domingo, 24 de junio de 2018

Pola Negri / Estrella del cine mudo




Pola Negri
(1897 - 1987) 

Barbara Apolonia Chalupiec (LipnoPolonia3 de enero de 1897 - San Antonio1 de agosto de 1987), conocida artísticamente bajo el seudónimo de Pola Negri; fue una actriz polaca de ascendencia eslovaca, una de las grandes divas del cine mudo. Nacionalizada estadounidense en 1951.

PRIMEROS AÑOS
Su padre Jerzy Mathias Chalupiec, de origen eslovaco, fue detenido por el ejército ruso por 'actitudes anti-zaristas' y enviado a Siberia, lo que hizo que la familia Chalupiec (Barbara y su madre Eleonora) pasara por momentos difíciles económicamente, viviendo en un suburbio de Varsovia. Sin embargo, Negri fue admitida en el Ballet Imperial ruso, para el que trabajó hasta que a causa de la tuberculosis (según otras fuentes, una lesión), tuvo que abandonar la compañía; así, Negri centró su atención en el teatro, y estudió interpretación en la Escuela de Arte Dramático de Varsovia.

CARRERA EN EL CINE
Aun en Polonia, Negri (rebautizada así por la poetisa italiana Ada Negri) llegaría a actuar en películas como Zona (La esposa), Bestia (La bestia) o Studenci (Estudiantes). Poco después viajaría a Berlín, Alemania, donde trabajaría en la compañía de teatro de Max Reinhardt y más tarde con Ernst Lubitsch.
La película de este último, Los ojos de la momia (Die Augen der Mumie), fue un éxito que hizo que Negri consiguiera una oportunidad en Hollywood.
Algunas de sus películas hollywoodienses más reconocidas son: La frivolidad de una dama, dirigida por el también exiliado Lubitsch, La bailarina española o Sombras de París. En 1927 rodó a las órdenes de Mauritz Stiller Hotel Imperial y The Woman on Trial.
En esta época, Negri dio mucho que hablar no sólo por su romance con el cómico británico Charles Chaplin sino, sobre todo, por sus supuestos planes de boda con Rodolfo Valentino, que Pola se encargó de airear a la prensa tras la muerte de éste. Incluso, durante el funeral de Valentino, Negri siguió el féretro desde Los Ángeles a Nueva York, posando para la prensa como si fuera su viuda. Muchos actores, como Tallulah Bankhead, Mary Pickford o Alberto Valentino, hermano de Rodolfo, criticaron esto y la acusaron de mentir a la prensa.
Con la llegada del cine sonoro, su popularidad de la década de 1920 se desvaneció por completo debido a su fuerte acento polaco y su dificultad para hablar inglés. Regresó a Alemania, y trabajó para los estudios UFA, controlados por entonces por Goebbels. Protagonizó, en 1935, la película Mazurka, de Willi Forst. Sin embargo, por sus supuestas raíces judías, emigró otra vez a Estados Unidos en la década de 1940 y se nacionalizó estadounidense.


ULTIMOS AÑOS
Los últimos años de su vida son un misterio, por lo que se la suele comparar con el personaje de Norma Desmond que interpretó Gloria Swanson en Sunset Boulevard. Negri fue, de hecho, la principal candidata de Billy Wilder para el papel, pero lo rechazó, considerándolo una ofensa.
Murió de un tumor cerebral (o neumonía) en 1987, a los 90 años, y legó casi todos sus bienes a la St. Mary’s University. Está enterrada en el cementerio de Calvary, en Estados Unidos.
Tiene una estrella en el 6933 del Paseo de la Fama de Hollywood.




Pola Negri

Cuando el maestro Wilder decidió rodar una de las obras cumbres de su carrera, Sunset Boulevard, en la primera actriz que pensó para interpretar el papel de Norma Desmond, fue en Pola Negri.
El nombre de Gloria Swanson ni siquiera había sido barajado en un primer momento, ya que Billy Wilder , con la obstinación que le
caracterizaba ,ya había puesto cara y nombre a la actriz que debia interpretar la vida y el ocaso de una antigua actriz de cine mudo;con lo que el maestro no contó fue con la indiferencia de la actriz, que incluso llegó a sentirse ofendida al serle ofrecido el papel; ella…. la gran Pola Negri, que fue amante de los hombres más poderosos de la época, entre los que destacaron Valentino , Chaplin, e incluso supuestamente Hitler, no iba a mostrar su decadencia y su olvido de manera tan explícita. Tal vez se arrepintiera al ver el resultado de tan magnífica obra… o tal vez no; lo cierto es que sus últimos años de vida fueron igual de misteriosos y herméticos que los del personaje que despreció en su momento, por eso dicen que nadie mejor que ella hubiera dado vida al personaje de la excéntrica y atormentada Norma Desmond.

