Bukowski con gato |
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Charles Bukowski
(1920 - 1994)
Escritor estadounidense, nacido en Andernach, Alemania, y fallecido en San Pedro, California. En la línea del anticonformismo californiano de la generación beat y utilizando un lenguaje agresivo y una temática marginal, a menudo obscena o violenta, elaboró una obra singular, entre cuyos títulos destacan El cartero(1971), Escritos de un viejo indecente (1969), Ordinaria locura (1976) y Música de cañerías (1983).
Charles Bukowski |
Hijo de un oficial norteamericano y de una alemana, su familia se trasladó a Estados Unidos cuando tenía tres años. El joven Bukowski creció en un barrio pobre, y durante la gran depresión económica iniciada en 1929 hubo de soportar la miseria y los castigos de su padre. Estudió periodismo mientras trabajaba en varios oficios, desde lavaplatos hasta aparcacoches, pero no llegó a graduarse y llevó una vida dispersa, entregada al alcohol y a un vagabundeo sin rumbo. De aquella época son sus primeros poemas y también algunos cuentos, que publicaría a partir de 1940.
En 1956 comenzó a trabajar en el servicio de correos, lugar que le serviría de inspiración para su primera novela, El cartero (1971), que protagoniza por primera vez Henry Chinasky, un alter ego destinado a reaparecer en todos sus trabajos posteriores, excepto en la novela Pulp, publicada póstumamente en 1994. A los cincuenta años abandonó el empleo en correos para "sobrevivir con el oficio de escritor".
En sus obras retrató toda una galería personajes estrafalarios y marginales: prostitutas, alcohólicos, vagos, buscavidas, jugadores arruinados y bravucones que circulan como sonámbulos o pícaros por una ciudad que los rechaza. Varios títulos de sus obras hablan por sí solos de sus líneas argumentales: Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones(1972) o Escritos de un viejo indecente (1969).
Estos temas también serían también los de sus libros de poesía, escrita en un verso rudo, escasamente lírico, de mensaje claro y áspero, pese a que en ocasiones afloran en sus poemas los sentimientos y hasta un estado de felicidad. Sus relatos breves, como sus poemarios, están escritos en un lenguaje directo, funcional, que cuenta ágilmente una historia con un final por lo general subido de tono y con una atmósfera una veces sórdida y otras atravesada por la comicidad y el habla coloquial más descarnada.
De sus recopilaciones de relatos destaca Música de cañerías (1983); las treinta y cuatro narraciones de que consta el volumen ofrecen al lector un sórdido recorrido por la vida nocturna de Los Ángeles. Personajes marcados por todo tipo de fracasos se cruzan durante unos minutos en una habitación, un bar o una esquina para compartir soledad y alcohol. El tono general es de un humor grotesco, y el estilo narrativo resulta siempre muy económico, espontáneo y directo. Muchos de los personajes esbozados son artistas y escritores de escaso éxito hasta el momento, entre los que destaca de nuevo su alter ego, Henry Chinaski, cínico intelectual y amante incansable que protagoniza varias de las narraciones.
"Tengo dos opciones, permanecer en la oficina de correos y volverme loco… o quedarme fuera y jugar a ser escritor y morirme de hambre. He decidido morir de hambre.”
Charles Bukowski
Bukowski según King Rat |
El elemento autobiográfico es en el fondo el aglutinador del conjunto de la obra de Bukowski, quien se empeña en magnificar, incluso con recursos cómicos, su condición de bebedor y mujeriego empedernido, de habitante de submundos relacionados con sus numerosos empleos y ambientes deportivos como el de las carreras de caballos, el boxeo o el béisbol. Sus relatos describen siempre realidades degradadas (en realidad, incluso sus novelas no son más que secuencias de narraciones breves unificadas por un yo narrador), reflejo de la monstruosidad de ciertos ámbitos de las ciudades norteamericanas, especialmente Los Ángeles. Sus continuas variaciones sobre pocos temas predilectos lo relacionan, más que con los escritores de su generación (aunque su prosa pueda recordar a la de Henry Miller), con los pintores del hiperrealismo.
La obra de Charles Bukowski recibió tantas críticas negativas como positivas. Se le acusó de practicar un estilo soez como mero exhibicionismo literario y de reiterar sus obsesiones de modo efectista. Otros críticos, en cambio, realzaron su autenticidad y su condición de escritor maldito. El "fenómeno Bukowski" irrumpió en Europa con grandes triunfos editoriales, pero permaneció prácticamente ignorado por los críticos y los lectores de su país. De hecho, el Bukowski poeta (a menudo convocado para lecturas de versos en las universidades norteamericanas) gozó de mayor popularidad en Estados Unidos que el escritor, al contrario de lo que ocurrió en el viejo continente.
