persona, porque es una mujer muy pionera en muchas cosas y un modelo a seguir.
CLARA JANÉS: "Destaco la perfección y la belleza de su prosa"
El premio es justísimo y por suerte a tiempo. No detecto influencia de Matute en mi obra pero sí entusiasmo por la suya, de la que destaco su perfección y belleza en la prosa, su eficacia absoluta en su modo de contar y su gran originalidad. Además, me parece una persona natural, inteligente y con sentido del humor. Ciertamente encantadora.
BORRAR LUEGO:
http://www.elcultural.es/noticias/LETRAS/1105/Mama_Matute
Ana María Matute, una niña asombrada
que nos hizo soñar
Su literatura ejerció una necesaria disidencia cuya apuesta por la paz y la convivencia ayudó a observar el porvenir con esperanza
RAFAEL NARBONA | 25/06/2014
Ana María Matute
Hace mucho que no leo un libro de Ana María Matute, pero recuerdo perfectamente la impresión que me causó Primera memoria. Publicada en 1959, la novela recreaba con una prosa deslumbrante las heridas de la posguerra. No era una obra política, sino intimista, que rescataba la intrahistoria de un pueblo sacudido por la violencia y las desigualdades.No constituía un alegato antifranquista, pero no había que esforzarse demasiado para advertir su rechazo hacia una sociedad hipócrita, autoritaria y represiva. Apenas recuerdo la trama, pues yo aún no había superado los veinte años. Sin embargo, aún advierto el eco de su lectura, que curiosamente aconteció cerca de la colina de los chopos de la Residencia de Estudiantes, aún sin rehabilitar. La prosa de Ana María Matute me recordó a la de Gabriel Miró, un gigante tristemente olvidado. Las frases se encadenaban con un firme propósito estético, recogiendo la herencia del Modernismo. El esplendor del estilo no rebajaba el impacto dramático y contribuía a crear una atmósfera mágica y telúrica.
No sabía entonces que Ana María Matute enfermó gravemente a los cuatro años y se recuperó con sus abuelos en Mansilla de la Sierra, un pequeño pueblo de la Rioja, donde aún pervivía esa percepción ancestral e irracional de las cosas que describió magistralmente Gerald Brenan en Al sur de Granada (1957). Ana María Matute reconoció que la influencia de Mansilla de la Sierra permeaba su literatura como una apertura hacia lo insólito y lo fantástico. Su eco más profundo no se manifestó hasta 1996, con Olvidado rey Gudú, una fábula a medio camino entre el libro de caballerías y el cuento de hadas, donde algunos advirtieron la sombra de Tolkien. Sinceramente, yo creo que Olvidado rey Gudú está más cerca del cervantismo, donde la imaginación y lo ético se conjuntan para crear una ambiente de ensoñación y utopía.
Ana María Matute nació en Barcelona en 1926. Pertenecía a una familia de la pequeña burguesía, católica y conservadora. La guerra civil produjo un impacto terrible en una niña soñadora y ensimismada. Matute apuntó que su generación creció entre el miedo y el asombro. Sus primeras novelas (Los Abel, 1948; Los hijos muertos, 1958) reflejan desde una perspectiva neorrealista el sufrimiento de esos jóvenes que a veces se libraron del frente, pero no de las bombas ni el hambre. En 1949, quedó semifinalista del Premio Nadal conLuciérnagas, pero la censura prohibió su publicación. Su carrera literaria cosechó toda clase de éxitos y reconocimientos, pero no le libró de una profunda depresión causada por problemas familiares. Académica y Premio Cervantes, siempre conservó un espíritu joven e iconoclasta. Un obituario siempre es una despedida. De ahí que no pueda eludir un comentario autobiográfico.
Algunas lecturas nos dejan una huella imborrable. Yo no puedo explicar mi infancia sin mencionar efecto que me causó El polizón del Ulises, una breve y hermosa novela con la cual ganó Ana María Matute en 1965 el Premio Nacional de Literatura Infantil Lazarillo. La historia del niño que se cree capitán de barco y descubre a un polizón en un altillo me reveló con solo doce o trece años toda la miseria del franquismo. El polizón acaba entre rejas y el niño culmina un aprendizaje que le sitúa en las puertas de una madurez precoz. Ana María Matute afirmó, aludiendo inequívocamente a la guerra civil española: "Caín y Abel, la lucha entre hermanos, es un nudo verdaderamente esencial en mi obra". No comparto esa interpretación, pues entiendo que la guerra del 36 fue una guerra de clases y no un enfrentamiento fratricida, pero creo que la literatura de Ana María Matute ejerció una discreta y necesaria disidencia, cuya apuesta por la paz y la convivencia nos ayudó a contemplar el porvenir con esperanza. Su muerte nos deja un poco huérfanos, pues los "niños asombrados" no han desaparecido y Ana María Matute les prestó su voz, exigiendo que el hambre, la pobreza y la precariedad desaparecieran de la faz de la tierra.