Pola Negri nació en el 31 de Diciembre de 1894 en la localidad polaca de Janowa, en esos momentos un territorio aún perteneciente a Rusia. Las penurias la acompañaron durante toda su infancia, ya que al ser su padre acusado de tendencias anti-zaristas fue deportado a Siberia, quedando la familia abandonada a su suerte en un suburbio de Varsovia. Ya desde pequeña la actriz manifestó grandes dotes para el baile, llegando incluso a ser admitida por El ballet imperial ruso, con el que trabajó hasta que la tuberculosis la obligó a abandonar esta gran pasión. 

Viendo privada su gran vocación, comenzó a interesarse por el mundo del teatro, en el que de alguna manera también podía expresar toda su creatividad, y acabó matriculándose en La Escuela de Arte Dramático de Varsovia.

Pola destacó entre sus compañeros, y pronto comenzó su incursión en el cine mientras vivía en Varsovia, y aunque ella aún no lo supiera esto tan sólo sería el preludio de una exitosa carrera tanto en Alemania como en América.

Fue al trasladarse a Berlín cuando tuvo la oportunidad de trabajar junto al prestigioso director Max Reinhartd, que además tuvo la consideración de recomendar a la actriz para que trabajase en Alemania, bajo la tutela de Lubitsch que le procuró el papel principal en la película “Los ojos de la momia” 1918, película que por otra parte alcanzaría un gran éxito, sobre todo debido a que la mayor parte de la cinta se rodó en escenarios naturales de Egipto.

Comienza entonces para la actriz una estupenda trayectoria cinematográfica con inolvidables títulos como “Carmen”de Bizet, o “Madame Dubarry”, que fueron las producciones que la hicieron conocida mundialmente y las que le abrieron las puertas de Hollywood.

Así que Pola se convirtió en la primera estrella europea que cruzó el charco para trabajar con la Paramount , viajando también junto a ella Lubitsch que más tarde la dirigiría , ya en tierras americanas, en una de sus películas más recordadas, “La frivolidad de una dama”1924.
“Bella Donna”, “La bailarina española” o “Sombras de París”, la consagraron definitivamente en el cine, convirtiéndo a Pola en una de las actrices más influyentes y ricas de la época.
En estos tiempos fue cuando comenzó su romance con Rodolfo Valentino, del que, y trás la muerte de éste,llegó a considerarse su viuda oficial,ya que en el funeral del actor, ella fue siguiendo al féretro como si así lo fuera: contaron las voces de la época ,que fue vergonzoso el espectáculo protagonizado por Pola, que llegó a tirarse encima del féretro entre sollozos desgarradores.


“El pasado fue juventud y regocijo: 
el presente, nostalgia y sabiduría.”
Pola Negri


Al llegar el cine sonoro, tuvo que volver a Alemania debido a que su fuerte acento polaco y su dificultad con el inglés le fueron cerrando puertas en el cine americano.
Volvió a Alemania y participó en algunas producciones, siendo las más destacadas “Madame Bovary” y Mazurca; fue en esta época cuando se comenzó a rumorear que la actriz mantenía un affaire con el mismísimo Hitler, que por otra parte la adoraba; años más tarde la actriz negó cualquier relación con el dictador.
Estando en Alemania se le atribuyeron ascendencias judias, por lo que la actriz temerosa de represalias, volvió a América donde por fin consiguió la nacionalidad americana, pero donde también se inició su decadencia y por lo tanto su desaparición progresiva.
Desde entonces vivió su retirada del cine, aunque lo cierto es que su última aparición publica se produjo en el año 1984 con la película “La bahía de las esmeraldas”, con tal hermetismo que dicen que Wilder se inspiró en su figura para dar vida al famoso personaje de Norma Desmond.

Su apasionante vida fue plasmada por ella misma en una autobiografía en la que contó todos sus romances, se casó con un conde y más tarde con un príncipe, y en la que llegó a reconocer que el amor de su vida había sido Valentino.
Su recuerdo hoy en día es prácticamente inexistente, y queda diluido junto a tantos y tantos rostros que marcaron una época en la que las damas del cine expresaban todas sus emociones simplemente con la gestualidad del rostro, ya que entonces para ellas parecían no existir las palabras.
Murió ya nonagenaria un 1 de Agosto de 1987.