Muere Charles Bukowski,
el último de los escritores 'malditos'
de este siglo
El apologista del alcohol y el sexo 'sucio' falleció en San Diego a los 73 años
JOSÉ MARÍA MARTI FONT Madrid, El Pais, 11 de marzo de 1994
El escritor norteamericano Charles Bukowski, que encarnó, tanto en su obra literaria como en el modelado de su propia existencia, la figura del marginado, alcohólico irredento y obseso sexual, redimido tan solo por su inmensa capacidad de beberse la vida a cubos, falleció ayer, a los 73 años de edad, en la localidad de San Diego (California) víctima de una neumonía. Poeta maldito, que alcanzó una considerable fama en Europa -en ningún caso similar a la que obtuvo en Estados Unidos- gracias a su narrativa, escribió con total impudicia sobre las intimidades de un mundo de perdedores natos del que se desprendía una espléndida lucidez, guía imperfecta para sobrevivir en una sociedad de triunfadores.
"Yo creo en el alcohol, pero hay que estar en buena forma para poder beber. Tomo buenos vinos, me gusta ser bueno con mi estómago; si soy bueno con él, él es bueno con mi mente, mi mente es buena con mi espíritu y mi máquina de escribir es buena conmigo", explicaba Bukowski, para añadir: "Mi estado de lucidez lo consigo con el alcohol". Y era cierto, aunque sólo en parte, ya que únicamente pudo permitirse buenos vinos cuando empezaron a llegarle los derechos provinientes de la edición de sus obras en Europa, que le administraba su gran protector, el director de la pequeña editorial Black Sparrow Press, de Santa Bárbara. Y eso fue cuando ya cruzaba los sesenta.Pero fue maldito por propia decisión. Nació en la localidad alemana de Andernach en 1920, hijo de un soldado norteamericano destinado en Europa después de la Gran Guerra. Cuando tenía dos años su familia se trasladó a Estados Unidos, concretamente a Los Ángeles, y su infancia no pude ser etiquetada de pobre, ya que estudió en Los Angeles High School y después en el L.A. City College. Pero al cumplir los 20 anos abandonó la casa paterna y se embarcó en una vida trashumante, a menudo rozando la delincuencia, que le llevó a recorrer el país en el espíritu más puro de los héroes de la generación beat.
Acabada esta fase iniciática, empezó a escribir mientras trabajaba de cartero, oficio que desempeñó durante más de una década y de cuyas experiencias nacieron sus dos primeros libros de narrativa, Cartero y Factotum. Pero las exigencias del reparto de misivas a domicilio, bañadas en alcohol barato, hicieron mella en él y acabó ingresado en el hospital con una perforación de estómago y el hígado en muy mal estado.
Jugador empedernido -se gastaba todo lo que tenía apostando en las carreras de caballos- abandonó Correos y desempeñó toda clase de oficios, aunque sin abandonar la penitencia diaria de sentarse frente a su vieja Underwood y describir con un estilo cada vez más personal su visión estilizada de su propia existencia, que -como sucede con los grandes testigos de su tiempo- era también una visión del mundo.
Cuando llevaba medio siglo en la Tierra decidió dedicarse exclusivamente a escribir -"porque si no lo dejaba me iba a volver loco"- y fue entonces-cuan-do parió Escritos de un viejo indecente, que obtuvo un éxito considerable en Europa; sólo en Alemania vendió más de 200.000 copias. El propio Bukowski reconocía que parte de su éxito se debía a la operación de lanzamiento en la que se le comparó, por un lado, a malditos europeos como Jean Genet y por otro a los clásicos de la generación beat como Jack Kerouac o William Burroughs, sin olvidar al único con quien realmente podía comparársele: Henry Miller.
Sin embargo, el viejo indecente, a quien sus amigos llamaban Hank,nunca admitió estas influencias, reclamándose hijo literario tan solo de un oscuro escritor, el también californiano John Fante, hombre de talento indiscutible que, fagocitado por los estudios de Hollywood como guionista a sueldo, escribió únicamente tres novelas entre las que destaca Ask the Dust.
La última parte de su vida está marcada por un cierto éxito profesional, acompañado por una considerable producción literaria. Su popularidad, aderezada por explosivas apariciones en los medios de comunicación, le permite incluso llegar al cine. Marco Ferreri lleva a cabo Ordinaria locura, Barbet Schroeder filma un guión del propio Bukowski sobre su juventud que en España se titula El borracho y el belga Dominique Deruddere rodó tres de sus cuentos bajo el título de Amor loco.