- Los abel. Barcelona: Destino, 1948. Novela.
- Fiesta al Noroeste. Madrid: Afrodisio Aguado, 1953. Novela.Ganadora del III Premio Café Gijón 1952
- La pequeña vida. Madrid: Tecnos, 1953. Novela.
- Pequeño teatro. Barcelona: Planeta, 1954. Novela.Ganadora del III Premio Planeta 1954
- En esta tierra. Barcelona: Éxito, 1955. Novela.
- Los niños tontos. Madrid: Arión, 1956. Cuentos.
- El país de la pizarra. Barcelona: Molino, 1957. Cuento.
- El tiempo. Barcelona: Mateu, 1957. Cuentos.
- Los hijos muertos. Barcelona: Planeta, 1958. Novela.Ganadora del Premio de la Crítica 1959Ganadora del Premio Nacional de Literatura 1959
- Paulina, el mundo y las estrellas. Barcelona: Garbo, 1960. Novela.
- El saltamontes verde y El aprendiz. Barcelona: Lumen S.A., 1960. Cuentos.
- Primera memoria. Barcelona: Destino, 1960. Novela.Ganadora del XVI Premio Nadal 1959
- A la mitad del camino. Barcelona: Rocas, 1961. Cuentos.
- Libro de juegos para los niños de los otros. Barcelona: Lumen S.A., 1961. Cuentos.
- Historias de la Artámila. Barcelona: Destino, 1961. Cuentos.
- El arrepentido. Barcelona: Rocas, 1961. Cuentos.
- Tres y un sueño. Barcelona: Destino, 1961. Cuentos.
- Caballito loco y Carnavalito. Barcelona: Lumen S.A., 1962. Cuentos.
- El río. Barcelona: Argos, 1963. Cuentos.
- Algunos muchachos. Barcelona: Destino, 1964. Novela.
- Los soldados lloran de noche. Barcelona: Destino, 1964. Novela.
- Ganadora del Premio Fastenrath 1962
- El polizón del "Ulises". Barcelona: Lumen S.A., 1965. Cuentos.Ganadora del VIII Premio Lazarillo 1965
- Conferencia. Discurso/Conferencia. En: El autor enjuicia su obra. Madrid: Nacional, 1966.Discurso/Conferencia.
- La trampa. Barcelona: Destino, 1969. Novela.
- La torre vigía. Barcelona: Lumen S.A., 1971. Novela.
- El aprendiz. Barcelona: Lumen S.A., 1972. Cuentos.
- Sólo un pie descalzo. Barcelona: Lumen S.A., 1983. Cuento.Ganadora del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 1984
- La virgen de Antioquía y otros relatos. Madrid: Mondadori, 1990. Cuentos.
- Luciérnagas. Barcelona: Destino, 1993. Novela.
- De ninguna parte. Madrid: Fundación de los Ferrocarriles Españoles, 1993. Cuento.
- La oveja negra. Barcelona: Destino, 1994
- El verdadero final de la bella durmiente. Barcelona: Lumen S.A., 1995. Cuento.
- El árbol de oro y otros relatos. Madrid: Bruño, 1995
- Casa de juegos prohibidos, 1996
- Cuaderno para cuentas. Cuento. En: Madres e hijas. Freixas, Laura (ed.) . Barcelona: Anagrama, 1996.Cuentos.
- Olvidado rey Gudú. Madrid: Espasa Calpé, 1996. Novela.
- Los de la tienda; El maestro. Barcelona: Plaza y Janés, 1998
- Todos mis cuentos. Barcelona: Lumen S.A., 2000
- Aranmanoth. Madrid: Espasa Calpé, 2000. Novela.
- Paraíso inhabitado. Barcelona: Destino, 2008. Novela.
- La puerta de la luna. Barcelona: Destino, 2010. Cuentos.
- Demonios familiares. Barcelona: Destino, 2014. Novela.
Con el fresquito que corre por estos lares no he podido resistirme a pensar en lo calenticos que andan por otras latitudes. Aunque me guste el frío, hay días que la envidia se apodera de uno, y cambio (imaginando, por supuesto) el abrigo por la sombrilla. Pero bueno, no seamos recelosos, que el estío también trae penas (fíjense en los devastadores incendios que asolan Chile, otra tristeza...) ¡Es lo que toca! Ya llegará el verano boreal y el invierno austral. conpeht.net/que-es-la-otan/