Federico Andahazi
(1963)
Escritor argentino, nacido en Buenos Aires el 6 de junio 1963.
Antes de iniciar sus estudios universitarios, Carlos Federico Andahazi trabajó como grabador de vidrio, en un vídeo-club y en una agencia de viajes. Se licenció en Psicología por la Universidad de Buenos Aires. Después de dos años ejerciendo como psicoanalista abandonó su profesión para dedicarse por completo a la literatura. Seguidor de autores como Kafka o Jack London, la calidad literaria de sus primeros cuentos fue reconocida en diversos certámenes y concursos.
Con su primera novela publicada, El anatomista, ganó el Primer Premio de la Fundación Amalia Lacroze de Fortabat, pero la presidenta de la fundación protestó en el último momento por el contenido erótico de la obra y Andahazi pudo recibir el dinero pero no fue reconocido como el ganador del premio; "La obra premiada no contribuye a exaltar los valores más elevados del espíritu humano", declaró la Fundación. El anatomista, que finalmente fue publicada en 1997 y obtuvo un enorme éxito, está inspirada en la vida de Mateo Colón, un médico del siglo XVI al que se le atribuye el descubrimiento del clítoris ("amor veneris").
En 1998 publicó Las piadosas, de nuevo inspirada en personajes reales. En esta ocasión Andahazi fijó su atención en las hermanas Legrand, actrices del siglo XVIII que fueron censuradas en su época por lo atrevido de sus actuaciones. En 2000 llegó a las librerías El príncipe, una inteligente alegoría política protagonizada por gobernantes manipuladores, llenos de ambición y ansias de poder, que no fue tan bien aceptada por la crítica como las anteriores novelas de Andahazi, pero acabó convirtiéndose casi en una profecía de lo que pronto ocurriría en Argentina. Su siguiente novela, El secreto de los flamencos (2002), ambientada en los Países Bajos durante el siglo XV, describe la lucha entre dos bandos de pintores: los seguidores de la escuela florentina y los seguidores de la escuela flamenca; el argumento permite a Andahazi, nieto de pintor, reflexionar sobre la luz, las sombras y el color.
Uno de los libros más originales de Andahazi es sin duda la "novela musical" titulada Errante en la sombra (2004). En ella describe los orígenes del tango desde la figura trágica de uno de sus creadores, Juan Molina. Como si se tratara de un musical, en algunas páginas la acción se detiene y los personajes se expresan a través de las letras de tangos; además, la original figura del narrador se asemeja a un "maestro de ceremonias" que se esconde tras las bambalinas.
La acción de su siguiente novela, La ciudad de los herejes (2005), transcurre en Francia en el año 1347, cuando el malvado duque Geoffroy de Charny planea construir una iglesia para honrar los poderes de un supuesto Santo Sudario, que él mismo ha confeccionado; mientras la pareja formada por su hija y un monje huyen a España para poder vivir su amor libremente. De nuevo Andahazi volvió a ser motivo de polémica, cuando la novela escandalizó a algunos lectores y recibió las críticas de algunos sectores de la Iglesia católica; el propósito del autor fue en este caso, según sus propias palabras, hacer reflexionar al lector "sobre el placer y la culpa, el poder y el fanatismo, y sobre la misoginia de la Iglesia a lo largo de los tiempos".
POR QUÉ SOY ESCRITOR
Por Federico Andahazi
Por Federico Andahazi
Puedo fechar con precisión el momento en que decidí ser escritor. Fue el 24 de marzo del ’76, durante la madrugada posterior al golpe militar. Yo tenía trece años. Recuerdo aquella noche como un largo y aciago funeral. La familia se había reunido en casa de mis abuelos. Cenamos en silencio. Pasada la medianoche, mi abuelo se levantó de la mesa y, sin decir palabra, fue hasta la biblioteca. Todos vimos cómo empezaba a bajar los libros de los anaqueles agrupándolos en atados hechos con hilo sisal. Nadie se atrevía a preguntarle nada. Fue una tarea ardua; trabajaba con un gesto concentrado y no permitía que nadie le ayudara. Aquella biblioteca era su vida.
Mi abuelo, Samuel Merlín, el padre de mi madre, había llegado a la Argentina en 1912 desde la devastada Rusia. Tenía cinco años. Trabajó desde el mismo día en que llegó al país vendiendo diarios en la calle. Así, voceando los titulares, aprendió a hablar el castellano. Años más tarde, de vender diarios pasó a vender libros y ya, en la adultez, a editarlos. Su desdén por el mercado hizo que fundiera tantas editoriales como las que fundara. Su última editorial llevaba su nombre: Merlín. Sin posibilidades de recuperarse de la ruina económica, trabajó para diversos sellos; el último fue EUDEBA.
El hecho es que, en su vejez, tenía una sola posesión: la colosal biblioteca que, como he dicho, era la historia de su vida. Mi abuelo no ignoraba que la enorme cantidad de bibliografía política la convertía en un peligro para su familia. De modo que aquella madrugada, cuando hizo el último atado, antes de que despuntara el alba, llevó todos los libros a un terreno baldío frente a su casa, al otro lado de la calle ayacucho, y fue quemándolos uno a uno. Pude presenciar aquella escena desde el balcón. Era un hombre duro, un inmigrante curtido en el rigor de la guerra y el exilio. Iluminado por el fuego, fue la única vez que lo vi quebrado. Era como verlo inmolarse. De hecho, sobrevivió pocos años a la quema de su propia biblioteca.