A su muerte deja Bukowski una obra considerable, compuesta por más de 1.000 poemas, entre los que merece mención especial Mockingbird wish me luck así como cinco novelas y seis libros de relatos, entre las que destacan La máquina de follar, Erecciones eyaculaciones y exhibiciones y Escritos de un viejo indecente, entre otros, todos ellos publicados en España por Editorial Anagrama.
Charles Bukowski
"Nací para robar rosas
en las avenidas de la muerte"
Charles Bukowski es, quizás, la figura más controvertida de la literatura norteamericana de la segunda mitad del siglo XX. Considerado por la crítica y gran parte del público como el último escritor maldito, su obra no puede entenderse sin conocer los detalles de una vida plagada de borracheras, prostitutas, hostales de 1$ la noche, empleos alienantes y depresiones. Debajo de su literatura, enmarcada dentro de la corriente del llamado “realismo sucio”, se respira un profundo desencanto. Desencanto hacia la sociedad, el género humano y el futuro. Inadaptado, marginal, inconformista, nunca pudo contemplar el porvenir sin advertir la sombra de la muerte. Una muerte cruel y triunfante, en un mundo de desechos y desheredados.
1. INFANCIA Y JUVENTUD
Charles Henry Bukowski nace en 1920 en Andernach (Alemania). Hijo único, se traslada con sus padres a la edad de tres años a California (Estados Unidos). Su padre, un autoritario ex combatiente de la Primera Guerra Mundial, educará al pequeño Bukowski con severidad. Durante esos primeros años, Bukowski se revela ya como un niño atípico, proclive a pelearse y de temperamento agresivo. Quizás como reacción a la violencia ejercida por el padre en casa, comienza a beber muy joven, apenas con trece años.
Su padre, incapaz de controlar al joven Bukowski, le propinará palizas por cualquier motivo. Esta educación oscurantista y represiva, unida al escaso afecto mostrado por sus padres, le marcará durante el resto de su vida. Las palizas cesan a los catorce años, pero no los castigos. Así, el joven Bukowski debe dormir en el garaje cada vez que llega borracho a casa. Las humillaciones se suceden hasta que abandona la casa paterna, con dieciocho años.
Esta primera parte de su vida dejará una huella imborrable, que se verá reflejada en su obra literaria. “Mi padre fue un gran maestro en Literatura: me enseñó el significado del dolor, del dolor sin sentido”. Su vida durante estos primeros 18 años, relatada en “La senda del perdedor”, su novela autobiográfica de infancia, le dejará sumido en un estado de infelicidad del que ni el éxito económico ni el aplauso del público consiguieron sacarle nunca.
Sus primeros escarceos con la literatura tienen lugar con trece años: “Yo sé exactamente cuando me convertí en escritor. Fue un día muy doloroso -explica Bukowski- en el que me senté a escribir sobre un hombre manco que machacaba a la gente por todo el cielo, pilotando su avión. Este hombre era el Barón Rojo. Pero mi padre encontró el relato y lo rompió en pedazos”. La mala relación con sus padres y su acercamiento hacia la literatura se alimentan mutuamente durante estos años. Aislado socialmente, con un rostro cubierto por un gravísimo acné que le hacía repulsivo a ojos de las mujeres y una visión trágica de la vida, Bukowski comienza en la adolescencia su calvario particular. Con dieciocho años se matricula en Periodismo en la Universidad de Los Ángeles, estudios que abandonará dos años más tarde: “Fui dos años a la Universidad, pero no hice nada. Simplemente me tumbaba yo sólo por ahí y, ya sabes, hacía novillos”. Comenzaba a emerger el outsider, el antihéroe. Con veintiún años asiste a la entrada en la Segunda Guerra Mundial de Estados Unidos. Al recibir la orden de reclutamiento, acude a la consulta de un psiquiatra con el fin de determinar su aptitud para el ejército: “El psiquiatra me preguntó si creía en esta guerra, a lo que respondíque no. Después, me preguntó que si quería ir, a lo que dije que sí. Me dijo que yo era un hombre muy inteligente y quería invitarme a una fiesta que daba en su casa esa noche, a la que acudirían escritores, abogados y artistas. Le dije que no. Me declaró no apto”.