Pola Negri, actriz

EL PAÍS
4 AGO 1987

La actriz y estrella del cine mudo Pola Negri falleció el pasado fin de semana en San Antonio (Tejas) víctima de un tumor inoperable en el cerebro. Algunas fuentes indican que ha fallecido a los 93 años, otros aseguran que a los 81; o a los 91, después de 25 años de reclusión voluntaria. Pola Negri, cuyo auténtico nombre era Bárbara Apolonia Chalupiec, había nacido en la ciudad polaca de Janova. Cursó estudios artísticos en la escuela de ballet de San Petersburgo y en el conservatorio de Varsovia. Debutó en el teatro en 1913, y un año después lo hizo en el cine de la mano de los directores Max Reinhardt y Ernst Lubitsch. Su belleza, sus condiciones artísticas y los éxitos obtenidos en Europa con las películas Carmen, Pasión y Madame Dubarry le abrieron las puertas de los estudios de Hollywood, donde llegó a rodar una veintena de películas que la consagraron mundialmente, Hotel Imperial, La bailarina española y Confesión entre otras. El advenimiento del cine sonoro acabó con su carrera. Pola Negri encarnó el prototipo de la romántica vampiresa tanto en la pantalla como en la vida real. Contrajo matrimonio en cinco ocasiones, estuvo prometida con Rodolfo Valentino, y mantuvo relaciones sentimentales con Charles Chaplin y Lenin. En 1973 publicó su biografía, Memorias de una estrella.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de agosto de 1987

Pola Negri

Muere Pola Negri,

estrella del cine mudo

AGENCIAS
San Antonio 4 AGO 1987

Su belleza extraordinaria y sus dotes interpretativas llamaron la atención del director alemán Max Reinhardt, que la contrató para actuar en Alemania. También trabajó allí con el director austriaco Ernst Lubitsch, que le encomendó el papel principal de su película Los ojos de la momia. Tras esta película, Carmen y Madame Dubarry fueron las producciones que le abrieron las puertas de Hollywood e hicieron su nombre famoso en todo el mundo. Pola Negri alcanzó su máxima celebridad a partir de 1913, por sus actuaciones en películas como Hotel Imperial, La bailarina española, Una noche en Arabia, El gato montés o Confesión, entre más de 20 producciones que despertaron una gran expectación.
La llegada del cine sonoro puso fin a su carrera. La actriz polaca no pudo sobreponerse a las nuevas formas de producción y, desilusionada, regresó a Alemania, donde aún intervino en dos películas, Madame Bovary y Mazurca. De esa época se dice que Adolf Hitler quedó prendado de ella.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial Pola Negri regresó a Estados Unidos, donde actuó esporádicamente en algunas galas y espectáculos, e incluso en una serie de televisión. En 1943 realizó un último intento de regresar al mundo del cine, interpretando un pequeño papel en Hi Diddle DidIe. Su última actuación fue en la película La bahía de las esmeraldas, de Producciones Walt Disney, rodada en 1984. Decepcionada por sus actuaciones en estas películas, Pola Negri se retiró a su finca en San Antonio.
La apasionada y tormentosa vida de Pola Negri está recogida en su autobiografía Memorias de una Estrella, publicada en 1970. En ella cuenta su romance con Rodolfo Valentino, el actor del cine mudo por excelencia, del que dijo: "Lamento haberle encontrado tan tarde. Sólo tuvimos un año de felicidad". La leyenda de Hollywood dice que Valentino susurró el nombre de Pola Negri en el momento de su muerte. Su gran amigo Gilbert Denman comentó que Valentino "fue el gran amor de su vida". También mantuvo un apasionado romance con Charles Chaplin, quien, según la autobiografía de la actriz, lloró cuando ella interrumpió sus relaciones.
Pola Negri contrajo matrimonio con el conde polaco Eugene Domiski, en 1919, y se divorció un año más tarde. En 1927 se casó con el príncipe ruso Serge Mdivani, que murió en un partido de polo en 1936. En 1979 dijo haberse enamorado de Lenin -al que conoció en 1914, en Ginebra-, por el "fulgor de su mirada".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de agosto de 1987

Pola Negri

Un sueño perdido


Eduardo Haro Tegglen
4 de agosto de 1987
La primera imagen de Pola Negri debió ser la de Mazurca, metidos ya aquí en aquella guerra, poniendo en la sordidez de la aventura real el sueño vienés. Ya no era una niña, en 1936 debía tener 42 años, si es verdad que nació en 1894 (borró las huellas de su edad cuidadosamente), y, sin embargo, en la primera parte de aquella película era una adolescente delicada, sensual, con la frivolidad de 1912 en Varsovia, cuando todavía su primera gran guerra no había caído sobre ellos; en la segunda -1932: los característicos 20 años después- ya era una dama arrasada en Viena, entre serpentinas y confetis, en la ópera, en el cabaré enloquecido por los taponazos del champaña, bailando la incansable mazurca y paseando un rostro dolorido y amargo: el rostro del destino.Todavía dominaba el folletín y el melodrama, Hollywood compraba el encanto europeo, la verdad es que Europa se prestaba más en los vestidos rotos y en los ángeles caídos que Estados Unidos, donde la moral era de triunfo y todo estaba demasiado nuevo, inútil para la nostalgia. Se había comprado a Pola Negri y Willi Forst, que Hevaban consigo la dulzura vienesa, y la amarga lágrima.