Desde entonces, cada vez que pongo punto final a un libro de mi modesta autoría, no puedo evitar la ilusoria convicción de estar restituyendo un volumen a la biblioteca perdida de mi abuelo.
Mi abuelo, Samuel Merlín, el padre de mi madre, había llegado a la Argentina en 1912 desde la devastada Rusia. Tenía cinco años. Trabajó desde el mismo día en que llegó al país vendiendo diarios en la calle. Así, voceando los titulares, aprendió a hablar el castellano. Años más tarde, de vender diarios pasó a vender libros y ya, en la adultez, a editarlos. Su desdén por el mercado hizo que fundiera tantas editoriales como las que fundara. Su última editorial llevaba su nombre: Merlín. Sin posibilidades de recuperarse de la ruina económica, trabajó para diversos sellos; el último fue EUDEBA.
El hecho es que, en su vejez, tenía una sola posesión: la colosal biblioteca que, como he dicho, era la historia de su vida. Mi abuelo no ignoraba que la enorme cantidad de bibliografía política la convertía en un peligro para su familia. De modo que aquella madrugada, cuando hizo el último atado, antes de que despuntara el alba, llevó todos los libros a un terreno baldío frente a su casa, al otro lado de la calle ayacucho, y fue quemándolos uno a uno. Pude presenciar aquella escena desde el balcón. Era un hombre duro, un inmigrante curtido en el rigor de la guerra y el exilio. Iluminado por el fuego, fue la única vez que lo vi quebrado. Era como verlo inmolarse. De hecho, sobrevivió pocos años a la quema de su propia biblioteca.
Desde entonces, cada vez que pongo punto final a un libro de mi modesta autoría, no puedo evitar la ilusoria convicción de estar restituyendo un volumen a la biblioteca perdida de mi abuelo.
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Federico Andahazi
"Las
musas me susurran cosas incomprensibles.
Deben
ser finlandesas"
Por
Claudio Andrade
DIARIO
RÍO NEGRO, domingo 7 de agosto de 2005
- ¿Por
qué se envidia a un escritor como Federico Andahazi?
- No
considero tener ningún mérito que pudiera despertar envidia. Me molesta la
gente que cree ser objeto de la envidia de los demás.
-
¿Escribirá algún día un libro electrónico?
- No se
puede escribir un libro electrónico; no hay que confundir el formato con el
contenido. Toda la literatura clásica está digitalizada. Libros que han sido
escritos con pluma hoy son electrónicos. Yo escribo novelas, el formato es una
cuestión que atañe a los editores.
- ¿Ha
leído algún capítulo de la saga de Harry Potter?
- Si no
me equivoco, se trata de libros infantiles. Debo confesar que ya estoy un poco
viejo para la literatura juvenil.
- De no
ser escritor hubiera sido...
-
Bueno, antes de que la literatura fuese mi oficio, yo ya tenía una profesión:
psicoanalista.
- ¿Es
la mujer el mayor enigma literario?
- Sí,
por supuesto.
- ¿Me
dice el autor de "Las piadosas" cómo se escribe el odio?
- Con
la misma sustancia con la que se escribe el amor. Que exista un género llamado
"novela de amor" es una convención; podría llamarse "novela de
odio".
- ¿Me
dice el autor de "El anatomista" cómo se escribe el amor?
-
...(queda respondida con la anterior)
-
¿Existió el enorme William Shakespeare o fueron varios representando a uno,
como dicen?
-
Existió y fue, además, un gran actor.
-
¿Podría encontrar una definición para la palabra "clásico"?
-
Clásico es el que vence al tiempo, el que se mueve permanentemente por delante
de la historia.
- ¿Es
cierto, como aseguran por la televisión, que todo va mejor con Coca Cola?
- Sí,
sobre todo si hace falta aflojar un bulón oxidado.
- Ya
que estamos en la era de los jingles y los avisos de estética conmovedora, ¿tiene
arte un eslogan publicitario?
- No,
en absoluto.
- Una
modelo, ¿qué le sugiere?
- No
tengo el privilegio de que alguna modelo me sugiriera algo. Hasta el momento
ninguna me ha propuesto nada.
- ¿Se
emborrachó por despecho?
- No.
-
¿Tiene corazón tanguero o borgeano?
- No
son categorías excluyentes, al contrario. Pero diría que tengo un corazón
celedoniofloriano.
- ¿Qué
le comentan sus fans en Finlandia?
- Cosas
incomprensibles.
- ¿Y en
Rusia?
- Cosas
un poco menos incomprensibles, ya que tengo algún antepasado ruso.
- ¿Sabe
usted por qué el sexo aún genera controversia?
- Ese
es el carácter fundamental de la sexualidad humana. Imagínese si la sexualidad
fuese tan previsible como la de las tortugas.