Los diez años siguientes los pasó vagabundeando por los Estados Unidos. De costa a costa, transitó por diferentes trabajos, trabajos a la americana, de un día o una semana de duración, de empleado de un matadero a guardián de un burdel. Estados Unidos era en aquel momento la nación del crecimiento económico sin límite. La economía americana vivía su edad de oro, pero Bukowski sólo recogió las sobras de un progreso del que pronto fue apartado. Comenzó entonces a hacerse patente su alcoholismo. Dormía en bancos, asilos y portales. Siempre borracho o con resaca, se hizo habitual de bares de mala muerte en los que mataba el tiempo gastándose el sueldo en copas o esperando a que alguien se apiadara de él y le invitara. Este modo de vida anárquico, de barfly (mosca de bar), forjó al poeta maldito que pocos años después eclosionaría.
Escribió su primer relato con veinticuatro años, la misma edad a la que perdió la virginidad, con una prostituta de más de cien kilos de peso. Durante esa época, escribió una media de cuatro relatos a la semana, que enviaba a pequeñas revistas y editoriales. Todos fueron rechazados. En este punto, Bukowski o Hank, como le conocieron los pocos amigos con los que contó a lo largo de su vida, hubo de tomar una decisión, la que le convertiría definitivamente en escritor o le alejaría de la literatura: “Un día estaba tumbado en la cama y me dije ‘al diablo con ello’. Pero otra voz en mi interior me decía ‘no lo abandones. Debes quedarte con una pequeña ascua, una chispa y nunca se la des a nadie, porque mientras conserves esa chispa podrás encender de nuevo el fuego más grande’. Así fue hasta que un día, al volver del trabajo, recibí una carta en la que me decían que aceptaban uno de mis relatos y recuerdo que pensé ‘el fuego que guardé tendrá su oportunidad’”.
A finales de los años 40, vuelve a Los Ángeles. Allí conocerá a su primera pareja, diez años mayor que él. Tras una relación tormentosa, en la que abundaban las peleas, reconciliaciones y sobre todo, el alcohol, se separarían al cabo de unos años. Continuó su particular vagabundeo hasta que, en 1955, a los treinta y cinco años, le es detectada una úlcera que está a punto de acabar con su vida. “El médico me dijo que si tomaba una copa más, estaría muerto. Me daban por muerto, y aquí estoy. Sentí como si tuviera una vida gratis, una vida extra que vivir”.
2. LOS ÁNGELES 1950-1960
En 1952 encuentra trabajo en una oficina de correos. Un trabajo alienante como los otros, pero estable, que un Bukowski con una salud mermada necesitaba urgentemente y que reflejará en su primera novela Cartero (1971). Su desapego hacia normas, horarios y órdenes se manifestó con rapidez. Su jefe le encargaba los peores trabajos, consciente de su carácter anárquico, con el objetivo de tenerle controlado. Allí permanecerá hasta 1955, año de su hospitalización. Tras su salida del hospital comienza a escribir poesía, una poesía desengañada, visceral. “Escribía cientos de poemas y los enviaba. La poesía está mal pagada, pero necesitaba escribirla. Creo que necesitaba gritar un poco, en estilo propio”. Nace el poeta, de una prolijidad asombrosa. Casi mayoritariamente compuestos en verso libre y gracias a su formación como prosista, sus poemas eran más bien relatos cortos en verso. Contundentes, directos, como un golpe de boxeo (deporte al que era muy aficionado), las palabras de sus poemas se abrían para dejar salir un mensaje crudo y descarnado.
En 1957 se casa con la escritora Barbara Frye, de la que se divorciaría dos años más tarde. Retoma la bebida y las trifulcas, pero también su producción poética. Orgulloso de haber escrito su primer poema a los treinta y cinco años, en 1959 era conocido como “el Rey de las Pequeñas Revistas”. Mandaba cientos de poemas, de los cuales sólo eran publicados una pequeña cantidad. Ese mismo año, vuelve a la oficina de correos, de la que se marchó unos años atrás, y en la que permanecerá hasta 1969. Los años 60 fueron años de luces y sombras en la vida de Bukowski. Desengañado de la literatura, desconfía del circuito comercial para hacer llegar al gran público su poesía. Se encierra en sí mismo, actitud que acrecienta su visión trágica de una sociedad que, incapaz de tragarle, le escupe con desprecio.
Trabajará en la oficina de correos durante casi diez años, en el turno de noche, distribuyendo las cartas a entregar por la mañana en casilleros. Sin embargo, pese a sus profundas depresiones y a su empleo nocturno, continúa escribiendo sin tregua. En esta época escribirá algunos de sus mejores libros de poemas: Arder en el agua, ahogarse en el fuego. Poemas escogidos 1955-1973 (1974), El genio de la multitud (1966) y En la calle del terror y el camino de la agonía (1968), publicados en la editorial Black Sparrow Press y otras pequeñas editoriales. Serán estas recopilaciones de poemas las que le crearán un nombre en el mundo underground de la literatura angelina.