Todo el cine mudo había trabajado bien ese género y, a falta de la palabra, iluminaba bien, y producía unos seres femeninos que iban a equivocar para siempre la conducta de los niños o adolescentes que se creían que ellas -Pola Negri, Ila Nacivoma y Lillian Harvey; la pequeña y maravillosa Janet Gaynor, la pelirroja Clara Bow: en fin, las mujeres- iban a ser siempre esos seres que esperaban redención, ayuda y galantes salvadores, emergidas del pozo de la ruina, la orfandad y la desesperación. Ésa era la materia del sueño, que se proyectaba en esa especie de sala de alcoba que era la sala del cine. Las tinieblas del cine eran también las tinieblas del sueño, o del ensueño. Qué desastre.
Pola Negri no llegó a Hollywood hasta el año 1922, después de unos años vieneses -ella era polaca, pero el imperio austrohúngaro era entonces un polo de atracción-, después de la larga mudez del cine donde el rostro era el que lo expresaba del todo. Otros caerían cuando llegó la voz: pero Pola Negri supo conservar el gesto emotivo, la mirada del patetismo humano junto con la voz. Y un recuerdo de Europa. Pero sólo duró mientras el recuerdo y la nostalgiase agarraban a los ojos de los emigrantes. El director Willi Forst sabía crear en un estudio desolado el ambiente de la gran época: se decía entonces que los vieneses "hacían hablar a los decorados: sus cuadras huelen a excrementos de caballo y sus boudoirs al amor" (Georges Champeux, citado por Sebastián Gasch). Y los caballos no eran más que un fondo para el amor, que lo dominaba todo.
Otras heroínas
Pola Negri se nos puede confundir, ahora en el recuerdo, con las otras heroínas del cine mudo, con las Theda Bara o las hermanas Talmadge o las hermanas Gish, porque en el fondo todas eran hermanas: las mujercitas rubitas y un poco despeinadas -para que los haces de luz pasaran entre los cabellos y pusieran el limbo que había que adorar- y con los tiernos ojos claros de la pequeñita y dulce ingenua. Sufrían. Poco después, cuando Hollywood empezó a dirigir los restos de Europa y a dirigir la imagen, la misma Pola Negri empezó el turno de las vampiresas, las que arrastraban al hombre bueno al torbellino del amor impuro o imposible, en que ellas mismas se quedaban con los labios secos y la sed sin calmar. Vendrían para Pola Negri una Carmen y una Madame Dubarry donde Europa y la época ya no eran cartón piedra y el amor no tenía sutilezas. Ya no hablaban los decorados y el folletín se disparataba: no alcanzaba a los sentidos.
Poco después, Pola Negri empezó a desaparecer, el ensueño había entrado en decadencia y la mujer americana de paso largo y la mirada al frente, de millones a la espalda, servía sobre todo para la comedia. Y lo que ha muerto ahora es una superviviente, una desaparecida. Hasta su propio recuerdo queda confundido entre otros rostros. Pero la televisión haría bien, y tendría muchos nostálgicos agradecidos, si pudiera ahora proyectar Mascarada. Aunque quizá sólo sea mejor recordarla, dejarla vivir en el flou de la memoria de los desmemoriados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de agosto de 1987

FILMOGRAFÍA
  • 1964 - The Moon-Spinners
  • 1937 - Tango notturno (Tango nocturno)
  • 1937 - Madame Bovary
  • 1935 - Mazurka
  • 1926 - Hotel Imperial
  • 1924 - Sombras de París
  • 1924 - Det förbjudna paradiset (El paraíso perdido)
  • 1923 - La bailarina española
  • 1922 - Das karussell de Lebens
  • 1921 - Safo
  • 1921 - El gato montés (Die Bergkatze)
  • 1920 - Sumurun (Una noche en Arabia)
  • 1919 - Madame du Barry
  • 1918 - Carmen
  • 1918 - Los ojos de la momia
  • 1917 - Bestia (La bestia)
  • 1916 - Studenci (Estudiantes)
  • 1915 - Zona (La esposa)
  • 1914 - Niewolnica zmyslów (Esclava del pecado)





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