- ¿Toma
apuntes en los aviones?
- He
escrito la mayor parte de mis libros posteriores a "El anatomista" en
distintos aviones.
- Y a
fin de cuentas, ¿le gusta viajar o prefiere la soledad y el refugio de su casa?
- Creo
que uno viaja para volver.
-
Dígame una geografía en la que pasaría una parte del año.
- Soy de
la pampa y me gusta la
geografía
plana, expandida y sin sobresaltos de Buenos Aires. La montaña nos devuelve el
eco de nuestros propios pensamientos; en cambio, el horizonte nos permite
escapar de esos fantasmas.
- ¿Ve
alguna de las telenovelas de tantas que pululan por ahí?
- No.
- ¿Qué
es una charla de café?
- La
mitad de mi vida.
- ¿Qué
aprendió entre las mesas de los bares?
- La
mitad de lo que sé.
- ¿Se
entrena un escritor?
- No.
- ¿Qué
libros lee Federico Andahazi por estos días?
-
"Las Confesiones de San Agustín", en función de la novela que estoy
intentando terminar por estos días.
- ¿Se
lee a sí mismo Federico Andahazi?
-
Jamás.
- ¿Le
hablan en sueños sus personajes?
- No. A
veces sueño argumentos y me despierto con la certidumbre de haber concebido una
genialidad; después del primer mate comprendo que se trataba de una tontería.
- ¿Qué
hay de mago en un buen escritor?
-
Mucho. El oficio del escritor es el de mentir sin engañar. Eso mismo es la
magia.
- ¿Cómo
define usted, escritor, a un mal escritor?
- Aquel
que no reconoce padres literarios. El pretencioso, el que se cree dueño de una
revelación, el que se cree superior al resto de los mortales.
- ¿Qué
es o cómo explica un best seller?
- Un
libro que, por circunstancias difíciles de establecer, se vende más de lo
tolerable para un crítico literario.
-
¿Escribirá la historia de una estrella de rock?
- Ya se
han escrito varias.
-
¿Federico Andahazi está más cerca de los legendarios "Rolling Stones"
o del, imagino yo, sobrio Cuarteto de Cuerdas de Viena?
-
Bueno, creo que hasta para los integrantes de un cuarteto de cuerdas de Viena
serían preferibles los Stones a ellos mismos.
- Si no
le molesta, recomiéndeme un buen vino tinto.
- Un
tempranillo es un vino noble.
- Y una
buena película, también, por favor.
-
Apocalipsis now.
- Como
no podía ser de otra manera, un buen libro...
-
"No soy Stiller", de Max Frisch.
-
¿Existe la amistad entre hombres y mujeres?
- Por
supuesto.
-
¿Existen los fantasmas al estilo en que los retrató Alejandro Amenábar en
"Los Otros"?
- Sí,
desde luego.
- ¿Ha
tomado ya la costumbre de leer diarios por internet?
- Sí,
paso toda la mañana leyendo diarios online.
- ¿Qué
le susurran las musas cuando le hablan al oído?
- Cosas
incomprensibles. Deben ser finlandesas.
- Una
mujer le deja su teléfono; ¿qué quiere decir eso?
- Que
está muy confundida.
- ¿Es
lo mismo el caos que la suerte de vivir?
- No
existen el caos ni el cosmos: son categorías que establecemos quienes tenemos
la suerte de vivir, suponiendo que vivir fuera una suerte.
-
Cuénteme, si quiere, por supuesto, al menos tres ideas para sus tres futuros
libros.
- Un
libro no está hecho de ideas; la idea es una suerte de síntesis a posteriori.
Imagínese esta idea: un tipo que se vuelve loco y sale de su pueblo a pelear
contra esos fantasmas creados por su propia locura. Sonaría estúpido; sin
embargo, es la idea del Quijote.
Fuente: DIARIO RÍO NEGRO ONLINE
"He descubierto el oficio de poeta de tango al componer las letras de las canciones que deambulan por el libro. Ha sido una experiencia fantástica". Federico Andahazi (Buenos Aires, 1963), psicoanalista y escritor, ha creado la historia de Juan Molina, un hombre que amó el tango, y que por devoción a su música, por lealtad al destino fatal que ésta le imponía, eligió vivir a la sombra y callar la pasión que lo consumía.
BIBLIOGRAFÍA
- 1997: El anatomista (novela)
- 1997: Las piadosas (novela)
- 1998: El libro de las tentaciones (compilación de cuentos premiados)
- 2000: El príncipe (novela)
- 2002: El secreto de los flamencos (novela)
- 2004: Errante en la sombra (novela musical)
- 2005: La ciudad de los herejes (novela)
- 2006: El conquistador (novela)
- 2008: Pecar como Dios manda. Historia sexual de los argentinos (obra no ficción)
- 2009: El oficio de los santos (libro de cuentos)
- 2009: Argentina con Pecado Concebida. Historia sexual de los argentinos 2 (obra no ficción)
- 2010: Pecados y Pecadores. Historia sexual de los argentinos 3 (obra no ficción)
- 2012: El libro de los placeres prohibidos (novela)
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