De esta manera, comienza a dar recitales en pequeñas librerías, a los que acudía indefectiblemente borracho. Los rumores sobre un escritor alcohólico e irreverente, que insulta al público y lee sus poemas entre hipos y pausas para vomitar, empiezan a correr por los círculos literarios de Los Ángeles. ¿Quién es ese Bukowski? El poeta emergente, que consigue cierto reconocimiento a los 48 años de edad, no se relaciona con otros escritores. No pertenece a ninguna generación literaria. Vive apartado del mundo, en barrios obreros habitados por un subproletariado al que Bukowski perteneció durante gran parte de su vida, al tiempo que cultivaba sus esperanzas de llegar a ser escritor. Desde estos arrabales modernos comienza a proyectarse su luz. El mito del “outkast”, del “loser”, del poeta maldito, no había hecho más que empezar.
4. LOS AÑOS DEL ÉXITO: 1970-1980
Escritos de un viejo indecente, columna semanal que Bukowski publicará entre 1967 y 1969 en el periódico independiente de Los Ángeles “Open City”, será el punto de partida de su carrera como escritor profesional. Escrita en clave satírica, su humor caustico y su lenguaje directo le procurará una considerable cantidad de seguidores. Pronto, su nombre comienza a sonar con fuerza más allá de los circuitos underground. Empieza a ser requerido en recitales de poesía. En el primero de estos “readings”, en el Teatro City Lights de Los Ángeles, un Bukowski ya instalado en una fama relativa, ofrece un recital para más de 800 personas. La poesía volvía como fenómeno de masas, con fuerza. El público aúlla con sus poemas; le jalean y abarrotan cada uno de los recitales que da a lo largo y ancho del país. Son los años del éxito, no tanto económico, en esta primera etapa, como social.
En 1968, John Martin, editor creador de la editorial Black Sparrow Press hace una apuesta decidida por él. Su primer encuentro, que años después el editor resumirá con la frase “el señor Rolls conoce al señor Royce”, significará el inicio de la profesionalización de Bukowski. En 1969, la City Lights Books, editorial propiedad de Ferlinghetti que contaba entre sus filas con nombres como el de Allen Ginsberg, publica una selección de artículos aparecidos en la columna del “Open City” de Bukowski. Este libro, que mantendrá el título de la columna (Escritos de un viejo indecente), pasará desapercibido entre el gran público y será despreciado por la crítica. La puntuación artificiosa de Bukowski en este libro, con reminiscencias de las vanguardias de los años 20, y la falsa ingenuidad de sus artículos disgustaron a público y crítica, pero en esta primera publicación pueden verse algunas de las cualidades que más adelante convertirían a Bukowski en un maestro de estilo: un uso atrevido del lenguaje, un humor cáustico y provocativo y una candidez y desesperación infinitas.
A comienzos de 1971, publicará Cartero, su primera novela, en la que su álter ego, Henry Chinaski, narra sus aventuras como cartero (y sus peripecias personales) durante los doce años que trabajó en el servicio postal americano. Ya en esta primera novela puede verse a un Bukowski cómico, cínico y despiadadamente autoirónico. Su estilo, cultivado en la columna semanal del “Open City”, comienza a definirse en esta novela: inserto en el molde hemingwayano, con frases cortas y contundentes, casi telegráficas, la escritura de Bukowski adquiere la consistencia y la agilidad de los clásicos. En los años siguientes, verán la luz otras novelas como Factótum y Mujeres y compilaciones de relatos como Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones, La máquina de follar y Se busca una mujer. Será Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones el libro que le proporcione fama en el mundo literario norteamericano y europeo. El realismo sucio, corriente literaria nacida en esta misma década, irrumpe con fuerza en un contexto global de convulsión y cambio.
Los “readings” de poesía en los que se requiere la presencia de Bukowski se multiplican, al igual que su fama y las cifras de su cuenta corriente. Este éxito tardío, sin embargo, no conseguirá cambiar su actitud, su modo de vida ni su turbulento mundo interior. Continuó habitando barrios de clase media-baja, con callejones oscuros, cuyo “olor y humedad se introducían hasta el tuétano de los huesos”, bebiendo hasta el vómito y con su misantropía intacta (“la Humanidad no deja de tocarme los cojones”). Su producción poética se incrementa, despuntando en esta década el Bukowski nihilista. La poesía de estos años muestra una visión estilizada de su vida que es, a su vez, –al igual que sucede con los grandes testigos de su tiempo- una visión del mundo.
5. ESTILO E INFLUENCIAS
A menudo comparado con los integrantes de la Generación Beat, la literatura de Bukowski no puede compararse a la de ninguna corriente. Alejado del mundo literario, no perteneció a ningún grupo definido. Su escritura, tan salvaje como su vida, bebía de una personalísima forma de entender el mundo. Las comparaciones formales o temáticas con Kerouac o Ginsberg no resisten un análisis pormenorizado de sus supuestas similitudes. En su obra, los paisajes apenas tienen cabida en pro de un individuo casi siempre pisoteado por una fuerza superior. Bukowski utiliza su vida como espéculo para introducirse en las mentiras e hipocresías de una sociedad opulenta y cruel, pero oculta bajo la máscara de la democracia y la libertad. Su prosa, incisiva y ágil, huye de cualquier exceso retórico. No hay adornos en Bukowski. A su entender, “el poeta debe decir lo que realmente quiere decir”. Mientras que los Beats juegan con el lenguaje y realizan piruetas verbales apostando por el equilibrio entre la destructividad de una existencia vivida al límite, el impulso de una explosiva energía vital, la desesperanza y el entusiasmo ante la belleza del mundo, Bukowski se centra en los desharrapados y en los antihéroes, utilizando un lenguaje desprovisto de adjetivos, minimalista y preciso. La fuerza de su discurso está en el contexto, en los personajes, esbozados apenas como arquetipos de una realidad dramática, donde sin embargo hay un hilo de esperanza que mantiene su vínculo con el mundo.
Su estilo de vida anárquico, su forma de beber y su visión del mundo están más próximos a los integrantes de la Generación Perdida (Hemingway, Faulkner, Dos Passos), que a los Beats. Habla del alcohol como un “intermedio entre dos momentos sin esperanza, un truco para evadirse, algo que puedes utilizar para subir al cielo cuando te encuentras bajo presión”. Bebe y habla del alcohol de la misma manera que los escritores malditos europeos. Tampoco resiste la comparación con Henry Miller, que si bien muestra un estilo de escritura rápido, audaz y ágil, parece tener únicamente en común con la literatura de Bukowski las descripciones sexuales descarnadas y mundanas.
Miller muestra una preocupación por la evolución de la sociedad, movido por la intención de distinguirse de la masa, así como un amor por el cuerpo humano que va desde el triunfo del sexo hasta la tragedia de la enfermedad. En Bukowski no podemos encontrar algo semejante. El sexo en Bukowski es algo tragicómico, una lucha que poco o nada tiene de espiritual. El sexo en Bukowski es siempre el escenario en el que se reflejan los instintos más bajos del ser humano.
Ya en vida, Bukowski sólo reconoció la influencia de dos escritores: John Fante y Céline. El primero, un escritor neorrealista italoamericano, desconocido para el gran público, del que Bukowski había leído varias novelas en los años 50. Su estilo conciso y su utilización de un humor corrosivo daban cabida a la expresión de emociones intensas que Bukowski supo interiorizar. En cuanto al segundo, su escritura rápida, discursiva, a menudo coloquial y enfática, y sobre todo, la personalidad ambigua de Céline, alejado de todo y todos, indefinido políticamente, influyeron fuertemente en él. En menor medida, Artaud, con su potente mundo imaginativo, también puede ser contado entre las escasas influencias de Bukowski.
Influencias al margen, lo cierto es que Bukowski es un escritor absolutamente original. Definir sus características, su modo de escribir a través de imágenes de la vida cotidiana, es también definir una forma de vivir, un estilo de vida que hace emerger al Hombre a través de su Literatura, le enfrenta con la masa y le aleja del potente cauce del mainstream.
6. ÚLTIMOS AÑOS
Con sesenta años, Bukowski ya es un escritor consolidado y goza de un éxito, más en Europa que en Norteamérica, que le permite vivir con holgura. No cambia de estilo de vida, pero sí de hábitos: abandona el alcohol barato por vino de buena calidad, propone matrimonio a Linda (que será su pareja hasta su muerte), y reduce al mínimo su asistencia a fiestas. En la década de los 80 y 90 publica sus últimas novelas, La senda del perdedor, Hollywood y Pulp, esta última de manera póstuma. En esta última etapa, su escritura vira hacia lo trascendental. Con una salud menguante, sus poemas y relatos se llenan de referencias a la muerte. Su obsesión por la muerte, que le había acompañado durante toda su vida, se agudiza en estos últimos años. Su carácter, por el contrario, continúa siendo el mismo. Bravucón y agresivo, son frecuentes sus salidas de tono, llegando incluso a insultar a Schwarzenegger en una fiesta en la que ambos se encontraron para celebrar el éxito de la película Barfly, dirigida por Barbet Schroeder y protagonizado por Mickey Rourke, que trata la vida de Bukowski y su relación con el alcohol, las mujeres y la literatura. Convertido ya en un “showman”, se cuentan por decenas los programas de televisión que intentan entrevistarle, pero él mantiene siempre una distancia prudente con los medios. Su espíritu combativo e irreverente le lleva a ser expulsado de un programa de televisión en Francia en el que, totalmente ebrio, insulta a los contertulios.
Lentamente, su vitalidad se esfuma. A comienzos de los 90, se le detecta leucemia, enfermedad que le llevará a estar hospitalizado durante sesenta y cuatro días. Tras dejar el hospital, abandona la bebida y el tabaco, asombrándose de poder escribir sin estar embriagado. Sin embargo, ya es demasiado tarde. En 1993, los médicos le dan sólo un año más de vida. “La muerte se está fumando mis cigarrillos”, dirá en una de sus últimas entrevistas. Y así fue. Su último cigarrillo se lo fumó una neumonía que puso fin a su vida en 1994. Tenía setenta y cuatro años. Su cadáver, vestido de manera informal, fue escoltado hasta el cementerio por un cortejo de monjes budistas. En su lápida puede leerse la inscripción “Don’t try”, con la figura de un boxeador. Irónico último mensaje de un hombre que lo intentó siempre, que consiguió convertir en poema a una ciudad sitiada por el vacío, que nació para robar rosas de las avenidas de la muerte y transformó los vertederos en el epicentro de su poesía. Sus mil poemas, trescientos relatos y seis novelas brillan entre el cemento del mundo moderno, mezclando la desesperación y la esperanza, devolviéndole al hombre aniquilado por la industrialización la dignidad necesaria para seguir luchando.
OBRA
Novela
Cuentos y ensayos
§ Secuelas de una
larguísima nota de rechazo, Editorial
Nórdica, 2008 (Aftermath of a Lengthy Rejection Slip, 1944)
§ Erecciones,
eyaculaciones, exhibiciones, Anagrama, 1978 (traducción
de algunos cuentos de Erections, Ejaculations, Exhibitions and General
Tales of Ordinary Madness,City Lights
Books, 1972)
§ La máquina de follar, Anagrama, 1978 (traducción
de algunos cuentos de Erections, Ejaculations, Exhibitions and General
Tales of Ordinary Madness, City Lights
Books, 1972)
§ Tales of Ordinary Madness, City Lights Books, 1983, primera parte de la
reedición en dos volúmenes de Erections, Ejaculations, Exhibitions and General
Tales of Ordinary Madness
§ The Most Beautiful Woman in
Town, City Lights Books, 1983, segunda parte de la
reedición en dos volúmenes de Erections, Ejaculations, Exhibitions and
General Tales of Ordinary Madness
§ Hijo de Satanás, Anagrama, 1993 (traducción
de los cuentos de Septuagenarian Stew: Stories & Poems, Black Sparrow, 1990)
§ Fragmentos de un cuaderno
manchado de vino. Relatos y ensayos inéditos 1944-1990, Anagrama, 2009 (Portions of a
Wine-Stained Notebook: Short Stories and Essays 1944-1990, Black Sparrow, 2008)
§ Ausencia del héroe.
Relatos y ensayos inéditos 1946-1992, Anagrama, 2012 (Absence
of the Hero, City Lights
Books, 2010)
Poesía
§ 2 by Bukowski, 1967
§ The Curtains are Waving, 1967
§ Fire Station, 1970
§ While the Music Played, 1973
§ Arder en el agua,
ahogarse en el fuego. Poemas escogidos
1955-1973, La Poesía, señor hidalgo, 2005 (Burning in
Water, Drowning in Flame: Selected Poems 1955-1973,Black Sparrow, 1974)
§ Africa, Paris, Greece, 1975
§ Maybe Tomorrow, 1977
§ El amor es un perro del
infierno. Poemas 1974-1977, Visor, 2010 (Love is a Dog from Hell: Poems
1974-1977, Black Sparrow, 1977)
§ Play the Piano Drunk Like a
Percussion Instrument Until the Fingers Begin to Bleed a Bit, Black Sparrow, 1979
§ Guerra
sin cesar. Poemas 1981-1984 Visor, 2008 (War All the Time: Poems 1981-1984, Black Sparrow, 1984)
§ Madrigales de la pensión.
Primeros poemas escogidos 1946-1966, Visor,
1999 (traducción de algunos poemas de The Roominghouse Madrigals: Early
Selected Poems 1946-1966, Black Sparrow,1988)
§ Poemas de la última noche
de la tierra, DVD Ediciones, 2004
(The Last Night of the Earth Poems, Black Sparrow, 1992)
§ Lo más importante es
saber atravesar el fuego. Nuevos poemas La Poesía, señor hidalgo, 2002 (What Matters
Most is How Well You Walk Through the Fire: New Poems,Black Sparrow, 1999)
§ Escrutaba la locura en
busca de la palabra, el verso, la ruta. Nuevos
poemas, Visor, 2005 (Sifting Through the Madnessfor the
Word, the Line, the Way: New Poems,Black Sparrow, 2002)
§ As Buddha Smiles, 2003
§ Slouching Toward Nirvana, 2005
§ La gente parece flores al
fin. Nuevos poemas, Visor, 2009 (The People Look Like Flowers at
Last: New Poems Ecco Press, HarperCollins, 2007)
§ The Pleasures of the Damned, 2007
Crónicas, diarios y correspondencia
§ El
capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco, Anagrama, 2000 (The Captain is
Out to Lunch and the Sailors Have Taken Over the Ship, Black Sparrow, 1998)
§ Noche de escupir cerveza
y maldiciones. La correspondencia de Charles Bukowski y Sheri
Martinelli 1960-1967, La Poesía, señor hidalgo, 2007 (Beerspit Night
and Cursing: The Correspondence of Charles Bukowski & Sheri Martinelli
1960-1967, Black Sparrow, 2001
Otras obras
§ Lo que más me gusta es
rascarme los sobacos. Fernanda Pivano entrevista a Bukowski, Anagrama, 1983 (Quello
que mi importa e' grattarmi sotto le ascelle, SugarCo Edizioni,
1982)
§ Peleando a la contra, antología que incluye poemas, cuentos y
fragmentos de novelas seleccionados por John Martin, Anagrama, 1995 (Run
with the Hunted, HarperCollins, 1993)
Obras relacionadas
§ Varios relatos trasladados al cómic por el
dibujante Matthias Schultheiss,
publicados en España por Ediciones La Cúpula
§ Hank (La vida de Charles
Bukowski), por Neeli Cherkovski, Anagrama, 1993 (Hank.
The Life of Charles Bukowski, Random House, 1991)
§ A Descriptive Bibliography
of the Primary Publications of Charles Bukowski, por Aaron Krumhansi, Black Sparrow, 1999
§ Resaca / Hank Over. Un
homenaje a Charles Bukowski, selección
y prólogo de Patxi Irurzun y Vicente Muñoz Álvarez, 37
relatos de otros tantos autores, Caballo de
Troya/ Random House Mondadori,
2008
§ La canción de Fito Páez, Polaroid de locura ordinaria, está
inspirada en el cuento La mujer más guapa de la ciudad, de Charles
Bukowsky
Películas
§ Bukowski at Bellevue (1970), lectura de poemas
§ There's Gonna Be a God Damn Riot in Here (Dennis Del Torre,
1979, estrenada en DVD en 2008), lectura de poemas
§ Storie di ordinaria follia (Ordinaria
locura, Marco Ferreri, 1981), película inspirada
en relatos de Bukowski
§ Barfly (El Borracho, Barbet Schroeder, 1987), película con guion del propio
Bukowski que posteriormente inspiró la novela Hollywood, acerca de
sus vivencias durante el rodaje
§ Love is a Dog from Hell
(Crazy Love) (Dominique
Deruddere, 1987), película inspirada en relatos de Bukowski
§ On Though Mother (Dennis Del Torre y Jon Monday, 2010), edición en DVD de las lecturas There's
Gonna Be a God Damn Riot in Here (Dennis Del Torre, 1979) y The Last Straw (Jon Monday, 1980)
Fuentes
Wikipedia
http://todosenfilaindia.blogspot.com/2012/09/charles-bukowski-naci-para-robar-rosas.html
solo agradecer el haberle sacado el polvo a este realista sucio. Siento que no es comparable a nadie, aunque es el mal de la sociedad, buscarle un parecido a un alguien hasta que se encuentra. Y como es la costumbre, permitanme sugerirle un autor chileno, HUGO LEPE, escritor under, que admirando a bukowski, no se, si en pos de su literatura. ha dejado el mundo real por el nocturno, aferrado a su máquina de escribir, vomita sus historias tan sucias como francas en sus libros: La Perra alucinante,solitarium, un perdedor invencible y otros, que les insto a leer. saludos paloma kirchmann
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